El laberinto de autentificar un ¡®leonardo¡¯
An¨¢lisis t¨¦cnicos, a?os de estudios y el pl¨¢cet de los expertos resultan imprescindibles para validar las obras
?Leonardo da Vinci o no? De la decisi¨®n dependen entre 100 y 150 millones de euros. Los due?os de la obra extraen de una maleta una diapositiva de gran formato. Mide m¨¢s de 20 cent¨ªmetros y revela con un enorme detalle una bella madonna. Al trasluz, la imagen surge leonardesca. La languidez, el recurso del sfumato. Estamos en un bufete madrile?o. En la peque?a entrada, sobre el techo, hay c¨¢maras de vigilancia. La reuni¨®n se pacta entre el due?o de la firma, dos de los propietarios (espa?oles) del cuadro y el periodista de EL PA?S, quien se compromete a revelar lo justo. Solo lo que leen. Ni siquiera puede describir con detalle la obra. El silencio es una puerta blindada. Por lo general, los due?os de cuadros de este nivel suelen guardarlos en una c¨¢mara acorazada de alg¨²n puerto franco de Singapur, Ginebra o Luxemburgo. Lugares donde siempre es de noche.
¡°M¨¢s adelante, si se vende la obra, podr¨¢ contarlo todo; la historia es suya¡±, avanza uno de los propietarios.
Una tarea compleja
Este consorcio espa?ol lleva varios a?os en la ¡°compleja¡± y ¡°cara¡± tarea de autentificar el probable leonardo. Un tour de force que exigir¨¢ la acreditaci¨®n de algunos de los mejores expertos del mundo en el genio renacentista (Martin Kemp, Robert Simon, Carlo Pedretti, Michael Daley) y un an¨¢lisis qu¨ªmico de la tabla de ¨¢lamo (el soporte sobre el que pintaba el maestro) en el Instituto de F¨ªsica de Part¨ªculas (Z¨²rich), el laboratorio Lumiere Technology (Par¨ªs) o el Fine Arts Expert Institute (FAEI) de Ginebra, con ganada fama en la dataci¨®n por radiocarbono y el uso de la reflectograf¨ªa de infrarrojos. Eso s¨ª, los due?os de la madonna tendr¨¢n que desembolsar m¨¢s de 15.000 euros solo por los an¨¢lisis iniciales, olvidarse del Prado ¡ªel museo tiene prohibido firmar certificados de autenticidad¡ª y seguir un ¡°riguroso proceso¡±, dice Chaterine Grenier, directora de la Fundaci¨®n Alberto y Annete Giacometti.
Pero si logran encajar todas las caras de este cubo de Rubik, el viaje (econ¨®mico) habr¨¢ merecido la pena. El ¨²ltimo leonardo aparecido en el mercado ¡ªun Salvator Mundi bastante deteriorado que se expuso en la National Gallery de Londres¡ª lo compr¨® en 2013 el multimillonario ruso Dmitry Rybolovlev por 127,5 millones de d¨®lares (unos 114 millones de euros). Una cantidad estratosf¨¦rica que le hace reflexionar a Manuela Mena, responsable de Conservaci¨®n de Pintura del Siglo XVIII y Goya del Prado, ¡°si existe alguna obra que de verdad se merezca semejante cifra¡±.
Sin embargo, en el arte solo las atribuciones son tan subjetivas como los precios. Kemp es, quiz¨¢, la principal autoridad en Leonardo del planeta. Profesor em¨¦rito de Historia del Arte del Trinity College de Londres, en 2009 descubri¨® una nueva obra del genio, algo que ocurre una vez en d¨¦cadas. Un peque?o dibujo (33 x 23,9 cent¨ªmetros) hecho con tizas de colores y tinta sobre pergamino que representa a Bianca Sforza, hija ileg¨ªtima del duque de Mil¨¢n. El retrato la muestra con 13 o 14 a?os, pocos meses antes de morir. Quiz¨¢ de un embarazo ect¨®pico, algo frecuente en la corte milanesa de aquel tiempo. Kemp bautiz¨® el dibujo La Bella Principessa. Pero a pesar de su prestigio, algunos expertos, como Michael Daley, hablan de ¡°falso moderno¡±. No le encaja nada. Ni la posici¨®n de los ojos, ni la ropa que viste La Principessa ni su sorpresiva entrada en escena en 1998, m¨¢s de 500 a?os despu¨¦s de, en teor¨ªa, haberse pintado. La Bella est¨¢ datada en 1496.
Kemp, desde luego, defiende su criterio. ¡°En un aspecto amplio, cuando Leonardo pinta no tiene la intenci¨®n de crear una ilustraci¨®n anat¨®mica. Hay errores anat¨®micos, en el sentido b¨¢sico del t¨¦rmino, en muchos de sus trabajos. Es un criterio tonto [para desautorizar el cuadro]¡±, sostiene por correo electr¨®nico el historiador ingl¨¦s.
Pero en este mundo de autor¨ªas, los dibujos son presa habitual. Sufren m¨¢s falsificaciones porque resultan m¨¢s sencillos y baratos de producir que una pintura o una escultura. Tampoco ayuda el poblado taller del genio, donde conviv¨ªan disc¨ªpulos brillantes (Francesco Melzi, Boltraffio y Marco d'Oggiono) con otros menos dotados. Es dif¨ªcil separar la paleta de unos y otros. A lo que se suma la m¨ªtica inconstancia de Leonardo, quien saltaba de un cuadro a otro sin acabar de rematarlos.
Mercado millonario
Sobre esa fragilidad y la presi¨®n de los casi 54.000 millones de euros que mueve al a?o el mercado del arte se explica la recurrencia en los ¨²ltimos tiempos de esc¨¢ndalos (Beltracchi, Knoedler, Glafira Rosales) que remiten a falsificaciones y falsificadores. En Ginebra, Yan Walther, director del FAEI, revela que ¡°entre el 70% y el 90% de las obras que estudian son falsas o mal atribuidas¡±. Esa debilidad y la fuerza de los precios tambi¨¦n se ocultan detr¨¢s de la sorprendente aparici¨®n estos meses de nuevos leonardos.
Parece que el maestro florentino, de quien solo est¨¢n autentificados entre 15 y 20 cuadros, estuviera vivo. Incluso se celebra como de Leonardo una obra tan desma?ada como el retrato de Isabel de Este que en febrero pasado los Carabinieri rescataban de la caja fuerte de un banco suizo. Poco importan las enormes dudas que despierte o que Kemp no vea el pincel del toscano.
Quiz¨¢ porque tras los an¨¢lisis t¨¦cnicos, la investigaci¨®n y el ojo del connoisseur queda la naturaleza humana. ¡°Cuando pones 100 millones encima de la mesa siempre existe alguien para firmar algo. Hay que tener mucho cuidado¡±, zanja Miguel Falomir, director adjunto del Prado.
Tras la pista de una falsificaci¨®n
-El coste de un an¨¢lisis inicial para saber si una obra es falsa puede rondar los 15.000 euros.
-El multimillonario ruso Dmitry Rybolovlev pag¨® por el ¨²ltimo leonardo aparecido en el mercado hasta 114 millones de euros. Fue un Salvator Mundi que se expuso en la National Gallery de Londres. El mercado del arte mueve cerca de 54.000 millones de euros cada a?o.
-Entre el 70% y el 90% de las obras que se estudian son falsas o mal atribuidas, seg¨²n reconoce Yan Walther, el director de FAEI.
-Los mayores expertos del mundo en Leonardo da Vinci, que luchan contra las falsificaciones, son Martin Kemp, Robert Simon, Carlo Pedretti y Michael Daley.
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