Periodismo y otros amores dif¨ªciles
Es posible caminar diez manzanas sin encontrar un quiosco. '?Extra, Extra!' pregona una verdad incuestionable: que la informaci¨®n libre es inseparable de la aut¨¦ntica democracia
Debimos darnos cuenta a los primeros s¨ªntomas, cuando desde los departamentos de mercadotecnia de los grandes peri¨®dicos comenzaron a promover entre los lectores una nueva ¡°lealtad¡± m¨¢s basada en los regalos con cup¨®n que en los contenidos generales y en las opiniones de quienes los hac¨ªan: durante una ¨¦poca uno volv¨ªa del quiosco (entonces a¨²n abundaban) con el peri¨®dico y un hu¨¦sped ins¨®lito que pod¨ªa ser cacerola o ced¨¦. Luego, mucho antes de la crisis, cambi¨® el paradigma de la recepci¨®n de la informaci¨®n escrita; las nuevas tecnolog¨ªas y la ideolog¨ªa y las liturgias del gratis total (en la Red, pero tambi¨¦n en los ¡°diarios¡± de lunes a viernes que se regalan en la boca del metro) contribuyeron a cambiar una certeza que, con variaciones y cambios tecnol¨®gicos diversos, se hab¨ªa mantenido vigente desde la ¨¦poca en que Addison y Steel fundaron The Spectator: que para estar informado (y ¡°opinado¡±) era preciso pagar a quienes proporcionan la informaci¨®n o la glosan con rigor. Ahora, cuando abundan quienes creen que el periodismo de papel es un vestigio del pasado (o, peor, una ruina pintoresca), resulta posible caminar ocho o diez manzanas por el centro de las grandes ciudades espa?olas (pongamos que hablo de Madrid) sin encontrar un quiosco, un elemento antes fundamental del paisaje urbano que va desapareciendo a un ritmo a¨²n m¨¢s intenso que las librer¨ªas. Y lo que es peor: ahora tambi¨¦n es posible no encontrar ni quioscos ni puntos de venta de peri¨®dicos en lugares tan estrat¨¦gicos como grandes intercambiadores de transporte urbano e, incluso, estaciones de cercan¨ªas (hagan la prueba). Se me agolpan esos y otros pensamientos mientra leo, intentando no sumergirme en una melaza de nostalgia, algunos de los extraordinarios art¨ªculos editados (por Vicente Campos) en ?Extra, Extra! (Ariel), un reader sobre el periodismo de denuncia y, m¨¢s particularmente, sobre el que llevaron a cabo los muckrakers estadounidenses entre finales del siglo XIX y las dos primeras d¨¦cadas del XX. Un periodismo de aut¨¦ntica investigaci¨®n avant la page ¡ªa veces anterior a la introducci¨®n en las redacciones de las m¨¢quinas de escribir con teclado qwerty¡ª que apuntaba a lo que de verdad importaba a la gente, y que tambi¨¦n ten¨ªa en su punto de mira a los amos de los grandes peri¨®dicos y a quienes deformaban la realidad en provecho propio (ya dec¨ªa Karl Marx, que tambi¨¦n era periodista y editor, que el primer problema del periodismo era ser un negocio). Un periodismo pionero, el de los muckrakers, que pregonaba con su pr¨¢ctica orgullosa una verdad que s¨®lo ponen en cuesti¨®n los totalitarios: que el oficio as¨ª entendido es inseparable de la aut¨¦ntica democracia.
Londres
Me llev¨¦ de viaje a la ciudad ¡°mayor y m¨¢s grande de la Tierra¡± (as¨ª la calificaba Conrad en El coraz¨®n de las tinieblas) Mi Londres, de Simonetta Agnello Hornby, un estupendo travelogue y un apasionado homenaje a la ciudad publicado por Gatopardo, una nueva editorial barcelonesa con un cat¨¢logo inicial de lo m¨¢s interesante. La autora siciliana, cuyas novelas han sido publicadas por Tusquets ¡ªhoy un sello de Planeta¡ª, y que hace muchos a?os vive y trabaja en Londres, es en su primera parte una autobiograf¨ªa en la ciudad amada, en la que la autora deja constancia de la peripecia de su vida de expatriada. En la segunda parte, y ya puesta bajo el ¡°numen tutelar¡± de Samuel Johnson, Agnello Hornby se explaya no s¨®lo en la descripci¨®n y las an¨¦cdotas de sus lugares favoritos ¡ªpaseos, mercados, iglesias, jardines, tiendas, rincones¡ª, sino tambi¨¦n en la observaci¨®n del car¨¢cter y las man¨ªas de los londinenses, algo que contempla con parecida sorpresa o extra?eza a la de que hac¨ªa gala ¡ªm¨¢s de dos siglos antes¡ª Leandro Fern¨¢ndez de Morat¨ªn en las p¨¢ginas de su diario dedicadas a la capital inglesa. Por cierto que, durante mi estancia en la ciudad, tuve ocasi¨®n de ver la pel¨ªcula The Lady of the Van, basada en el estupendo relato (y luego, obra teatral) del mismo t¨ªtulo de Alan Bennett. La historia, publicada en 2009 por Anagrama como La dama de la furgoneta, se centra en la pintoresca relaci¨®n (verdadera) establecida durante una d¨¦cada entre el autor y Miss Shepherd (magistralmente interpretada por la grand¨ªsima Maggie Smith), una indigente que se estableci¨® con sus pertenencias (bolsas de pl¨¢stico, botellas semivac¨ªas de whisky, etc¨¦tera) en sucesivas camionetas desahuciadas y aparcadas en el vecindario de Camden Town, y que acab¨® encontrando acomodo con su ¡°hogar¡± en el cobertizo de m¨ªster Bennett. No se la pierdan cuando la estrenen por aqu¨ª.
Constataci¨®n
Hace mes y medio, ante el anuncio de la inminente publicaci¨®n de Dos a?os, ocho meses y veintiocho noches (Seix Barral), la ¨²ltima novela de Salman Rushdie ¡ªde quien primero admir¨¦ su talento literario y, luego, su lucidez y valent¨ªa moral¡ª me preguntaba c¨®mo se las iba a ingeniar su editora para cubrir el enorme anticipo que, seg¨²n mis topos, hab¨ªa pagado a la agencia Wylie por los derechos de su publicaci¨®n en castellano; los datos de ventas de los ¨²ltimos libros del angloindio, publicados por Penguin Random House, no permit¨ªan hacerse muchas ilusiones. Pero, reconozco ¡ªy perdonen que me ponga confesional¡ª que, despu¨¦s de ver publicado mi comentario me qued¨¦ con un poco de mal cuerpo, como con la sensaci¨®n de ser un profeta de cat¨¢strofes. Luego, le¨ª el libro ¡ªno lo pude terminar¡ª y me volv¨ª a hacer la pregunta inicial, ahora con m¨¢s fuerza: he sido demasiados a?os editor como para no olfatear cu¨¢ndo un libro publicado (un importante matiz) tiene o no potencial de ventas. Bueno, pues algo m¨¢s de un mes despu¨¦s de su publicaci¨®n (el 6 de octubre), y con toda la promoci¨®n ya hecha, la novela solo ha conseguido vender hasta la fecha en que esto escribo, unos 2.300 ejemplares. Para que se hagan una idea de la magnitud del desastre: veinte d¨ªas despu¨¦s del libro de Rushdie, la misma editorial puso a la venta El secreto de la modelo extraviada, de Eduardo Mendoza, una novela sin duda mucho menos ambiciosa, pero mucho mejor construida y resuelta (adem¨¢s de bastante m¨¢s divertida), de la que se han vendido hasta la fecha 5.800 ejemplares. Ya se que las ventas de un libro no son un indicador v¨¢lido de su calidad literaria. Y que, por ejemplo, Faulkner tard¨® diez a?os en vender la primera y poco nutrida edici¨®n de El ruido y la furia (1929). Pero aquel ¡°espl¨¦ndido fracaso¡± (como lo llam¨® su autor) ten¨ªa dentro mucho talento y una enorme audacia, y la novela de Rushdie, lo siento, pero no. Y es que, para estrellas, las del cielo. Sobre todo en literatura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.