Svetlana Alexievich, la escritora de las vidas ordinarias
Claves para entender la obra de la ¨²ltima ganadora del Nobel, conciencia cr¨ªtica de la historia de la URSS, de Chern¨®bil a Afganist¨¢n
1. Mujeres. Svetlana Alexievich es la decimocuarta mujer que obtiene el premio Nobel de Literatura: sus antecesoras son Selma Lagerl?f (1909), Grazia Deledda (1926), Sigrid Undset (1928), Pearl S. Buck (1938), Gabriela Mistral (1945), Nelly Sachs (1966), Nadine Gordimer (1991), Toni Morrison (1993), Wis?awa Szymborska (1996), Elfriede Jelinek (2004), Doris Lessing (2007), Herta M¨¹ller (2009) y Alice Munro (2013). A lo largo de sus primeros sesenta y cinco a?os de vida, el Premio fue concedido s¨®lo a seis mujeres; en los ¨²ltimos veinticuatro, a ocho, lo que parece poner de manifiesto que las cosas est¨¢n cambiando incluso en la Academia sueca: pero si esto es as¨ª, tambi¨¦n lo es gracias a la obra de Alexievich, cuyo tema principal es el modo en que, pese a algunas opiniones, nuestra comprensi¨®n de la Historia del siglo XX es incompleta y err¨®nea si no conocemos los padecimientos y las luchas de las mujeres durante ese per¨ªodo.
2. Conciencia. Naturalmente, tambi¨¦n la suya propia porque Alexievich naci¨® (el 31 de mayo de 1948) en un sitio que ya no existe, la Uni¨®n de Rep¨²blicas Socialistas Sovi¨¦ticas, de la que Bielorrusia form¨® parte entre 1919 y 1991; su padre era bielorruso y su madre ucraniana, y la ciudad donde naci¨® fue a lo largo del siglo XX, y sucesivamente, austroh¨²ngara, ucraniana occidental, polaca, sovi¨¦tica, alemana, sovi¨¦tica y bielorrusa: su nombre original era Stanislavov, pero ahora se llama Ivano-Frankivsk. Quiz¨¢s baste con esto para tener una conciencia aguzada de la historia: Alexievich, que estudi¨® periodismo en Minsk, desarroll¨® esa conciencia a m¨¢s tardar en 1983, cuando la publicaci¨®n de los art¨ªculos que conformar¨ªan su libro La guerra no tiene rostro de mujer (1985) deriv¨® en una acusaci¨®n p¨²blica de "haber mancillado el honor de la Gran Guerra Patri¨®tica" y el despido fulminante del peri¨®dico en el que trabajaba: su ¨²nico "crimen" hab¨ªa sido contar la historia de aquellas mujeres, que por una raz¨®n u otra, lucharon junto a los hombres contra la invasi¨®n alemana durante la Segunda Guerra Mundial.
3. Testigos. Alexievich volvi¨® al tema en su siguiente libro, Los ¨²ltimos testigos (1985), en el que narraba la suerte de su familia durante esa guerra y el r¨¦gimen estalinista posterior; cuatro a?os despu¨¦s, volv¨ªa a verse obligada a comparecer ante un tribunal por la publicaci¨®n de otro libro, en este caso J¨®venes de lat¨®n (1989), acerca de la invasi¨®n sovi¨¦tica a Afganist¨¢n: para escribirlo, hab¨ªa reunido quinientos testimonios de veteranos de esa guerra y sus familiares, contraviniendo el deseo expreso de las autoridades de que no se hablase del tema, en particular de las violaciones a los derechos humanos cometidas contra la poblaci¨®n civil afgana que se convertir¨ªan (y esto lo advert¨ªa la periodista ya en 1989) en el caldo de cultivo de otras guerras que desde ese pa¨ªs asi¨¢tico se extender¨ªan a todo el mundo, tambi¨¦n a los Estados Unidos.
4. Chern¨®bil. En la obra de Svetlana Alexievich el periodismo y la literatura confluyen de una manera no muy diferente a la que caracteriza a buena parte de lo m¨¢s relevante del periodismo contempor¨¢neo; sin embargo, a diferencia de, por ejemplo, sus pares latinoamericanos (que a menudo hacen del m¨¦todo narrativo un fetiche y de la experiencia del reportaje su ¨²nico tema), Alexievich es flexible y no pretende ocupar el centro de la escena, incluso aunque es evidente que la historia que narra la afecta de forma personal. Este es el caso de Voces de Chern¨®bil (1997), una historia oral de las consecuencias de la explosi¨®n en la central nuclear ucraniana escrita a partir de alrededor de quinientas entrevistas realizadas a lo largo de diez a?os de trabajo: en el libro s¨®lo se hace menci¨®n circunstancial al hecho de que la hermana de la autora muri¨® y su madre qued¨® ciega a consecuencia del accidente.
5. Decepciones. Voces de Chern¨®bil es la historia de un accidente convertido en cat¨¢strofe por la impericia y el desinter¨¦s de las autoridades sovi¨¦ticas por las vidas de sus ciudadanos; la indignaci¨®n vertida en el libro (y nunca expresada de forma maniquea, al menos no por la autora) resulta especialmente dolorosa para el lector porque viene acompa?ada de la convicci¨®n de que las sociedades post-sovi¨¦ticas no est¨¢n en condiciones de aprender de su historia. Aunque Alexievich puso su vida y su reputaci¨®n en riesgo con la publicaci¨®n de libros que incid¨ªan en los aspectos m¨¢s controvertidos de la historia sovi¨¦tica, la ca¨ªda del Tel¨®n de Acero no hizo su vida m¨¢s f¨¢cil: desde 1991 ha tenido que vivir en pa¨ªses como Italia, Francia, Alemania y Suecia en condici¨®n de refugiada pol¨ªtica debido a las amenazas padecidas en su pa¨ªs natal, donde Aleksandr Lukashenko ejerce la jefatura del gobierno desde 1994 en lo que la autora denomin¨® Un tiempo de segunda mano (2013). Su obra, distinguida por fin con el Premio Nobel, es una historia de decepciones, pero no decepciona en su voluntad de narrar las vidas ordinarias de aquellos para quienes, como afirm¨® James Joyce, la Historia es una pesadilla de la que sigue siendo imposible despertar.
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