¡®Cr¨®nica de una muerte anunciada¡¯, el antipolicial absoluto
Cuarta entrega de la Biblioteca Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, este domingo 12 de abril, por 9,95 euros
¡°Es mi mejor novela¡±, dijo en su momento Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, ¡°la que mejor he podido controlar¡±. Sin embargo, sin el ¨¦xito escandaloso y merecido de Cien a?os de soledadtal vez no conocer¨ªamos la felicidad que nos produce este libro. Es una historia terrible: ?c¨®mo es posible que tanta felicidad sea el producto de tanta desdicha? Esta es solo una de las preguntas que esta nota no intentar¨¢ responder. Nada le estoy anticipando al lector si le informo que el protagonista, Santiago Nasar se despert¨® ese d¨ªa a las 5.30 de la ma?ana, sali¨® de su casa a las 6.05 y fue destazado como un cerdo una hora despu¨¦s. Nada importante estoy develando si le cuento que los asesinos fueron los hermanos Vicario.
Es que esta novela sobre un hecho policial es una suerte de anti-policial absoluto. Aqu¨ª no hay ning¨²n misterio. Desde las primeras l¨ªneas, el destino de los personajes est¨¢ trazado con cruel precisi¨®n. ?Por qu¨¦ seguimos leyendo, entonces?
Con El Oto?o del Patriarca, una novela exagerada, desmadrada, Garc¨ªa M¨¢rquez se propuso exacerbar sus recursos, llevarlos hasta las ¨²ltimas consecuencias. En Cr¨®nica de una muerte anunciada se propone todo lo contrario. Control es la palabra que usa para presentarla y de eso se trata: ajuste, precisi¨®n. Nada de magia: todo sucede por arte de realidad.
Excepto la magia de su escritura.?Por qu¨¦ seguimos leyendo? Por muchas razones. Por ejemplo, porque el autor sigue sacando de la galera esa prosa inclemente, esa adjetivaci¨®n de aquelarre tan f¨¢cil de imitar, y que sin embargo no exist¨ªa hasta que Gabo la hizo brotar de los enredos de su coraz¨®n y las entretelas de su mente l¨²cida.
Cr¨®nica pivotea entre realidad y ficci¨®n. Lejos del informe period¨ªstico, utiliza sin embargo sus recursos. El autor se divierte confundiendo al p¨²blico con sus declaraciones: ¡°Mi madre me pidi¨® que nunca escribiera ese libro mientras estuvieran vivos algunos de sus protagonistas¡±. ¡°Solo los nombres de mis familiares son verdaderos¡±. El crimen real sucedi¨® en el a?o 1951 en el municipio de Sucre. Garc¨ªa M¨¢rquez estaba all¨ª. Treinta a?os tuvieron que pasar para que la novela, contada en primera persona, tomara forma y sentido.
?Por qu¨¦ seguimos leyendo? Porque nos invita a conocer un mundo asombroso, lleno de personajes geniales, estrafalarios. Ojal¨¢ pudi¨¦ramos estar all¨ª, en ese lugar extraordinario. Pero si estuvi¨¦ramos, ?qu¨¦ ver¨ªamos? Un pueblo tropical y so?oliento, que despierta de vez en cuando en tristes parrandas fogoneadas por el alcohol, donde un pu?ado de habitantes hartos de verse las caras viven en un aburrimiento infinito. El resto es magia literaria, y de la buena.
A lo largo de cinco cap¨ªtulos, el narrador va y viene en el tiempo, hacia el pasado y hacia el futuro, sin salir nunca de esas dos horas fat¨ªdicas en las que todo el pueblo supo y nadie quiso o nadie pudo contarle a Santiago Nasar que los hermanos Vicario lo estaban esperando para matarlo. Como una baba de caracol, Santiago va dejando a su paso un rastro brillante de fatalidad. Y el lector lo sigue, fascinado.
* Biblioteca Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez en EL PA?S. Este domingo 12 de abril, Cr¨®nica de una muerte anunciada, por 9,95 euros
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