¡°Ya no hay misterio en producir un disco. Hay superpoblaci¨®n¡±
Walter Salas-Humara, figura de culto desde los a?os ochenta, ahora graba ¡°por casi nada¡±, viaja para actuar en recintos peque?os y pinta perros
Los anales del rock recordar¨¢n a Walter Salas-Humara por Cuba, segundo ¨¢lbum de su grupo, The Silos. Publicado en 1987, anim¨® a los cr¨ªticos de Rolling Stonea elegirles como mejor nueva banda de aquel a?o. El t¨ªtulo hac¨ªa referencia a las ra¨ªces hispanas del cantante, concebido en La Habana, nacido en Nueva York y criado en Florida, pero aquellas canciones entroncaban con el incipiente rock alternativo que promulgaban R.E.M. y otros, beb¨ªan del acervo anglosaj¨®n, descubierto junto a sus colegas de instituto. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, instalado en Arizona, Salas-Humara sigue publicando discos y viajando, ligero de equipaje, para interpretarlos en vivo.
¡°No es que me distanciase de mis ra¨ªces hispanas¡±, explica por correo electr¨®nico. ¡°Mi padre era un excelente pianista al estilo del son cubano y en casa se organizaban fiestas donde todos cantaban. Empec¨¦ a tocar la bater¨ªa a los siete a?os, hasta los 17 no me concentr¨¦ en la guitarra. Me atra¨ªa componer canciones pero, dadas mis limitaciones como guitarrista, me sal¨ªan temas muy sencillos, influenciados por lo que escuchaba, los grupos punks, el primer rock independiente¡±. Otros oyeron en Cuba, cuya canci¨®n, ¡®Tennessee Fire¡¯, tra¨ªa aires sure?os, ecos del melanc¨®lico pop de The Kinks, el minimalismo de The Velvet Underground o el country-rock de Gram Parsons.
En 1982 se hab¨ªa mudado a Nueva York para completar sus estudios de arte y all¨ª particip¨® en la gestaci¨®n de una emergente escena musical. Tres a?os despu¨¦s funda The Silos junto al guitarrista Bob Rupe y la violinista Mary Rowell. El ¨¦xito del grupo le distancia de la pintura abstracta que ha sido su educaci¨®n creativa y emprende una carrera musical que, tras recalar en la multinacional RCA, volver¨¢ a la independencia, labr¨¢ndose una discograf¨ªa que se ramifica en discos en solitario y colaboraciones con esp¨ªritus afines. El escritor Jonathan Lethem, con quien grab¨® el ¨¢lbum You are all my People, le considera ¡°un genio de la melod¨ªa, uno de nuestros grandes cantautores¡±.
Su vida adulta transcurrir¨¢ en Manhattan, donde es presencia com¨²n en los c¨ªrculos art¨ªsticos y musicales, hasta que pone rumbo a Flagstaff, Arizona. All¨ª mantiene su base desde 2008: graba discos ¡ªprepara una serie de ac¨²sticos donde repasar¨¢ su cancionero¡ª, organiza giras que recalan en clubes pero tambi¨¦n en domicilios particulares, y pinta por encargo retratos estilo pop art de perros. Es figura de culto trashumante, con residencia anual en el festival SXSW de Austin. S¨®lo los t¨ªtulos de algunos de los ¨¢lbumes desvelan sus or¨ªgenes: Lagartija (1988), Hasta la victoria! (1992), Nuestra vida (2001) o Florizona (2011), el ¨²ltimo con The Silos, cuya formaci¨®n qued¨® en suspenso tras la muerte del bajista Drew Glackin.
El m¨²sico niega haberse distanciado de sus ra¨ªces hispanas y sentencia: ¡°El embargo a Cuba nunca fue buena idea¡±
¡°La vida musical es hoy distinta¡±, reconoce. ¡°Las grabaciones son m¨¢s baratas y directas, y la distribuci¨®n ya no pasa necesariamente por los gastos de fabricaci¨®n. Ya no hay misterio en producir un disco, y por ello hay mucha m¨¢s gente haci¨¦ndolos. En consecuencia, el mercado est¨¢ superpoblado y es dif¨ªcil encontrar tu p¨²blico. Me siento afortunado por haber empezado cuando lo hice, ha sido un viaje asombroso, no siento nostalgia. Grabo por casi nada y doy conciertos en solitario o me acompa?an amigos cuando voy a su ciudad. Crear buena m¨²sica quiz¨¢ no sea m¨¢s f¨¢cil que antes, pero mi vida s¨ª lo es¡±.
Pese a que su genealog¨ªa se remonta a Menorca y Galicia, no se ha prodigado todo lo que hubiese querido por nuestros escenarios. ¡°En casa se hablaba espa?ol, crec¨ª biling¨¹e, algo que agradezco¡±, explica. Sus padres se hab¨ªan instalado en Fort Lauderdale, a 40 kil¨®metros de Miami, donde no hab¨ªa apenas presencia cubana. Recuerda con cari?o un viaje con su padre a Madrid, a visitar a unos t¨ªos, y el modo en que la capital devolvi¨® una alegr¨ªa juvenil a su progenitor. Juntos frecuentaron bares e intimaron como amigos, algo que a su edad no era posible en Estados Unidos. ¡°Espa?a era todav¨ªa un pa¨ªs aislado¡±, aclara, ¡°pero Madrid me pareci¨® vibrante, muy estimulante para un cr¨ªo¡±.
Tras a?os de ausencia, finalmente ha vuelto a Espa?a. Presenta su ¨²ltimo ¨¢lbum, Curve and Shake, donde sedimentan la experiencia vital y una voz, ¨¢spera pero emotiva, que transmite esencia mediterr¨¢nea. ¡°Me gustar¨ªa pensar que he aprendido a construir mejores canciones, y es verdad que canto mejor que en mi juventud¡±, confiesa. ¡°Soy m¨¢s paciente, sigo trabajando en una canci¨®n hasta que siento que est¨¢ bien. No tengo horarios que cumplir. Mis temas podr¨¢n sonar m¨¢s adultos, pero yo me siento el mismo, mis deseos y objetivos no han cambiado. Quiero seguir creando canciones que aspiren a la grandeza, y lleguen al mayor n¨²mero posible de personas¡±.
La entrevista concluye inevitablemente en lo hispano, el aumento del espa?ol hablado en Estados Unidos y la influencia de los cubanos de Florida en las elecciones presidenciales. Ve factible a un latino en la Casa Blanca, pero antes ¡°deber¨¢ ser presidente una mujer. Ya va siendo hora¡±. ?Quiz¨¢ el fin del embargo cubano contribuya a esa realidad? ¡°Es lo correcto¡±, sentencia. ¡°Nunca fue buena idea. Alentaba la paranoia de Castro y motiv¨® un distanciamiento artificial entre ambos pueblos, que por s¨ª mismos son buenos amigos. Espero que cada vez m¨¢s norteamericanos vayan a Cuba y que los cubanos tengan m¨¢s oportunidades de viajar y libertades similares a las que disfrutamos, sin sacrificar sus ideales socialistas, preservando su hermosa isla y el limpio mar que la rodea¡±.
El ¨¢lbum Curve and Shake est¨¢ editado por Sonic Pyramid.
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