Los ¨²ltimos Led Zeppelin
Las reediciones de sus ¨¢lbumes finales 'Presence', 'In Through the Out Door' y 'Coda' recuerda las turbulencias de la banda brit¨¢nica
La llama de Led Zeppelin siempre est¨¢ viva, ya sea por un motivo u otro el cuarteto brit¨¢nico es noticia por sus asuntos. En efecto, aunque no est¨¦n operativos, ni estando de gira ni obviamente con la idea grabar, saben rentabilizar como nadie su legado glorioso sin la necesidad de mover un dedo. Robert Plant y Jimmy Page no se tienen que ver las caras, y a¨²n as¨ª, la maquinar¨ªa sigue generando. No obstante, el cantante rechaza una oferta millonaria para el grupo, la opci¨®n de subirse a un escenario a interpretar ese inigualable repertorio no la contempla (tir¨® de la manta en 2012 para obrar el directo vigente Celebration Day, o anteriormente dando el visto bueno a la publicaci¨®n de las BBC Sessions o How The West Won, sus conciertos en California de 1972), mientras ¨¦ste lanza dardos envenenados para culpar a su compa?ero de tal decisi¨®n. John Paul Jones no interviene, est¨¢ de acuerdo con lo que ellos hagan, a d¨ªa de hoy es el elemento m¨¢s democr¨¢tico y flexible. En alg¨²n periodo se entretiene con Them Crooked Cultures, el proyecto del que form¨® parte junto a primeras espadas en la actualidad como Josh Homme y Dave Grohl. Y expectante se mantiene Jason Bonham (hijo de John). Es decir, no apaga nunca su tel¨¦fono m¨®vil por si cayera esa breva, su padre sonreir¨ªa si lo viera tocar otra vez la bater¨ªa.
Entre tanto, Jimmy Page se ha buscado una ocupaci¨®n; remasterizar y producir un material tan valorado. Con una estrategia calculada y efectiva que ha durado un a?o, han ido publicando en numerosos formatos, y por tandas, cada uno de sus discos. La ¨²ltima alhaja para el an¨¢lisis fue Physical Graffiti, su particular catedral sonora, un ejercicio meticuloso y grandilocuente, una reedici¨®n que en vinilo alcanza m¨¢s brillo, dibujando cada una de las ventanas del edificio en St. Mark?s Place en Nueva York que ilustraba la portada. Coincidiendo con el acontecimiento, se estren¨® junto al sencillo in¨¦dito ¡°Brandy & Cooke¡± un videoclip interactivo que permit¨ªa descubrir historias ocurridas all¨ª al hilo de las canciones que suenan. Ese objeto de 1975 marc¨® la ¨²ltima l¨ªnea conexa del grupo, a partir de entonces, m¨¢s tensiones, dudas, mucho misterio.
Por lo tanto, el ¨²ltimo tr¨ªo de ¨¢lbumes que editaron Led Zeppelin pecan de cierta irregularidad. En cualquier caso, en el global de sus canciones y en el concepto, siempre hay se?ales, un atractivo. En Presence (1976) se salen de nuevo por la tangente, el autom¨®vil lo pilota esta vez Jimmy Page, a su lado Robert Plant obedece. Una vuelta a los or¨ªgenes b¨¢sicos de la formaci¨®n, hay m¨¢s blues y electricidad (Nobody?s Fault But Mine es la gema de esta nueva conquista). En cambio, en In Through The Out Door hay intercambio de papeles, el rumbo lo coge Robert Plant tras un a?o de exilio forzado por la desgracia (pierde a su hijo), una suma magn¨¦tica de sonidos con visos futuristas (In The Evening y Fool For The Rain cuentan como cl¨¢sicos s¨®lidos, en algunas piezas incorporan un sintetizador sorprendente), previo paso a que cada uno practicara con autonom¨ªa propia dejando en el imaginario una direcci¨®n incierta. Coda tiene aroma a despedida (data de 1982, dos a?os despu¨¦s de la muerte de Bonham), unos lo ven como un epitafio insuficiente, otros como una obra de descartes con su distintivo sello de calidad autorizada. Sugar Mama es la sorpresa oficial de esta reedici¨®n, funcionando anta?o como disimulada cara B, ahora ya tiene concedido un rango dentro del magno cat¨¢logo de Led Zeppelin.
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