Shakespeare se hace viejo
Las dos escenas que el compositor madrile?o Alfredo Aracil utiliza de Sanch¨ªs Sinisterra son dos joyas teatrales
Dos Delirios de Shakespeare
M¨²sica de Alfredo Aracil. Texto de Jos¨¦ Sanch¨ªs Sinisterra. Director musical, Jos¨¦ Ram¨®n Encinar. Director de escena, Tom¨¢s Mu?oz. Int¨¦rpretes. Irene Bau y Manuel de Blas, actores. Mercedes Lario, soprano; David Azurza, contratenor; Gerardo L¨®pez, tenor. Solistas de la Orquesta titular del Teatro Real. Coproducci¨®n: Teatros del Canal y Teatro Real. 14, 16 y 18 de junio. Teatros del Canal, Madrid. Sala Negra.
Las dos escenas que el compositor madrile?o Alfredo Aracil utiliza de Sanch¨ªs Sinisterra son dos joyas teatrales. Se trata de otros tantos mon¨®logos en los que aparece, primero, Pr¨®spero, el desencantado protagonista de La Tempestad, y Julieta, la eterna amante adolescente. Shakespeare los deja a ambos en la plenitud de su peripecia: Pr¨®spero ha alcanzado todos sus objetivos, Julieta ha muerto de la mano de su no menos inmortal Romeo. Pero Sanch¨ªs Sinisterra los imagina tras la gloria de su c¨¦nit dram¨¢tico. Pr¨®spero envejeciendo, casi ciego y al l¨ªmite de su raz¨®n. En cuanto a Julieta, Sanch¨ªs la supone viva, tras haber simulado su suicidio, pero encerrada en su cripta mortuoria, treinta a?os despu¨¦s de su apogeo amoroso, all¨ª delira (como el t¨ªtulo indica), pero se analiza sin contemplaciones. Es una lectura desesperanzada que habla de la decrepitud, el envejecimiento y la p¨¦rdida de su lugar estelar en la escena, all¨ª donde Shakespeare los instala. Pero es, tambi¨¦n, un ensayo sobre la lucidez, la que los lleva inevitablemente a conocerse a s¨ª mismos en la erosi¨®n del paso de los d¨ªas.
Con estos dos soberbios mon¨®logos, Alfredo Aracil ha montado un espect¨¢culo m¨²sico teatral que surgi¨® de modo gradual. Primero fue Pr¨®spero Scene, en 1994 (estrenada en Londres). La cripta de Julieta lleg¨® m¨¢s tarde, en 2009, estrenada en el mismo Teatro del Canal que ahora la acoge, pero en otra sala. Es m¨¢s teatro musical que ¨®pera pero perfectamente sazonado en su condimentaci¨®n.
Esta coproducci¨®n entre el Teatro del Canal y el Teatro Real es la segunda en la que colaboran ambas instituciones para llevar hasta la magn¨¦tica Sala Negra una propuesta alternativa. Antes fue Tom¨¢s Marco y su Caballero de la triste figura. Esta producci¨®n cierra, adem¨¢s, el paquete de aniversarios de los dos gigantes de las letras en su aniversario (Cervantes y Shakespeare).
Dos delirios de Shakespeare tiene su viga central de apoyo en lo teatral, y precisa, por tanto, de grandes actores. Esta producci¨®n los tiene: Manuel de Blas compone un Pr¨®spero decr¨¦pito excepcionalmente, mientras que Irene Bau no le va a la zaga con una Julieta deliciosamente neur¨®tica.
La propuesta de Aracil es la de acariciar y a veces herir este viaje circular de ambos atormentados personajes. Tiene apoyo principal en un tr¨ªo de cantantes que evocan el madrigal isabelino en un juego de espejos que reenv¨ªa al coro griego; y abriga el todo con un grupo de diez m¨²sicos de la Orquesta del Teatro Real.
La direcci¨®n de escena es de Tom¨¢s Mu?oz, que se hace tambi¨¦n cargo con soltura de una escenograf¨ªa asfixiante y una iluminaci¨®n maestra. La parte musical, a su vez, est¨¢ conducida por Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, preciso como es habitual en ¨¦l, perfecto en la gesti¨®n del equilibrio sonoro y discretamente apartado de la escena en esta ocasi¨®n. Menci¨®n especial se lleva la propia Sala Negra, uno de los espacios m¨¢s sugestivos de Madrid para obras teatrales de reclusi¨®n y encierro, de cripta, en suma.
Babelia
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