Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz: ¡°La pol¨ªtica es novela negra. Cuesti¨®n de g¨¢nsters¡±
El escritor y periodista argentino pone luz sobre la mafia que ha convertido su pa¨ªs en uno de los grandes exportadores de coca. Lo resuelve con ficci¨®n
Escribi¨® Mam¨¢ porque se asombr¨® al saber que su madre, asturiana que se fue de su pueblo a Argentina en la adolescencia, hab¨ªa hecho llorar a su psiquiatra cont¨¢ndole su historia. Y ¨¦l quiso saberlo, encerr¨¢ndose con ella d¨ªas y d¨ªas, hasta que ¨¦l llor¨® y escribi¨® con ese relato su mejor historia. Con esa pasi¨®n asombrada, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, no confundir con el ministro espa?ol, ha narrado historias del sentimiento y de la pol¨ªtica argentina en libros que hacen fortuna en su pa¨ªs. Lo leen tambi¨¦n en La Naci¨®n, de la que es subdirector, y lo escuchan en un programa de radio que combina informaci¨®n con vida cotidiana, pasi¨®n e inteligencia. Ahora es autor de una novela pol¨ªtica, El pu?al (Destino), de la que su colega espa?ol Arturo P¨¦rez-Reverte, que present¨® su libro anteayer en Madrid, ha dicho: ¡°Dura, negra, violenta, desencantada y apasionante novela. Es tan argentina que estremece¡±. Jorge dice que es como la pol¨ªtica de su pa¨ªs: ¡°una novela negra¡±.
Pregunta. ?El pu?al puede ser un instrumento para entender la Argentina K de Kirchner, y ahora la Argentina M de Macri?
Respuesta. Es un instrumento para entender c¨®mo la pol¨ªtica en mi pa¨ªs se volvi¨® gansteril. La pol¨ªtica, all¨ª y tal vez tambi¨¦n aqu¨ª, es una novela negra. Una cuesti¨®n de g¨¢nsteres apoder¨¢ndose del poder, de toma y daca territorial y financiero, y de acuerdos espurios. Manhattan para los Tattaglia y Brooklyn para los Pizzi. He querido con esta novela desvestir la pol¨ªtica y el amor. Cuando uno desviste la pol¨ªtica, le quita el ropaje biempensante, las promesas de campa?a, lo que queda es esta mafia de camisa y corbata. En la Argentina hay un agravante, que se est¨¢ convirtiendo en un actor decisivo: el narcotr¨¢fico.
P. ?Y qu¨¦ pasa con el amor?
R. Cuando desvest¨ªs al amor, sus grandes palabras, lo que queda es una pasi¨®n turbia, siempre pendiente de cosas misteriosas que no podemos dominar. Un filo resbaloso y cortante, plagado de incertidumbre. Porque si no hay incertidumbre no hay deseo, s¨®lo la paz de los camposantos. Escog¨ª dos personajes: uno es un agente de inteligencia, que se dedica a los chanchullos menores de los pol¨ªticos, hasta que le piden investigar a una abogada espa?ola que se instala en Buenos Aires para hacer un negocio peligroso. Ese agente empieza a espiarla, a obsesionarse; desarrolla con ella una pasi¨®n salvaje. Nunca pronuncian la palabra amor, porque es una pasi¨®n entre dos samur¨¢is, dos personas solitarias y crueles. Nuria es una mujer ambiciosa y despiadada, capaz de cualquier cosa para lograr sus objetivos, y entiende el amor como un modo de someter al hombre y de usarlo para sus fines. Y entiende la pol¨ªtica como un negocio sin leyes ni moral. Juntos desarrollan un sofisticado negocio de exportaci¨®n de coca¨ªna. La Argentina es uno los principales exportadores de coca¨ªna del mundo; mucha de la droga que viene a Europa parte desde Buenos Aires y desde otras ciudades del pa¨ªs. Para que eso ocurra se necesitan organizaciones muy refinadas. No se trata de c¨¢rteles sino de negocios que se cierran en los restaurantes de Puerto Madero, o en lugares glamurosos de Madrid. El pu?al cuenta la trastienda de todo eso.
"El Pu?al muestra c¨®mo en la Argentina el servicio de inteligencia se dedica a espiar a pol¨ªticos, empresarios y periodistas, y a corromper jueces"
P. ?Eso es ficci¨®n o realidad?
R. Es ficci¨®n y es realidad. Busqu¨¦ siempre equivalentes ficcionales a lo que existe y est¨¢ documentado. Es, en ese sentido, una ficci¨®n, y adem¨¢s una novela negra, una novela de misi¨®n, de aventuras y de espionaje, pero a la vez es la reconstrucci¨®n, el fresco de toda esa parte oscura de la pol¨ªtica y del narcotr¨¢fico que nunca se ve. El narcotr¨¢fico de guante blanco.
P. ?Y c¨®mo sobrevive la pol¨ªtica a esta realidad?
R. El financiamiento de los partidos es algo todav¨ªa oscuro pendiente de ser democratizado. Existe una idea de que hay que ¡°robar para la corona¡±, es decir: queremos cambiar el mundo, ¡°recaudemos¡± como sea para hacerlo, y es entonces cuando se empiezan a hacer los chanchullos. Ese es el punto de partida del sistema de corrupci¨®n. ?Por qu¨¦ no estalla? Lamentablemente, mientras la econom¨ªa marcha bien se le perdona al pol¨ªtico la corrupci¨®n. Por lo menos as¨ª ocurre en mi pa¨ªs, y puede llegar a suceder tambi¨¦n en Europa si contin¨²a la crisis.
P. ?Y esta novela trata sobre la d¨¦cada kirchnerista o va m¨¢s atr¨¢s?
R. No, se extiende hacia atr¨¢s y hacia delante. Pero te admito que la ¨²ltima d¨¦cada hubo un paroxismo de los negocios sucios. Ac¨¢ hay dos frases que pronunciaron referentes del menemismo (neoliberal) y del kirchnerismo (nacionalista), respectivamente. Los primeros dec¨ªan que hab¨ªa que ¡°robar para la corona¡± y los segundos, ¡°hay que hacer dinero para hacer pol¨ªtica¡±. Los mensajes habilitaron desde la cumbre del poder las malas pr¨¢cticas, formaron una cultura de la corrupci¨®n. Es imposible que el narcotr¨¢fico avance sin la anuencia de funcionarios, jueces y polic¨ªas y gendarmes corrompidos que cobran protecci¨®n en especies. Luego venden esa coca¨ªna en el mercado interno, por eso se abarat¨® y somos uno de los pa¨ªses con mayor consumo en Am¨¦rica latina. ?Cu¨¢l es la culpa del kirchnerismo? Que nunca le dio prioridad a la lucha contra el narcotr¨¢fico, y eso les hizo perder las elecciones en Buenos Aires hace exactamente un mes. Hay un clamor popular porque alguien haga algo, y el kirchnerismo no hac¨ªa nada.
?Cu¨¢l es la culpa del kirchnerismo? Que nunca le dio prioridad a la lucha contra el narcotr¨¢fico
P. Pero El pu?al es tambi¨¦n una novela de esp¨ªas.
R. S¨ª, muestra c¨®mo en la Argentina el servicio de inteligencia se dedica a espiar a pol¨ªticos, empresarios y periodistas, a acompa?ar a los narcos o la delincuencia, y a corromper jueces. Lo retrat¨¦ sin saber que todos esos manejos oscuros iban a emerger a la primera plana de los peri¨®dicos, como sucedi¨® con la todav¨ªa inexplicada y sospechosa muerte del fiscal Alberto Nisman. El pu?al ya era un ¨¦xito, pero cuando muri¨® Nisman, muchos fueron a releer el libro para comprender el submundo que rodea ese crimen.
P. ?Qu¨¦ dificultades ha tenido para convertir todo esto en una ficci¨®n? Porque ha contado tambi¨¦n una historia de amor¡
R. Cuando yo ten¨ªa 15 a?os, le¨ª Goldfinger de Fleming, autor que fue despreciado hasta que de repente empez¨® a ser rele¨ªdo por Martin Amis, Boyd, Javier Mar¨ªas y P¨¦rez-Reverte. Mucho antes de eso, cuando Fleming era Pulp Fiction, yo quer¨ªa escribir una novela de espionaje y amor turbulento. Por supuesto, fracas¨¦. Porque yo no conoc¨ªa ni la pol¨ªtica ni a los servicios, y del amor sab¨ªa muy poco. Reci¨¦n hace tres a?os me sent¨ª preparado, con la mochila llena y la experiencia necesaria. He escrito 12 libros, me dije, puedo volver a intentar aquella novela imposible. Mi idea inicial no era escribir una novela negra, aunque adoro el g¨¦nero y tambi¨¦n lo critico: ¨²ltimamente casi todas son iguales, hay un crimen, acude un inspector, ponen las cintas amarillas, llega la cient¨ªfica... Yo me propuse, en cambio, escribir una de espionaje, sin tener consciencia de que los agentes de la Argentina se dedican a la pol¨ªtica, y que ¨¦sta llena de mafiosos. Finalmente, termino haciendo una novela m¨¢s parecida a El padrino que a Golfinger. Un thriller pol¨ªtico y gansteril, que es un fresco de la sociedad en la que vivo; y tambi¨¦n una historia pasional entre un hombre y una mujer.
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