¡°El final es el silencio, y no me asusta¡±
El poeta ha abandonado el jurado del premio Loewe
Muchos de sus propios libros se?alan que Pablo Garc¨ªa Baena naci¨® en 1923, pero la verdad es que lo hizo dos a?os antes el d¨ªa de su santo, 29 de junio. ¡°Se equivocaron cuando me publicaron la primera antolog¨ªa y yo no he insistido en cambiarlo¡±, cuenta en su domicilio de C¨®rdoba, su ciudad natal. Hoy recibe un homenaje en el Instituto Cervantes de Madrid pero el motivo no es su edad sino su decisi¨®n de abandonar el jurado del premio Loewe. Significar¨¢ el reconocimiento de varias generaciones de poetas a un autor que, antes de ganar el Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras en 1984, vivi¨® su particular traves¨ªa del desierto. Fundador del grupo C¨¢ntico, su hedonismo pagano no encajaba en una posguerra marcada por la poes¨ªa social. Fueron los nov¨ªsimos los que reivindicaron su obra, con obras como Fieles guirnaldas fugitivas o Los Campos El¨ªseos. De este ¨²ltimo hacen ya nueve a?os.
Pregunta. ?Los poetas se retiran?
Respuesta. Es que esto no es una retirada. Dejo el jurado porque veo mal. Como en la fundaci¨®n Loewe son tan amables se les ocurri¨® este homenaje, que es m¨¢s complicado para m¨ª que seguir leyendo[RISAS].
P. ?Sigue escribiendo?
R. Preparo un libro, pero soy un poeta muy vago.
P. ?Tiene t¨ªtulo?
R. Uno que puede cambiar: Claroscuro. No es tan original como para que no lo haya usado antes alguien. Me gustan tanto Caravaggio y ese mundo suyo... Tambi¨¦n es una par¨¢bola de este momento en el que estoy, con un poco de claro, pero caminando hacia lo oscuro inmediato.
P. Lo dice con una sonrisa.
R. Cuando has vivido tantos a?os y has visto irse a tantos amigos, te quedas un poco solo, pero tambi¨¦n te queda cierta tranquilidad. Tampoco es tan terrible. El final es el silencio, y no me asusta, porque tambi¨¦n la vejez tiene cosas desagradables. Mira, cuando el cuerpo no responde es que ya quiere volver.
P. ?Cree que hay otra vida?
"La religi¨®n y el goce carnal son cosas divinamente humanas"
R. Tengo una vaga esperanza de que exista de alguna manera... Pero nos estamos poniendo solemnes. Yo voy a seguir igual, trabajando. Bueno, un poquito, ya digo que he sido un poeta vago, pero ese libro s¨ª me gustar¨ªa verlo. Ser¨ªa casi una despedida. Aunque los libros ¨²ltimos se anuncian mucho y luego viene otro y otro.
P. O sea, que los poetas no se retiran.
R. No te puedes retirar de una pasi¨®n que de cuando en cuando aparece con el mismo fuego que cuando eras joven.
P. ?Se acuerda del d¨ªa que vio su primer libro?
R. Rumor oculto [1946]se public¨® en una revista. Era un libro y no era un libro. La impresi¨®n la tuve m¨¢s con Antiguo muchacho, [1950]en la colecci¨®n Adon¨¢is, por la que suspir¨¢bamos todos. Yo me present¨¦ al premio m¨¢s de una vez y no lo gan¨¦, pero qued¨¦ entre los finalistas y me publicaron. Te daban 500 pesetas [3 EUROS]y algunos ejemplares. Era la c¨²spide de todo lo que fuera poes¨ªa en Espa?a en aquel tiempo triste.
P. ?El premio Loewe cumple hoy la misma funci¨®n?
R. Con otra grandeza. El Adon¨¢is era lo mejor que se pod¨ªa hacer en aquella ¨¦poca tan pobre.
P. Como jurado, ?ha visto que los poetas j¨®venes tengan algo en com¨²n?
R. Hay libros estupendos, pero no una l¨ªnea dominante. En mi ¨¦poca estaban los clasicistas, la poes¨ªa social... Ahora los j¨®venes son m¨¢s ellos. A veces ves que los beatniks siguen, y a m¨ª me parecen ya una antig¨¹edad.
P. ?C¨®mo era la Espa?a de su juventud?
R. Triste. Pero los j¨®venes sacan partido de todo; por eso la vida sigue. Los momentos peores que pueda pasar un pa¨ªs ¡ªesa Guerra Civil¡ª los pasamos nosotros, pero mira qu¨¦ mont¨®n de poetas sali¨®. A los j¨®venes no hay quien los entristezca. En todas las provincias sal¨ªa gente que quer¨ªa cambiar el mundo, no con aquella arma cargada de futuro, sino con algo tan triste como una silva.
P. Ustedes, los de C¨¢ntico, no hicieron literatura pol¨ªtica.
R. Los poetas de C¨¢ntico no fueron combativos, no. Pero estaban seguros de lo que hac¨ªan, seguros de que la poes¨ªa es eso, seguir la l¨ªnea interrumpida de la Generaci¨®n del 27.
P. ?Por qu¨¦ habla en tercera persona?
R. Es que decir ¡°est¨¢bamos¡± me parece una vanidad.
P. ?Pensaron que se hab¨ªan equivocado de momento?
R. Lo pensamos todos. Dejamos la poes¨ªa. Cuando los nov¨ªsimos descubren C¨¢ntico, la cosa cala. El momento era distinto. Los a?os setenta. Vimos que no se hab¨ªa perdido aquella semilla. A lo mejor cay¨® muy honda y por eso tard¨® en fructificar. Todos volvimos a escribir.
P. Y en el 84 le dan el premio Pr¨ªncipe de Asturias.
R. S¨ª, pero al poco se cierra El Ba¨²l, la tienda que hab¨ªamos abierto en Torremolinos en 1965. Ahora se cumplen 50 a?os. La tienda sigui¨® el sino de C¨¢ntico: ofrec¨ªa cosas que no eran lo que la gente compraba. Nos resist¨ªamos a poner vulgaridades, souvenirs y postales. Cerramos porque no era negocio, como no fue negocio po¨¦tico C¨¢ntico.
P. ?Vend¨ªa antig¨¹edades?
R. Antig¨¹edades o cosas de imitaci¨®n, pero con otra finura. Empezaba a verse el art dec¨®, pero la gente estaba todav¨ªa en lo isabelino. Otro desastre. No nos entendimos con nuestra ¨¦poca.
P. ?Y con esta ¨¦poca?
R. Muy bien. Con los j¨®venes poetas me entiendo muy bien, los admiro.
P. ?Nadie le ha echado en cara nunca que mezclase en un poema como Viernes santo erotismo y religi¨®n?
R. No. La religi¨®n es elevaci¨®n; el goce carnal, tambi¨¦n. Llamarlo pecado es exagerar. Las dos cosas son divinamente humanas. Para m¨ª no hay contradicci¨®n. Soy as¨ª. Como dec¨ªa santa Teresa: cuando perdiz, perdiz; cuando lentejas, lentejas.
Babelia
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