Explorando el ¨²ltimo reducto inca
Una expedici¨®n espa?ola utiliza fotos de sat¨¦lites para acotar una zona en los andes peruanos y buscar restos arqueol¨®gicos
Por extra?o que suene, a¨²n quedan hombres y mujeres ilusionados con la posibilidad de visitar algo que no contenga su smartphone, rincones inexplorados del planeta, por poner un ejemplo. Pero a¨²n suena m¨¢s improbable que en nuestro mundo diseccionado por sat¨¦lites y drones existan tales lugares, casi siempre escenarios de selva o monta?a. La ¨²ltima naci¨®n inca, atrincherada en el reino de Vilcabamba, se extingui¨® a finales del siglo XVI a manos de los conquistadores espa?oles. Con todo, la civilizaci¨®n dej¨® un aura misteriosa y fascinante que atrajo a exploradores como Hiram Bingham hasta Vilcabamba, en 1911. Bingham acab¨® revelando al mundo las ruinas de Machu Picchu. El pr¨®ximo 14 de septiembre parte desde Vitoria (una ciudad de Pa¨ªs Vasco) una expedici¨®n que observa, en parte, la ilusi¨®n original que movi¨® a Bingham: encontrar vestigios de lo que bien pudo ser el ¨²ltimo reino inca.
Se trata de un arrebato ¡°so?ador y aventurero¡±, explica el impulsor del viaje, Miguel Guti¨¦rrez, historiador y escritor de viajes de Vitoria que exhibe unas fotos de sat¨¦lite para justificar una expedici¨®n plagada de interrogantes. Las fotos, analizadas por el arque¨®logo I?igo Orue, delimitan sobre el mapa al menos cinco zonas que podr¨ªan albergar restos incas en la selva que un d¨ªa estuvo bajo la influencia de la organizaci¨®n terrorista Sendero Luminoso. Pero Guti¨¦rrez baraja, al mismo tiempo, otra aventura: recorrer el sector occidental de las monta?as andinas de Vilcabamba y llegar all¨ª donde cient¨ªficos y alpinistas nunca llegaron, ahuyentados por Sendero Luminoso, una organizaci¨®n hoy reciclada en el ¡°tr¨¢fico de coca¡±, explica Guti¨¦rrez. ¡°Es una regi¨®n en la que el Gobierno de Per¨² no ha entrado y en la que poco a poco llegan alpinistas, casi todos espa?oles, pero interesados por monta?as de 6.000 metros. Nosotros queremos pasar por cuatro cimas de 4.000 metros, cimas que no son v¨ªrgenes porque los incas sub¨ªan para realizar ofrendas y, despu¨¦s, los campesinos las recorrieron buscando pastos para su ganado o para traficar. Pero la zona es desierta y eso es lo que nos motiva. Tambi¨¦n est¨¢ el hecho de que ha sido un lugar saqueado: nosotros no queremos llevarnos nada, sino documentar y ubicar los posibles hallazgos arqueol¨®gicos y ponerlos al servicio del Ministerio de Cultura peruano¡±, asegura Miguel, quien sud¨® tinta el pasado abril para encontrar un gu¨ªa local que les oriente en su recorrido.
Nosotros no queremos llevarnos nada, sino documentar y ubicar los posibles hallazgos arqueol¨®gicos y ponerlos al servicio del Ministerio de Cultura peruano Miguel Guti¨¦rrez, historiador
Si algunos medios han definido la expedici¨®n como un trekking, lo cierto es que ser¨¢ un homenaje al senderismo sin senderos. A trav¨¦s del programa Google Earth, el equipo apenas ha acertado a realizar un bosquejo del recorrido, pero desconocen si ser¨¢n capaces de dar con restos de senda en la selva o en la altura de las monta?as. Pero lo m¨¢s temido por Miguel y su hermano Rafa, fot¨®grafo de la expedici¨®n, y ambos impulsores del proyecto, es el fen¨®meno de El Ni?o. ¡°Anuncian cosas del cambio clim¨¢tico, las peores lluvias en los ¨²ltimos 50 a?os, y no queremos ni imaginar las consecuencias en altura [nieve] o en la selva [corrimientos de tierra, senderos inundados, etc.] que, seguramente, nos obligar¨ªa a cancelar el viaje una vez in situ¡±, expone Miguel, seriamente asustado ante tal posibilidad.
Con un arque¨®logo [I?igo Orue] que no viajar¨¢ y una expedici¨®n patrocinada por una empresa de videojuegos (Mars Gaming), la aventura adquiere tonos quijotescos e involucra, tambi¨¦n, a otros dos hermanos, estos alpinistas (Marcos y Javi Janer), que garantizar¨¢n los aspectos t¨¦cnicos del viaje, pero tambi¨¦n a una m¨¦dico y un director de documentales. Contando los ocho colaboradores locales, el grupo sumar¨¢ 15 integrantes con un mes por delante para descubrir vestigios que son interrogaciones y caminos de monta?a olvidados en el tiempo. En cualquier caso, solo El Ni?o o los descendientes reciclados de Sendero Luminoso pueden privarles de su mayor ilusi¨®n: explorar.
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