La nueva ¨®pera est¨¢ aqu¨ª para quedarse
El estreno de 'Only the sound remains' y la llegada a Espa?a de 'Written on Skin' refuerzan la batalla del ingl¨¦s por imponerse como la principal lengua oper¨ªstica
Dos acontecimientos oper¨ªsticos de gran potencia han coincidido recientemente casi por horas: el estreno mundial de la ¨²ltima producci¨®n de la finlandesa Kaija Saariaho (1952) en ?msterdam, Only the sound remains (Solo permanece el silencio), que subi¨® a las tablas de la ?pera Nacional Holandesa el 15 de marzo, y la llegada por fin a Espa?a de una de las m¨¢s aclamadas producciones actuales, Written on Skin (Escrito en la piel), del brit¨¢nico George Benjamin (1960), aunque en este caso en versi¨®n semiescenificada. La presentaci¨®n de este ya cl¨¢sico t¨ªtulo de los ¨²ltimos a?os fue el pasado 16 de marzo en el Liceu de Barcelona y al d¨ªa siguiente lleg¨® al Teatro Real de Madrid, dirigida por el propio compositor.
El enganche del panorama espa?ol con estos acontecimientos se completa con la coproducci¨®n del Teatro Real del t¨ªtulo de Saariaho, por lo que se ver¨¢ en Madrid en las pr¨®ximas temporadas. Esta mujer que se ha abierto un hueco importante en la ¨®pera actual completa su ascenso a la cumbre con la noticia de que su primera ¨®pera, L¡¯amour de loin (2000), va a llegar al m¨ªtico MET de Nueva York en la temporada 2016-17, por lo que ser¨¢ la primera mujer programada all¨ª en los ¨²ltimos cien a?os.
No son casos aislados: la ?pera Nacional Holandesa enmarca este estreno en un reci¨¦n creado festival de t¨ªtulo inequ¨ªvoco, Opera Forward Festival¡¯16 (Festival de ?pera Avanzada 16), en el que tambi¨¦n estrena ¨®pera uno de los m¨¢s aclamados compositores holandeses actuales, Michel van der Aa (1970), con al menos cinco ¨®peras en su haber; la ¨²ltima, que se estrena el 20 de marzo en este Festival, es Blanck Out (Desecho).
Este aluvi¨®n de noticias sobre la nueva ¨®pera tiene no pocas ense?anzas. Quiz¨¢ la primera sea la de mostrar que la ¨®pera reciente, que para la mayor parte de la gente no existe, est¨¢ jugando una importante partida cultural desde el idioma. A la tradicional primac¨ªa del alem¨¢n en el siglo XX, y en el ¨¢mbito de las vanguardias, que han gastado mucha p¨®lvora en salvas, el ingl¨¦s ha terminado por imponerse como la principal fuente de lengua oper¨ªstica. Para ce?irnos a los ejemplos ya citados, si el ingl¨¦s es lo normal en Benjamin, no lo es tanto en Saariaho, finlandesa que reside en Francia desde hace d¨¦cadas y que realiz¨® sus primeras ¨®peras en el idioma de su pa¨ªs de residencia. Ahora lo hace en ingl¨¦s, como tambi¨¦n es el caso del holand¨¦s Van der Aa.
Esta hegemon¨ªa del ingl¨¦s en la ¨®pera de las ¨²ltimas d¨¦cadas culmina varias d¨¦cadas de ascenso, iniciado gloriosamente por la producci¨®n de Britten y que no ha dejado de buscar t¨ªtulos, siempre bien cubiertos por sus prestigiosas instituciones, como la Royal Opera House. No vamos a abrumar al lector con listas de nombres, pero las producciones de Birtwistle (1934), doce hasta el momento, o el joven Thomas Ad¨¨s (1971), son un buen s¨ªntoma. Aunque el ingl¨¦s ha encontrado acomodo en los pa¨ªses que lo hablan (Estados Unidos, Canad¨¢, Australia, etc.) y con enorme ¨¦xito en su producci¨®n de ¨®peras, Inglaterra, y Londres en particular, ha proporcionado un caldo de cultivo excepcional por su culto al teatro y su amor a sus instituciones.
Un caso paradigm¨¢tico es el de George Benjamin, compositor exquisito, que ha encontrado en el genial dramaturgo Martin Crimp el aliado perfecto, con dos producciones de aguda inteligencia literaria: la primeriza, pero maravillosa, Into the Little Hill (2006), y esta Written on Skin, estrenada en el Festival de Aix-en-Provence en 2012, y que ha alcanzado premios internacionales incluso en Espa?a, pese a que a¨²n no hab¨ªa llegado. Ahora lo hace, por fin, y es m¨¢s que aconsejable no perd¨¦rsela.
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