Footwork: Juego de pies y toque femenino
?Podr¨ªa un g¨¦nero semidesconocido como el footwork popularizarse gracias a un toque femenino? Una aseveraci¨®n tan categ¨®rica siempre ha de matizarse
Partamos del hecho de que el footwork no es algo nuevo de la misma forma que tampoco lo es el seit¨¢n. Pero ?qu¨¦ le vamos a hacer si es precisamente ahora cuando por fin llega a nuestros supermercados? El?footwork existe en Chicago desde los a?os 80, cuando naci¨® como una mutaci¨®n hipervitaminada del house y el juke, dos g¨¦neros eternamente ligados a esta ciudad. Es un g¨¦nero que se caracteriza por sus imposibles tempos en torno a los 155 o los 165 bpms y por sus ritmos m¨¢s all¨¢ de lo fren¨¦tico, rozando el desbordamiento mental.
Semejante desbarre esp¨ªdico tiene una explicaci¨®n muy sencilla:?footwork es la palabra que sirve para designar a la vez tanto el estilo musical como el baile que va perfectamente descrito en su propio nombre, ¡°trabajo de pies¡±. Efectivamente, los bailarines de footwork se caracterizan por mover los pies a una velocidad surrealista, siguiendo patrones sorprendentes e impactantes pero extremadamente controlados e hipn¨®ticos. Como ocurre en muchos otros casos latinos (tango, samba y dem¨¢s), el footwork es una de esas ocasiones en las que estilo musical y el baile acaban convergiendo de tal forma que uno no puede entenderse sin el otro.
Probablemente esta complicaci¨®n haya sido el principal motivo por el que nunca parezca haber trascendido de su marco geogr¨¢fico. Claro que el g¨¦nero tiene sus propios h¨¦roes (algunos tan conocidos como DJ Rashad, Remix Rroy o DJ Nate) y, durante cierto tiempo all¨¢ por el a?o 2010, pareci¨® que el footwork pod¨ªa llegar a cierto p¨²blico mainstream. Al fin y al cabo, estil¨ªsticamente comparte cierta locura con el EDM de Skrillex y cercan¨ªas; y, adem¨¢s, no queda tan lejos de la m¨²sica electr¨®nica para las nuevas generaciones con d¨¦ficit de atenci¨®n con la que el sello PC Music est¨¢ triunfando actualmente. Pero, sobre todo, las batallas de footwork (ya que suele bailarse en combates en los lugares m¨¢s insospechados) son el cebo perfecto para el consumidor casual de YouTube a la b¨²squeda de cinco minutos de procrastinaci¨®n a base de gatos y otras extravaganzas.
Pese a todo lo dicho, este g¨¦nero nunca lleg¨® a convertirse en algo masivo¡ Hasta que en el pasado 2015 hubo una mujer que volvi¨® a poner la palabra footwork en boca de todo el mundo. Fue Jlin con ¡°Dark Energy¡± (Planet Mu, 2015), un disco imprescindible que brill¨® en las listas de lo mejor del a?o y que lanz¨® una pregunta al aire: en un campo tan ¡°macho¡± como este, ?puede depender la popularizaci¨®n del footwork de algo tan simple como el toque femenino de Jlin? Ser¨ªa (demasiado) sencillo reducirlo todo a un titular tan sint¨¦tico y lapidario, pero la cuesti¨®n es mucho m¨¢s compleja. Una oportunidad para zambullirse en estas complejidades ser¨¢ cuando el festival Lapsus traiga el directo de Jlin hasta Barcelona el pr¨®ximo 2 de abril y demuestre que al footwork no hay que popularizarlo con (forzados) toques de feminidad, sino a golpe de calidad.
Babelia
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