Cultura y yihadismo: los dos mundos de Molenbeek
El nuevo Museo Iconoclasta de Arte del Milenio (Mima) abre sus puertas en el barrio de Bruselas convertido en los ¨²ltimos tiempos en refugio del terrorismo islamista
Un d¨ªa cualquiera, en Molenbeek, Bruselas.
Escena 1. Plaza Comunal. Decenas de hombres, la mayor¨ªa en vaqueros y camiseta, otros embutidos en chilabas y taqiyahs, se afanan en recoger bultos y meterlos en camiones. El d¨ªa de mercado ha terminado. Hablan en ¨¢rabe, chillan, r¨ªen y discuten bajo la atenta mirada de dos parejas de polic¨ªas belgas armados con subfusiles. Es un jolgorio ensordecedor, como de d¨ªa de fiesta aunque se trata de trabajo. Enfrente, el cartel de la tienda de comestibles Biladi reza: ¡°Pollos asados para todas las ceremonias¡±. El de la carnicer¨ªa Al-Farrouj anuncia as¨ª sus corderos: ¡°Sacrificio isl¨¢mico diario¡±. El escaparate de la tienda Qayub ofrece su mercanc¨ªa de saris y tocados para mujer. En el bar La Chope, con un monumental escudo del Bar?a en la puerta, grupos de j¨®venes fuman y beben t¨¦ y caf¨¦.
En este barrio de 100.000 habitantes, una tasa de desempleo juvenil del 40% y 24 centros de culto isl¨¢mico se cri¨®, creci¨®, rez¨® y plane¨® los atentados de noviembre en Par¨ªs el yihadista Salah Abdeslam, finalmente detenido muy cerca de esta escena, en la Rue des Quatre Vents, el pasado 18 de marzo. Cinco d¨ªas despu¨¦s, 32 personas eran asesinadas en el aeropuerto de Bruselas y en la estaci¨®n de metro de Maelbeek por c¨¦lulas yihadistas.
Escena 2. Delante del canal Charleroi, en los m¨¢rgenes de lo que en los a?os setenta se dio en llamar la peque?a Manchester, entre barracones portuarios, antiguas f¨¢bricas de ladrillos y chimeneas convertidas en patrimonio protegido de arqueolog¨ªa industrial, el nuevo museo MIMA (Museo Iconoclasta de Arte del Milenio) despliega su actividad. Los visitantes, solitarios, parejas o padres con ni?os que recorren las salas en patines, descubren la exposici¨®n inaugural del centro, City Lights (Luces de la ciudad), una propuesta conjunta de cinco artistas callejeros procedentes de Brooklyn: Swoon, Maya Hayuk, Faile y el d¨²o Momo. Grafitis, chorretones de color embadurnando las paredes de esta antigua f¨¢brica de cervezas de la marca Bellevue (una de las gueuzes artesanales de mayor tradici¨®n en Bruselas), arte activista, artivistas contra el sistema, el arte urbano sacado de la calle e introducido en el museo.
Y estos dos mundos separados por apenas 300 metros conviven hoy en Molenbeek, un barrio en el que se juntan m¨¢s de 100 nacionalidades, aunque mayoritariamente marroqu¨ªes. Las teter¨ªas, las tiendas de chilabas y las carnicer¨ªas halal de Molenbeek est¨¢n a menos de 15 minutos a pie de los restaurantes lujosos, las bomboner¨ªas, las tiendas de ropa de los j¨®venes dise?adores belgas y el esplendor arquitect¨®nico de la Grande Place, el principal reclamo tur¨ªstico de Bruselas.
Del c¨®mic y el ¡®hip-hop¡¯ al boxeo y el ¡®skate¡¯
No solo la pintura, la escultura o la fotograf¨ªa tienen su sitio en el MIMA de Molenbeek. La m¨²sica electr¨®nica y el hip-hop, el grafiti, el c¨®mic, el dise?o gr¨¢fico, el cine experimental, los tatuajes y los deportes urbanos como el skate o el boxeo ser¨¢n aqu¨ª materia expositiva. De hecho, el propio Rapha?l Cruyt practica el boxeo en un club local de Molenbeek, y tiene claro que lo va a utilizar como reclamo para los m¨¢s j¨®venes. "Invitaremos a los colegios y los institutos, y usaremos el boxeo como un im¨¢n m¨¢s, lo introduciremos en el museo en colaboraci¨®n con un club local, lo mismo que el skate, porque es esencial para nosotros establecer lazos con los chavales, que no vengan un d¨ªa y digan 'bueno, pues adi¨®s, hasta siempre', sino que piensen en volver".
Los j¨®venes¡ y los dem¨¢s, como pretende el director de este museo sin referentes. ¡°Tengo amigos que jam¨¢s hab¨ªan cruzado el canal que separa el centro de Bruselas de Molenbeek. Ahora por fin lo han hecho. Y les ha gustado¡±.
El MIMA, concebido hace m¨¢s de tres a?os por un grupo de j¨®venes galeristas y productores audiovisuales de Bruselas con Rapha?l Cruyt a la cabeza y la ayuda de tres mecenas belgas, ten¨ªa que haber sido inaugurado el 22 de marzo. Justo el d¨ªa de los atentados de Bruselas.
La inauguraci¨®n se posterg¨® sine die por razones obvias y finalmente el centro abri¨® sus puertas al p¨²blico el 15 de abril. ¡°Fue muy emotivo¡ y muy duro. Los artistas de la exposici¨®n inaugural estaban aqu¨ª, haciendo las ¨²ltimas pruebas, cuando nos enteramos de los atentados. Ellos vienen de Nueva York y hab¨ªan vivido ya el 11-S, as¨ª que¡ nada, aplazamos la apertura, nos encerramos entre estas paredes y pasamos el d¨ªa aqu¨ª. Fue como una terapia colectiva¡±, explica Rapha?l Cruyt, vecino del propio Molenbeek desde hace m¨¢s de 10 a?os.
Cruyt y su equipo esperan atraer a 30.000 visitantes anuales hasta el MIMA, un museo, sostiene, ¡°con vocaci¨®n de exhibir aquello que no suele entrar en los museos¡±. Su propia concepci¨®n y su envoltorio as¨ª lo aseguran. ¡°Se trata de establecer lazos con la poblaci¨®n, especialmente con los m¨¢s j¨®venes, en un barrio como Molenbeek que sufre desde hace a?os, y mucho m¨¢s ahora, un proceso de estigmatizaci¨®n bastante insoportable. ?Todos los que hablan ¨¢rabe y visten como un ¨¢rabe en Molenbeek son yihadistas? Evidentemente no, pero a algunos les da igual. Sin embargo, nos tenemos que dar cuenta de que este barrio es una met¨¢fora, es un laboratorio: lo que est¨¢ ocurriendo aqu¨ª es lo que poco a poco va a ocurrir en Europa. Si fracasa la convivencia en Molenbeek, fracasar¨¢ B¨¦lgica, y fracasar¨¢ Europa¡±, asegura el responsable del centro.
El MIMA, una verdadera isla cultural en medio de un distrito acostumbrado a dar solo titulares escabrosos, apuesta por lo que sus creadores denominan ¡°la cultura 2.0¡±, a saber, ¡°todo ese segmento del mundo de la creaci¨®n que ha experimentado una revoluci¨®n sin precedentes con Internet y las redes sociales, los tel¨¦fonos inteligentes, los vuelos low cost y, en general, la democratizaci¨®n de la cultura y su disfrute, frente al abusivo protagonismo del mercado en todo lo que tiene que ver con la expresi¨®n art¨ªstica¡±, explica Cruyt durante un paseo por la azotea del museo, inclinada sobre el canal Charleroi. Si bien algunos de los artistas de la exposici¨®n inaugural, como la propia Caledonia Dance Curry, alias Swoon ¡ªcuyo curr¨ªculum empez¨® siendo la calle y las instalaciones urbanas de car¨¢cter ilegal¡ª ya cuelgan sus obras en el MoMA de Nueva York.
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