Contrastes mesi¨¢nicos
Ficci¨®n basada en hechos reales que casi en todo momento adquiere formas cercanas al documental
Las pel¨ªculas religiosas suelen encontrar en el contraste sus mejores argumentos. Como en el famoso plano de Nazar¨ªn, de Luis Bu?uel, glosado por Andr¨¦i Tarkovski en su ensayo Esculpir en el tiempo, con aquella s¨¢bana de blanco impoluto que irrumpe de pronto en un plano dominado por la peste de la muerte.
BIAGIO
Direcci¨®n: Pasquale Scimeca.
Int¨¦rpretes: Marcello Mazarella, Vincenzo Albanese, Renato Lenzi, Omar Noto.
G¨¦nero: drama. Italia, 2014.
Duraci¨®n: 90 minutos.
O como en Biagio, ficci¨®n basada en hechos reales que casi en todo momento adquiere formas cercanas al documental, donde ese choque no viene a trav¨¦s de la imagen sino del texto, en una lucha dial¨¦ctica sin desperdicio entre un n¨®mada cristiano de aspiraciones ascetas y la espont¨¢nea personalidad pr¨¢ctica de un joven pastor de ovejas: ¡°Quiero buscar a Dios¡±, dice el primero. ¡°Yo no lo he visto nunca en estos montes¡±, responde el segundo. Culminando ambos con sendos navajazos de seguridad:
¡ªSer¨¢ que no has buscado bien.
-¡ªO ser¨¢ que no existe.
La historia de Biagio Conte, como la de otros misioneros amparados en la m¨ªstica, la paz y el encuentro con la naturaleza, adquiere formas mesi¨¢nicas al saberse que, con sus sencillos m¨¦todos, acab¨® creando hace 25 a?os una misi¨®n albergue que hoy d¨ªa hospeda a m¨¢s de 1.000 personas sin techo. Con esa base, Pasquale Scimeca ha compuesto una biograf¨ªa cinematogr¨¢fica singular pero desigual, tan austera como su personaje, un siciliano que siendo un veintea?ero y tras una profunda crisis espiritual decidi¨® no tocar m¨¢s el dinero, abandonar a su familia y echarse a los montes en busca de Dios, y seguro que de s¨ª mismo. En una muestra m¨¢s de la fina l¨ªnea entre documental y ficci¨®n que mueve a cierto cine hoy d¨ªa, Scimeca filma a su protagonista, un actor, casi como si estuviera ante el personaje real, con encuadres m¨¢s naturalistas, menos est¨¦ticos, casi siempre amparados en un rigor que sin embargo abandona cuando acude a unos innecesarios (y paup¨¦rrimos) flashbacks.
Babelia
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