Los reyes del ¡®miniboom¡¯ editorial
Sexto Piso y Almad¨ªa ejemplifican el auge de los sellos independientes en Am¨¦rica Latina Fundadas en M¨¦xico hace 12 y 10 a?os, avanzan pese a su ¡°estado de precariedad natural¡±
Primero: ?Qu¨¦ es una editorial independiente?
¡°Puede ser un t¨¦rmino absoluto o muy vago¡±, responde Guillermo Quijas, de 32 a?os. ¡°Al principio se hablaba de que eran editoriales que no depend¨ªan de nada, y en realidad dependemos de todo para poder hacer las cosas¡±.
Eduardo Rabasa, 36, a su lado en el vest¨ªbulo del Hilton de Guadalajara (M¨¦xico), ambos en estado un poco zombi por el duro ritmo de la feria del libro, opina igual: ¡°?Independiente? Justo lo que no hay es independencia econ¨®mica¡±.
Prefieren ¡°editorial alternativa¡±, o ¡°cultural¡±.
Quijas dirige Almad¨ªa. Rabasa es editor de Sexto Piso. ?sta naci¨® hace 12 a?os. La otra hace diez. Son las dos editoriales independientes m¨¢s exitosas de M¨¦xico y un ejemplo del auge de este sector en su pa¨ªs y en otros de Am¨¦rica Latina desde los 2000. ¡°Un miniboom¡±, lo llama Rabasa. Porque hace ruido pero la onda expansiva no derriba edificios.
Este a?o su crecimiento se ha frenado, dicen. Pero siguen desarrollando sus proyectos con confianza, entre otras cosas porque en Latinoam¨¦rica son menos sensibles al roce de las crisis: ¡°El nuestro es un estado de precariedad natural¡±, dice el editor de Sexto Piso, practicante asiduo de kung fu.
Men¨² de sellos alternativos
En las dos ¨²ltimas d¨¦cadas el campo de editoriales independientes en Am¨¦rica Latina se ha asentado. Estas son algunas:
Argentina: Caja Negra, Adriana Hidalgo, La Bestia Equil¨¢tera, Eterna Cadencia.
Chile: Hueders, Silueta.
M¨¦xico: Sexto Piso, Alias, Sur+, Tumbona, Almad¨ªa.
Colombia: Tragaluz, La Silueta, Laguna,?Rey Naranjo.
Brasil: A Bolha, Lote 42.
A Quijas le gusta jugar al f¨²tbol.
Sus modelos de editorial son diferentes. Almad¨ªa es la evoluci¨®n de una empresa familiar de provincia. El abuelo de Quijas fund¨® una librer¨ªa en Oaxaca hace 65 a?os y su nieto acab¨® haciendo libros. Sexto Piso lo montaron en M¨¦xico DF ¡°cuatro amigos que no sab¨ªan nada de edici¨®n¡±, cuenta Rabasa. Comparten el mismo p¨²blico, lectores j¨®venes que buscan productos de calidad y espec¨ªficos, pero sus cat¨¢logos tienen una f¨®rmula inversa: Sexto Piso se centra en traducciones y en segundo lugar edita ¨Csobre todo¨C a autores mexicanos; Almad¨ªa se centra en editar ¨Csobre todo¨C a autores mexicanos y en segundo lugar publica traducciones. Los dos distribuyen tambi¨¦n a editoriales independientes extranjeras, y los nombres que publican ellos mismos no son de principantes sino de autores relevantes atra¨ªdos por la atenci¨®n cuidada que dan las editoriales de corte dom¨¦stico. Por ejemplo, en Guadalajara Almad¨ªa present¨® El apocalipsis de Juan Villoro, Distancia de rescate de Samanta Schweblin y Mar negro de Bernardo Esquinca; y Sexto Piso llev¨® una obra de Claudio Magris, El conde y otros relatos, otra del m¨²sico-music¨®logo David Byrne, C¨®mo funciona la m¨²sica, y El idioma materno de Fabio Mor¨¢bito.
Son peque?os pero son competencia. En la feria del libro sus pabellones eran los m¨¢s grandes y sofisticados de los alternativos, y estaban de espaldas con una pared de por medio. Pero es una competencia educada y con ciertos lazos de familia comercial. ¡°Los grupos editoriales tienen mentalidad de aplastarse unos a otros, y nosotros tenemos una mentalidad m¨¢s de cooperaci¨®n, de unir fuerzas y limitar alcances¡±, explica el editor que practica kung fu. Comparten tambi¨¦n mercado geogr¨¢fico: dada la d¨¦bil base de lectores y librer¨ªas que hay en el territorio mexicano, ambos venden m¨¢s del 70% de sus libros en M¨¦xico DF, la capital. Luego, cada uno intenta extender sus ramas de manera diferente. Sexto Piso tiene desde 2005 una oficina en Espa?a. Almad¨ªa acaba de empezar a hacer ediciones cortas de narrativa y periodismo en Colombia. Su volumen productivo tambi¨¦n es parecido: en 2014, Almad¨ªa ha publicado 35 libros con una tirada media de 2.000 ejemplares, y Sexto Piso 45 con tiradas de hasta 3.000. En el peor de los casos hay obras de las que venden apenas 20 ejemplares, pero las quieren igual, y en el mejor pegan golpes como los de Sexto Piso con el israel¨ª Etgar Keret o los de Almad¨ªa con Juan Villoro. ?Y c¨®mo no los van a querer?
La batalla de los dos en M¨¦xico es la misma: que se aplique con rigor la norma del precio ¨²nico de los libros, una ley existente que, en teor¨ªa, regula el precio fijo del producto en todo el territorio mexicano en cualquier punto de venta, y en la pr¨¢ctica, a falta de sanciones, se incumple con descuentos en las grandes cadenas que ponen en desventaja competitiva a los hobbit del sector, las librer¨ªas y los sellos independientes.
Babelia
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