Don Quijote cabalga de nuevo

No le viene nada mal a esta ¨®pera el espacio de la Sala Negra de los Teatros del Canal. Despu¨¦s de haber recorrido varios escenarios espa?oles, siguiendo la estela de los diversos aniversarios cervantinos desde el de 2005, El caballero de la triste figura, de Tom¨¢s Marco, encuentra un acomodo sugestivo en ese ¨¢mbito off, casi todo el escenario, de la Sala Negra. El trabajo esc¨¦nico de Guillermo Heras o las coreograf¨ªas de M¨®nica Runde, encarnadas en cuatro brillantes actores bailarines, se expanden bien en una atm¨®sfera que oscila entre lo experimental y lo on¨ªrico; mientras que el coro de ocho cantantes, femeninas en esta ocasi¨®n (ya que la partitura admite que sean voces de ni?os), se permite intervenciones actorales muy notables a la vez que cantan sus partes con seguridad.

Para los que ya hayan visto esta ¨®pera de Marco en otros escenarios, se encontrar¨¢n con que la Sala Negra se convierte en un actor m¨¢s. Aqu¨ª los espectadores, pocos, eso s¨ª, pueden sentirse virtualmente dentro de la cueva de Montesinos o parte del ej¨¦rcito de ovejas. Esta es, quiz¨¢, la principal aportaci¨®n a esta nueva producci¨®n.

Marco se siente c¨®modo en esta narraci¨®n musical del loco universal. La orquesta camer¨ªstica comenta bien y es la principal fuente de puntos de vista dramat¨²rgicos, a veces humor¨ªsticos y otras funcionales; se ve la mano de un autor que ha escrito mucha m¨²sica para la escena. Y esto es clave, ya que la declamaci¨®n cantada soporta la hora y media de duraci¨®n con procedimientos casi pr¨¢cticamente recitativos, ¨²tiles para la comprensi¨®n del texto pero con riesgo de cansar. Es sorprendente el buen uso que Marco hace del sintetizador con numerosos sonidos de sampler, y muy caracter¨ªstica la funci¨®n de la percusi¨®n. La decena de miembros de la Orquesta titular del Teatro Real de Madrid siguieron con solvencia la batuta firme de Manuel Coves.

El bar¨ªtono Alfredo Garc¨ªa ya conoce bien el personaje de Don Quijote que interpreta desde el estreno de esta ¨®pera en 2005. Seguro en lo vocal y lo teatral, Garc¨ªa se adue?a del reparto. La soprano Mar¨ªa Rey-Joly sufre por la indefinici¨®n de sus varios personajes por m¨¢s que los cante muy bien. La mezzo Mar¨ªa Jos¨¦ Su¨¢rez est¨¢ muy segura en el papel de narradora, es de las veteranas del reparto. En cuanto al tenor Eduardo Santamar¨ªa, responde bien a las exigencias del papel de Sancho por m¨¢s que cueste trabajo imaginar al cachazudo personaje en el registro de tenor.

La coproducci¨®n con el Teatro Real de esta ¨®pera permite al primer teatro l¨ªrico de la capital cubrir varios expedientes a la vez: el centenario de la muerte de Cervantes, el compromiso con la ¨®pera espa?ola y la producci¨®n de espect¨¢culos en formatos alternativos a los de la gran sala. Desde ese punto de vista, esta propuesta es una buena idea. Pero el ¨¦xito de la operaci¨®n puede tener algo de casual, as¨ª que ser¨¢ bueno que se mime esta oferta alternativa para que sea parte constitutiva de la propuesta del Teatro Real.