El retorno de la hija pr¨®diga
La Kunsthaus de Z¨²rich presenta la mayor retrospectiva de la videoartista Pipilotti Rist
La cola daba la vuelta a la esquina a pesar de la irritante llovizna helada, pero aun as¨ª los suizos acudieron en masa a la llamada de Pipilotti Rist, la m¨¢s brillante estrella que ha dado Suiza al arte de nuestros d¨ªas. La creadora, nacida en Crabs en 1962, es el centro de uno de los platos fuertes de la temporada con esta imponente retrospectiva que le dedica el Kunsthaus, la primera en solitario y de tal envergadura en m¨¢s de una d¨¦cada. Aunque en 2012 el Kunstmuseum de ST. Gallen le dedic¨® un homenaje con motivo de su 50? cumplea?os. De hecho, a pesar de ser el mayor producto for export de la creaci¨®n actual helv¨¦tica, Rist no se prodiga demasiado en su propio pa¨ªs.
La muestra del Kunsthaus de Z¨²rich tiene un t¨ªtulo que tambi¨¦n se las trae. Nada menos que: Tu saliva es mi traje de buceo en el Oc¨¦ano del Dolor, frase extra¨ªda de una canci¨®n escrita por la propia Rist con la colaboraci¨®n de Anders Guggisberg. La carism¨¢tica artista suiza propone al visitante tres sectores claramente diferenciados con obras que van desde trabajos hist¨®ricos creados en 1986 hasta obras espec¨ªficamente concebidas para esta muestra. Aunque el museo aclara que la exposici¨®n no es una retrospectiva en sentido estricto, sino que est¨¢ concebida como ¡°una megainstalaci¨®n unificada que propone interconexiones inesperadas entre diferentes trabajos¡±.
En la entrada una inmensa sala en penumbras muestra una serie de cortinas-pantallas diseminadas que presentan la instalaci¨®n video Administrating Eternity, a la que siguen algunas de sus piezas hist¨®ricas de los a?os ochenta. El espacio central recrea una suerte de casa (con habitaci¨®n infantil y cama deshecha incluida) en la que diversos muebles, videoesculturas insertadas en conchas marinas y objetos diversos invitan al observador a participar (las proyecciones inundan nuestras ropas en colores) mientras los visitantes pasan por debajo de?Cape Cod Chandelier, inmensa l¨¢mpara creada a partir de la ropa interior de amigos y familiares de la artista.
Finalmente, tras una estrecha puerta se encuentra el sector estrella de la muestra. Aqu¨ª Rist propone su?Bosque de pixeles, una on¨ªrica mir¨ªada de rocas luminosas colgantes y de colores cambiantes entre las que el visitante se pierde hasta llegar a la inmensa proyecci¨®n de Worry will Vanish Horizon (2014),?Sip my Ocean (1996) y?Ever is overall (1997), donde una alegre mujer pasea por las calles reventando las ventanas de los coches con un girasol gigante. Todas piezas monumentales, de una escala tal que solo pueden imaginarse en el contexto de un Art Unlimited o de museos mayores. La muestra incluye igualmente un cat¨¢logo con doce fotos in¨¦ditas montadas en bastidores y extra¨ªdas de los archivos privados de la artista. La idea de esas im¨¢genes es que el visitante pueda recrear su propia instalaci¨®n en casa. La retrospectiva de Pipilotti Rist puede ser visitada hasta el 8 de mayo.
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