Un visionario para el exilio mexicano
El diplom¨¢tico ?ngel Ossorio planific¨® el ¨¦xodo de republicanos a M¨¦xico
![El diplomático Ángel Ossorio Gallardo, en el centro, rodeado de periodistas, en 1933.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5DDODCUTTFW2MW25AJVAFYV2JU.jpg?auth=2e09b68a2380e6d97036d4e7d6b8334bd9dbb6757c45bfe672633420aea6b196&width=414)
Fue nada m¨¢s aterrizar. En la ¨²ltima visita de los reyes a M¨¦xico, Felipe VI agradeci¨® la generosidad del pa¨ªs norteamericano con el exilio. La avalancha de espa?oles sin tierra que fueron a parar a aquel pa¨ªs no respond¨ªa a una mera improvisaci¨®n. A la generosidad nunca suficientemente alabada por la historia del presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas, hay que a?adir un dato que prueba otro de los documentos salidos de la Fundaci¨®n Casta?¨¦ a la Residencia de Estudiantes esta pasada primavera. Sin que tenga que servir de consuelo, hubo hombres y mujeres en mitad de la barbarie b¨¦lica que conservaron el seso e, incluso, m¨¢s all¨¢, la visi¨®n. ?ngel Ossorio y Gallardo fue uno de ellos.
En un informe diplom¨¢tico ejemplar fechado el 11 de marzo de 1937, este pol¨ªtico pragm¨¢tico, conservador, pero leal a Aza?a hasta su muerte, muestra el camino de intelectuales y cient¨ªficos hacia el pa¨ªs que m¨¢s ampliamente los acogi¨® en el exilio.
Corr¨ªa el inicio de la guerra civil y en los planes de casi nadie cab¨ªa la derrota. Salvo en la mirada de zorro vestido con pieles de pol¨ªtico de raza que demostr¨® Ossorio y Gallardo. Sin duda, el diplom¨¢tico realiz¨® un trabajo soberbio. Lo prueba este informe dirigido a Julio ?lvarez del Vayo, ministro de Estado entonces. ¡°Quiero confiar a usted, con la reserva del caso, un proyecto que juzgo importante¡¡±, comenzaba el embajador con cierta complicidad de literato. Ambos estaban en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas, pero unidos en la causa republicana.
Ossorio, jurista de prestigio, escritor de cierto ¨¦xito, se dirig¨ªa a ?lvarez del Vayo, que antes de haberse metido en pol¨ªtica de la mano del socialista Largo Caballero, entonces presidente del consejo de ministros, hab¨ªa sido periodista en El sol y El universal, aparte de corresponsal de The Guardian en Espa?a y alumno de la London School of Economics.
Miseria de los ilustrados
¡°En el supuesto del hundimiento de la Rep¨²blica (aun por poco veros¨ªmil que fuese, discretamente cabr¨ªa prevenir) uno de los fen¨®menos m¨¢s graves que se producir¨ªan, ser¨ªa la dispersi¨®n de los hombres de ciencia y de arte que se mantienen al lado del Gobierno y la consiguiente evaporaci¨®n de la cultura espa?ola. La muerte, el ¨¦xodo, la miseria de esos hombres ilustrados (o su rendimiento por hambre) privar¨ªa a Espa?a por muchos a?os de su m¨¢s alta significaci¨®n mundial y dejar¨ªa confiada su representaci¨®n a peque?os n¨²cleos de conspiradores impotentes. Por eso creo que conviene reunirlos desde ahora en una instituci¨®n cuyos trazos voy a esbozar¡±.
Con dicho planteamiento, conscientes ambos de una gravedad con riesgo de dispersi¨®n nuclear, Ossorio define la soluci¨®n y programa directamente uno de los grandes ejes del exilio en tan s¨®lo cuatro folios fascinantes: ¡°Sustancia: Se tratar¨ªa de una universidad libre, donde se dieran las mismas ense?anzas que en las nuestras y que en nuestras escuelas especiales. Ser¨ªa condici¨®n esencial que la Universidad tuviera un sentido humano, liberal y espa?ol. Su alcance directo ser¨ªa influir con nuestra cultura en los pueblos de habla espa?ola. Piense usted en los nombres valios¨ªsimos de los hombres de la c¨¢tedra y fuera de la c¨¢tedra que est¨¢n a nuestro lado, y calcule el efecto que har¨ªa en el mundo verlos reunidos para defender el tesoro intelectual de Espa?a aunque hubiese perdido su libertad y su territorio¡±.
![El informe diplom¨¢tico sobre el exilio en M¨¦xico.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MUETC6XQBETDJ6KBLN4BTRIXIY.jpg?auth=39478e37a4214b96710a0d22279fdfde5e9af5c4951adfdf7a440f97e517bd0e&width=414)
Con varias d¨¦cadas de adelanto, Ossorio, directamente, esbozaba la actual estrategia de influencia global con la herramienta hermana del idioma, algo que todav¨ªa hoy muchos pol¨ªticos en ejercicio son incapaces de ver. Propone tres lugares para realizar su proyecto y elige uno. Desecha Francia ¡ª¡°Par¨ªs est¨¢ rodeado y minado por el fascismo¡±, asegura antes de que hubiese estallado incluso la Segunda Guerra Mundial¡ª y descarta Estados Unidos, precisamente por el idioma. ¡°Por exclusi¨®n hay que ce?irse a M¨¦xico. De no pensar en M¨¦xico, s¨®lo se me ocurre Costa Rica, por ser pa¨ªs rico y liberal. Seguro que cualquiera de esas dos naciones nos acoger¨ªan con entusiasmo¡±.
No se equivocaba Ossorio. Sin duda ve¨ªa en el gobierno de L¨¢zaro C¨¢rdenas a un aliado que apoyaba ya a la Rep¨²blica en foros internacionales. Justo en 1937, su mujer, Amalia Sol¨®rzano, hab¨ªa iniciado labores de socorro acogiendo a 456 hu¨¦rfanos de combatientes dando cobijo en su pa¨ªs a quienes acabaron conoci¨¦ndose como los ni?os de Morelia.
Lo que vino despu¨¦s, ?ser¨ªa estrategia de Ossorio? En este documento, pide permiso mediante ?lvarez del Vayo al Gobierno. ¡°Si en principio y a usted y al consejo de ministros les parece bien, podr¨ªa yo articular m¨¢s al por menor mi pensamiento. Creo importante acometerlo pronto para tener echados los cimientos y aseguradas las posibilidades en el caso de mala fortuna¡±. Todo indica que s¨ª.
Conservador y leal a la II Rep¨²blica
La carrera de ?ngel Ossorio le convierte en una rara avisespa?ola en plena histeria de los radicalismos. Hab¨ªa sido ministro de Fomento con el conservador Antonio Maura y presidente del Ateneo de Madrid. Comulgaba con la derecha democristiana, ejerci¨® como diputado del Partido Conservador y se convirti¨® en l¨ªder del Social Popular. Asist¨ªa a misa, pero no se hab¨ªa entregado a los brazos de una reacci¨®n con sed de sangre del fascismo todav¨ªa sin armaz¨®n pol¨ªtica de los sublevados, sino que cultiv¨® la lealtad hacia el sistema democr¨¢tico constituido. El presidente Manuel Aza?a fue uno de sus grandes y m¨¢s queridos amigos. Hasta el punto que fue a ¨¦l a quien envi¨® la ¨²ltima carta de su memoria pol¨ªtica desde su exilio en Francia hasta Buenos Aires, donde Ossorio muri¨® en 1946. Aza?a lo hab¨ªa nombrado embajador en Par¨ªs, B¨¦lgica y Argentina. "?l ve¨ªa en el presidente un v¨ªnculo con Maura, que nadie se atrev¨ªa a establecer. Los consideraba a ambos hombres de Estado", comenta el historiador Santos Juli¨¢.
El documento que est¨¢ en la Residencia de Estudiantes y ha sido donado por la Fundaci¨®n Casta?¨¦ es muy importante, seg¨²n Juli¨¢. Se nota la complicidad de Ossorio con el pensamiento de Aza?a. ¡°Tambi¨¦n ¨¦l intu¨ªa la derrota, aunque no estaba dispuesto a que se produjera sin antes plantear batalla. Ossorio fue incluso m¨¢s optimista que el presidente, pero el informe prueba su m¨¢s que acertada visi¨®n de futuro con un plan establecido para acoger a cient¨ªficos e intelectuales en el pa¨ªs americano¡±. El final de la historia, lo saben ustedes. M¨¦xico fue casa, luz y refugio para gran parte de ellos.
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