El juego de la creaci¨®n
El juego metaling¨¹¨ªstico de Sexo f¨¢cil, pel¨ªculas tristes viene a ser una especie de disfraz con el que se trata de contar lo de siempre con apariencia de otro modo, un travieso ardid con el que se admite caer en el estereotipo aunque rindi¨¦ndole un homenaje en su fase de creaci¨®n. Alejo Flah, argentino, ha escrito una pel¨ªcula sobre un guionista que debe escribir otra pel¨ªcula, centrada en los clich¨¦s de los modos de representaci¨®n de la comedia rom¨¢ntica, y amparada por los esquematismos y obligaciones de preproducci¨®n de un trabajo cofinanciado entre Argentina y Espa?a. Un ejercicio de autenticidad alrededor del lugar com¨²n, con el que se configura una curiosa obra con tres niveles de representaci¨®n.
SEXO F?CIL, PEL?CULAS TRISTES
Direcci¨®n: Alejo Flah.
Int¨¦rpretes: Quim Guti¨¦rrez, Marta Etura, Ernesto Alterio. G¨¦nero: romance. Espa?a, 2015.
Duraci¨®n: 91 minutos.
En el primero, Ernesto Alterio (estupendo, como todos los int¨¦rpretes) es un novelista de gran ¨¦xito en su juventud que ahora, en la mediana edad y en crisis creativa y afectiva, debe escribir una comedia rom¨¢ntica al uso. Es decir, clich¨¦ sobre clich¨¦, pero que sin embargo funciona. El segundo nivel lo compone la pel¨ªcula que est¨¢ escribiendo el guionista, tan agradable, sencilla y esquem¨¢tica como (casi) todas, protagonizada por la relaci¨®n amorosa entre Quim Guti¨¦rrez y Marta Etura. Y en el tercer escal¨®n, casi un gui?o cin¨¦filo, la pel¨ªcula en cuesti¨®n, Sexo f¨¢cil, pel¨ªculas tristes como ente, que, como la pel¨ªcula que se est¨¢ fabricando dentro, tambi¨¦n es una coproducci¨®n entre Argentina y Espa?a en la que hay que meter profesionales de ambos lados, y a la que hay que aplicar una escena en Francia porque tambi¨¦n hay un coproductor franc¨¦s.
Mejor en su parte narrativa y en sus di¨¢logos que en su vertiente t¨¦cnica y de puesta en escena (la direcci¨®n de Flah apenas tiene ning¨²n detalle, y la fotograf¨ªa y el empaque visual es del mont¨®n), este peculiar entretenimiento rom¨¢ntico encuentra sin embargo su mejor virtud en un detalle de engranaje inicial que poco a poco se va desvelando y que, a la hora del desenlace, la hace virar hacia un tono interior distinto y m¨¢s desacostumbrado que el del aparente final feliz: que la historia de la elaboraci¨®n del guion, la de Alterio y su esposa, podr¨ªa ser una proyecci¨®n del relato de ficci¨®n central, el de Guti¨¦rrez y Etura, donde los personajes (amigo gordo incluido) podr¨ªan ser los mismos 15 a?os despu¨¦s. Lo que lleva a que, esta vez s¨ª, se aleje del estereotipo con su esp¨ªritu ambivalente.
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