Libros para el ascensor
El tiempo es hoy uno de nuestros principales temas de conversaci¨®n o preocupaci¨®n Varios textos de expertos en meteorolog¨ªa nos ayudan a entenderla y a desmontar mitos
Es la conversaci¨®n socorrida por excelencia, la que se mantiene con los vecinos en el ascensor o en la consulta del m¨¦dico. Hoy, adem¨¢s, es uno de los principales temas de preocupaci¨®n para los ciudadanos m¨¢s avisados, y los cinco minutos m¨¢s vistos de cualquier telediario. La posibilidad de chubascos, si el verano ha sido el m¨¢s caluroso o el m¨¢s fresco del que se tiene memoria, o si el tiempo est¨¢ loco, los temas para la conversaci¨®n abundan. Y tambi¨¦n, prueba de este inter¨¦s, hay muchos libros sobre el tiempo, aunque en realidad los son sobre la temperie.
Desde que Eugenio Mart¨ªn Rubio se jug¨® el bigote en una predicci¨®n ¡ªanticip¨® el final de una sequ¨ªa: se afeit¨®¡ª, quienes se dedican a contar qu¨¦ tiempo har¨¢ han gozado de notable reconocimiento popular. La atenci¨®n puesta sobre ellos llega al paroxismo justo antes de la Semana Santa, con frecuencia su semana tr¨¢gica. Hablar de las predicciones durante ese periodo de vacaciones primaverales determinado por las fases de la Luna es uno de los puntos en com¨²n de todos los libros aqu¨ª rese?ados. No hay meteor¨®logo que se precie que no tenga una mala experiencia en esas fechas precisas: o los hoteleros o los viajeros, casi siempre hay quejas.
Y algunas veces lo peor para ellos es que sus caras son muy conocidas, sobre todo porque sus espacios, breves pero relevantes, son extraordinariamente vistos en los informativos de televisi¨®n y escuchados en las radios. Tiempo y tr¨¢fico es la ¨²nica programaci¨®n de algunas emisoras en Estados Unidos. Una nueva generaci¨®n de meteor¨®logos, herederos de los hermanos Mariano y Fernando Medina, de Eugenio Mart¨ªn Rubio, de Manuel Toharia y otros, no solo ofrecen sus predicciones con un fant¨¢stico alarde de medios, sino que est¨¢n presentes en las librer¨ªas con ensayos sobre su especialidad. Desde las respuestas a decenas de preguntas hasta explicaciones sencillas de la mec¨¢nica general y an¨¢lisis profundo de algunos fen¨®menos concretos, o la universalizaci¨®n del conocimiento universal por excelencia, el que ofrecen los refranes.
Se trata de hablar, y de leer, sobre el sol, la lluvia, la niebla y la sequ¨ªa, es decir, sobre las condiciones atmosf¨¦ricas que nos rodean, lo que normalmente llamamos ¡°el tiempo que hace¡±. Y aunque ¡°tiempo¡± es la palabra que m¨¢s se usa para definirlo, hasta la duod¨¦cima acepci¨®n el Diccionario de la Real Academia Espa?ola (DRAE) no dice que el tiempo es el ¡°estado atmosf¨¦rico¡±. Quiz¨¢ sea porque contamos con una palabra m¨¢s precisa, aunque menos usada: temperie (del lat¨ªn temperies). ¡°1. f. Estado de la atm¨®sfera, seg¨²n los diversos grados de calor o fr¨ªo, sequedad o humedad¡±. Es decir, lo que normalmente llamamos el tiempo que hace.
Preguntas al aire, de Jos¨¦ Miguel Vi?as, responde a 212 cuestiones relacionadas con el tiempo ¡ªla temperie¡ª en un sentido muy amplio. Abarcan desde la temperatura del aire a distintas alturas hasta la influencia de la Luna en los cambios de tiempo ¡ªinexistente¡ª, el mecanismo del botijo para enfriar el agua, la velocidad a la que caen las gotas de lluvia ¡ªdependiendo del tama?o, entre 14 y 40 kil¨®metros/hora; el granizo puede llegar a 80¡ª o qu¨¦ es un rayo durmiente. Vi?as, divulgador meteorol¨®gico ¡°por tierra, mar y aire¡±, ha perge?ado este libro con las respuestas que ha ido elaborando para satisfacer la curiosidad de los oyentes de sus programas en RNE, los lectores de su p¨¢gina web y de su secci¨®n en Tercer Milenio, el suplemento de ciencia del Heraldo de Arag¨®n, as¨ª que son respuestas amenas y rigurosas a las curiosidades genuinas de cualquier interesado en la composici¨®n del aire que respira y todo lo relacionado con ¨¦l.
Con un lenguaje claro y respetuoso, incluso con las creencias m¨¢s vitigudinas, Vi?as, consultor de la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial, desmonta muchos de los mitos y de las creencias m¨¢s arraigadas en esto del tiempo, entre otras, la fiabilidad meteorol¨®gica del c¨¦lebre Calendario Zaragozano, estupendo por tantas otras cosas, pero que si acierta es por casualidad porque ¡°predecir el tiempo a largo plazo ¡ªhaciendo uso o no del m¨¦todo cient¨ªfico¡ª es una quimera¡±. La pasi¨®n divulgadora de Vi?as le ha llevado, incluso, a impartir un curso de nubes a trav¨¦s de su cuenta de Twitter @Divulgameteo, y otro m¨¢s gen¨¦rico que a¨²n puede encontrarse con la etiqueta #cursodemeteo.
Otro hombre del tiempo radiof¨®nico y televisivo (Onda Cero y Antena 3), Roberto Brasero, ha escrito el manual Entender el tiempo para torpes, en el que con el lenguaje, y los ejemplos, de la calle explica las cuestiones m¨¢s abstrusas y las m¨¢s aparentemente sencillas que le permitir¨¢n destacar en las conversaciones del ascensor y, sobre todo, no dejarse embaucar por el comit¨¦ de cu?ados cuando hablen de qu¨¦ es exactamente el efecto invernadero (no confundir con el cambio clim¨¢tico), las diferencias entre ciclones, tifones y huracanes ¡ªy tormentas tropicales¡ª, los l¨ªmites de la estratosfera y otras muchas cuestiones que adem¨¢s est¨¢n ilustradas por Antonio Fraguas, Forges.
El libro est¨¢ dividido en cuatro grandes ¨¢reas que nos explican c¨®mo funciona el tiempo, qu¨¦ hay que saber para estar al d¨ªa, c¨®mo ser pr¨¢cticos y, por ¨²ltimo, c¨®mo no parecer torpe aunque lo seas. Y ayudar¨¢ mucho a no parecerlo, por ejemplo, saber la diferencia entre meteorolog¨ªa y climatolog¨ªa, distintas disciplinas que con frecuencia se usan equivocadamente. Para aclarar la diferencia entre ambos campos, Brasero usa un ejemplo tan sencillo que no deber¨ªa ser f¨¢cil volver a confundirse: la meteorolog¨ªa estudia la atm¨®sfera y los meteoros ¡ªtodo lo que pasa en la atm¨®sfera¡ª y la climatolog¨ªa es la ciencia que estudia el clima, que ¡°vendr¨ªa a ser la suma de muchos y distintos tiempos. El tiempo puede cambiar de un d¨ªa a otro, el clima solo cambia a largo plazo. Si lo aplic¨¢ramos al f¨²tbol, la meteorolog¨ªa ser¨ªa cada partido ¡ªy los fen¨®menos atmosf¨¦ricos, las jugadas de ese partido¡ª, mientras que la climatolog¨ªa ser¨ªa la Liga entera. Los partidos y sus resultados acaban configurando la Liga, pero son cosas distintas¡±. Ese lenguaje claro y el humor del que hace gala habitualmente est¨¢n sin duda detr¨¢s del porqu¨¦ de sus casi 100.000 seguidores en la cuenta de Twitter @tiempobrasero.
Y, de lo general a lo particular, en la nevera de Espa?a, Teruel, est¨¢ editado el libro que nos explica por qu¨¦ hace tanto fr¨ªo ah¨ª y c¨®mo es posible que all¨ª se alcanzaran el 17 de diciembre de 1963 los 30 grados bajo cero que siguen siendo el r¨¦cord de fr¨ªo en Espa?a, si descontamos alg¨²n dato aislado de una cumbre. El tri¨¢ngulo de hielo. Teruel-Calamocha-Molina de Arag¨®n, de Vicente Aup¨ª, es el documentad¨ªsimo estudio, repleto de mapas, fotos, testimonios de testigos y todo tipo de a?adidos primorosamente editados que lo convierten en un libro ¨²nico para un lugar ¨²nico. Gracias a las primeras estaciones meteorol¨®gicas, instaladas en Calamocha y Molina en los a?os cuarenta porque era la ruta a¨¦rea entre Madrid y Barcelona, se ha delimitado con precisi¨®n esos 2.000 kil¨®metros cuadrados que son el tri¨¢ngulo polar de la Pen¨ªnsula y que cuenta con una muy larga serie de datos atmosf¨¦ricos.
Aup¨ª, periodista, ha convertido su pasi¨®n por el estudio de la meteorolog¨ªa en motor de b¨²squeda para entender c¨®mo funciona la nevera de Espa?a. Los veraneos cuando era ni?o en Torremocha del Jiloca, uno de los pueblos situados dentro del congelador peninsular, le han llevado a querer saberlo todo sobre este tri¨¢ngulo y, como los curiosos esforzados, ha escrito el libro que probablemente le hubiera gustado leer cuando lleg¨® all¨ª. La cantidad de datos, muy bien ordenados y contados, convierten a este libro en una especie de enciclopedia del fr¨ªo turolense y sus razones. Ah¨ª se muestra que no solo Teruel existe, sino que, con este fr¨ªo, se conserva estupendamente.
Y tras haber colocado las estaciones meteorol¨®gicas para los aviones, nada mejor que El tiempo visto desde el cielo, el libro de un piloto-fot¨®grafo y de un meteor¨®logo. Las explicaciones de Francesc Mauri, climat¨®logo y hombre del tiempo en la televisi¨®n catalana, sobre qu¨¦ es y c¨®mo se entiende esto del tiempo est¨¢n ilustradas con las espectaculares fotos a¨¦reas de Jordi Mart¨ªn Garc¨ªa, piloto de l¨ªnea a¨¦rea y fot¨®grafo. Que sea un libro a cuatro manos no termina ah¨ª, ya que la parte de manual para entender la temperie se encuentra siempre relacionada con c¨®mo afecta cada uno de los fen¨®menos a la aviaci¨®n comercial.
Pocas cosas afectan tanto a un vuelo como los meteoros y en pocos lugares estamos tan a merced de los elementos como en la cabina de un avi¨®n. Las causas y las consecuencias de las tormentas, turbulencias ¡ªhorrible palabrita estando all¨¢ arriba¡ª, precipitaciones, colores y nubes se explican en este libro con humor y rigor y vistos desde lo alto. As¨ª, la mirada al tiempo desde arriba ofrece una perspectiva ins¨®lita, aunque es un libro para ser le¨ªdo en tierra. Las preguntas que uno se hace cuando mira por la ventanilla ovalada est¨¢n aqu¨ª respondidas y adornadas con las an¨¦cdotas de miles de horas de vuelo, algo que se presta perfectamente para ilustrar, como las fotos, los fen¨®menos atmosf¨¦ricos.
Sin embargo, no debemos enga?arnos. Ni siquiera tras la atenta lectura de todos estos libros meteorol¨®gicos sabremos discernir con certeza los significados ocultos de cirros, c¨²mulos y estratos; los pormenores de las precipitaciones; los chubascos y los intervalos nubosos; la raz¨®n profunda de las cencelladas; las nieblas de radiaci¨®n; ni, en definitiva, la relaci¨®n entre el anticicl¨®n de las Azores, la borrasca del Atl¨¢ntico y todo lo que rodea la eterna y definitiva ¨²nica pregunta que nos interesa: ?llover¨¢ ma?ana?
Preguntas al aire. Jos¨¦ Miguel Vi?as. Alianza. Madrid, 2014. 400 p¨¢ginas. 9,80 euros.
Entender el tiempo para torpes. Roberto Brasero. Anaya. Madrid, 2013. 270 p¨¢ginas. 18 euros.
El tri¨¢ngulo de hielo. Teruel-Calamocha-Molina de Arag¨®n. Vicente Aup¨ª. Dobleuve Comunicaci¨®n. Teruel, 2013. 263 p¨¢ginas. 22,50 euros.
El tiempo visto desde el cielo. Francesc Mauri y Jordi Mart¨ªn Garc¨ªa. Lunwerg. Barcelona, 2013. 216 p¨¢ginas. 19,95 euros.
Los refranes del tiempo. Equipo de El tiempo de TVE. Espasa. Barcelona, 2014. 191 p¨¢ginas. 19,90 euros.
Refranes de fr¨ªo o de calor
Si los refranes son la quintaesencia de la sabidur¨ªa popular, y con cierta frecuencia destilan errores de bulto, los que hacen referencia al tiempo no pod¨ªan ser ajenos a este acervo. Estos "dichos agudos y sentenciosos de uso com¨²n", seg¨²n los define el DRAE, componen uno de los tres grandes grupos en los que los expertos dividen los refranes. Mar¨ªa del Carmen Ugarte Garc¨ªa, paremi¨®loga, experta en refranes y cultura popular, asegura que "la presencia de los refranes del tiempo en las conversaciones es notable. El gran grupo son los refranes morales, o simplemente refranes, es decir, los que dan consejos, advertencias...". Ugarte hizo su tesis doctoral sobre el uso actual de los refranes en la Ribera del Duero.
Y, dado que hay tantos, no es dif¨ªcil encontrar uno para cada d¨ªa del a?o. Es lo que han hecho M¨®nica L¨®pez, Albert Barniol, Jos¨¦ Miguel Gallardo, Mart¨ªn Barreiro, Ana de Roque, Jacob Petrus y Silvia Laplana, los componentes del equipo de El tiempo en RTVE, autores en comandita de Los refranes del tiempo.En este libro podemos encontrar uno para cada d¨ªa del a?o, uno para cada mes y otros que explican fen¨®menos concretos como eres m¨¢s malo que el pedrisco, aunque este no haya que explicarlo mucho y, en puridad, no sea realmente un refr¨¢n. Los autores dividen los refranes sobre el tiempo en tres grupos, los que hablan de la ¨¦poca en que sucede, los agr¨ªcolas "y los puramente observacionales y de pron¨®stico, aquellos que del color de las nubes nos hablan de viento ma?ana".
Los expertos, sin embargo, dividen tradicionalmente los refranes del tiempo en predictivos, constataciones ¡ªque completan los predictivos¡ª, prescriptivos, numerol¨®gicos y hagiogr¨¢ficos. Carmen Ugarte ofrece un ejemplo de cada uno: ¡°Si llueve por santa Bibiana, llueve cuarenta d¨ªas y una semana¡±; ¡°abril, aguas mil¡±; ¡°hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo¡±; ¡°treinta d¨ªas trae noviembre con abril, junio y septiembre; los dem¨¢s tienen treinta y uno, menos febrero, que trae veintiocho¡±; ¡°la Candelaria a dos, san Blas a tres, adivina qu¨¦ mes es¡±.
Y aunque los meteor¨®logos de TVE han recogido muchos refranes, esa abundancia se debe, se?ala Ugarte, ¡°a la acumulaci¨®n de la sabidur¨ªa popular durante siglos. Hay numerosas colecciones de refranes del tiempo, muchos de ellos desconocidos hoy en d¨ªa o de ¨¢mbito local. El que haya en las conversaciones habituales temas meteorol¨®gicos ¡ªhace mal tiempo, llueve, hace calor¡¡ª favorece la presencia de este tipo de refranes¡±.
Gracias a este libro de refranes sobre la temperie se puede aumentar considerablemente el caudal de sentencias para colocarlas oportunamente en una conversaci¨®n, con la ventaja a?adida de que los hay en castellano, catal¨¢n, gallego, vasco y alguno tambi¨¦n en franc¨¦s. Aunque ya sabemos, con Jardiel Poncela, que no se debe responder con un refr¨¢n, la ventaja de estas sentencias populares es que con frecuencia para cada una suele haber otra en sentido contrario. De fr¨ªo o de calor, de animales que vuelen alto o bajo, solos o en grupo, de lunas que anuncian lluvias o vientos, de nieves o de calores. Por eso, siempre es posible encontrar el que se acomode a cada circunstancia o, si no, encontrar la circunstancia que se acomode a cada refr¨¢n: sin ir m¨¢s lejos, "en agosto, aunque sea poco, quien no goza de ¨¦l es loco".
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