¡°Todav¨ªa temo represalias del Ej¨¦rcito¡±
Fue la primera piloto militar en Espa?a, pero abandon¨® el Ej¨¦rcito tras declararse lesbiana. Entrena a un equipo de f¨²tbol en Hawai y ha escrito unas memorias nobles y transparentes
Pionera es una palabra natural para Patricia Campos. Fue la primera ni?a que jugaba al f¨²tbol con los chavales de Onda (Castell¨®n), donde naci¨® hace 39 a?os. Hoy se ha convertido en entrenadora de soccer femenino en Hawai (Estados Unidos), tras haber dirigido al Carlsbad United, en California. Pero tambi¨¦n ha sido la primera mujer piloto militar en Espa?a y la m¨¢s r¨¢pida a la hora abandonar la disciplina del aire, tras sentirse inc¨®moda por un asfixiante machismo dentro de sus filas y no haberlo tenido nada f¨¢cil por su condici¨®n de lesbiana. Lo cuenta en Tierra, mar y aire (Roca Editorial), un libro de memoria cristalino, en el que se trasluce la p¨¦rdida para el ej¨¦rcito de una mujer digna, brava y valiente.
Pregunta. Tras leer su libro a¨²n puede quedar alguna duda. No s¨¦ qu¨¦ prim¨® a la hora de darse de baja en el ej¨¦rcito: ?Ser lesbiana o no poder soportar el machismo?
Respuesta. No me sent¨ªa c¨®moda. Percib¨ªa un acoso en silencio. Mi cuerpo dijo basta¡
P. ?Su cuerpo¡?
R. Cuando eres diferente lo notas. Resulta dif¨ªcil ser distinta en una instituci¨®n antigua y clasista. Por mucho que demuestres lo que vales, todas las miradas se dirigen a ti.
P. Tambi¨¦n sinti¨® ese peso en su familia. La del machismo, incluso en mujeres como su abuela, a la que usted adoraba.
R. Naci¨® en 1916, era otra ¨¦poca. Siempre se preocup¨® por si no iba a encontrar el hombre adecuado y a casarme. Aunque le cont¨¦ que me estaba preparando para ser piloto, nunca lo entendi¨®. Muri¨® pensando que me convertir¨ªa en azafata.
P. ?Piloto o pilota?
R. F¨ªjate, ni el femenino ha llegado al t¨¦rmino.
P. En 2007, como cuenta usted en su libro, tampoco hab¨ªan llegado los ba?os para mujeres. ?Fue esa una se?al demasiado alarmante de lo que se encontrar¨ªa por el camino?
R. El ba?o es un ejemplo, pero tambi¨¦n el mono de vuelo. ?Para ir a mear tienes que quedarte medio desnuda! Imagino que poco a poco se ir¨¢n dando cuenta de todo lo que deben cambiar. La Iglesia y el Ej¨¦rcito resultan aun instituciones con demasiado peso y poder. A quien da un paso al frente para pedir o denunciar ciertas cosas no se lo perdonan. Yo todav¨ªa tengo miedo de lo que me puedan hacer. S¨¦ que de tomar alguna decisi¨®n en mi contra, me encontrar¨¦ muy sola.
P. ?En qu¨¦ sentido?
Te llegas a sentir culpable porque algunos tratan de hacerte pensar que ocupas la plaza de un hombre. Dicho esto, respeto m¨¢ximo al ej¨¦rcito. Yo siempre me considerar¨¦ piloto militar"
R. Pues por lo que le ha pasado, por ejemplo, al teniente Luis Gonzalo Segura. Un a?o en la c¨¢rcel. ?l se meti¨® con asuntos de corrupci¨®n, mi libro es una memoria personal sobre m¨¢s cosas. Espero que no se lo tomen mal. El pidi¨® hasta clemencia al actual Rey y no lo consigui¨®. No he llevado a cabo una venganza, sino un relato de mi experiencia. Lo pas¨¦ mal. Te cuestionas a ti misma, te llegas a sentir culpable porque algunos tratan de hacerte pensar que ocupas la plaza de un hombre. No quisiera que trataran en ning¨²n otro sitio a nadie as¨ª, ni como mujer ni como hombre. Dicho esto, respeto m¨¢ximo al ej¨¦rcito. Yo siempre me considerar¨¦ piloto militar.
P. Pero a alguien que aspira a ser feliz en la vida, tal y como confiesa, ?c¨®mo se le ocurre que va a encontrar algo semejante en medio de la disciplina de la aviaci¨®n?
R. Hay que ser muy valiente o muy tonta, la verdad. Pero se trataba de mi obsesi¨®n desde ni?a. Futbolista, primero; luego piloto. Mi madre me aconsej¨® bien. Me dijo que me licenciara en algo antes de las pruebas porque al menos as¨ª, si sufr¨ªa alguna incapacidad f¨ªsica con el tiempo, podr¨ªa optar a otras salidas.
P. Lo suyo era destacar: ahora, la primera entrenadora espa?ola de f¨²tbol en Estados Unidos.
R. Es cierto, he tratado siempre de superar metas y llegar antes. Aunque luego se presentaba la pregunta: ?merece esto la pena? En algunos casos, desde luego, en otros, no tanto.
P. Esa capacidad de lucha y superaci¨®n le viene de la infancia. No la tuvo muy feliz. Dice que al llegar al ej¨¦rcito, ciertas cosas le parec¨ªan ligeras despu¨¦s de haber tenido que lidiar con un padre como el suyo.
R. As¨ª es. No fue lo perfecta que se espera, ni la que yo le desear¨ªa a otros ni?os. Mi padre maltrataba a mi madre y eso es dif¨ªcil de perdonar. Cuando da?an al ser que m¨¢s quieres, no puedes con ello. Cuando se march¨® de casa nos quedamos tranquilos, no s¨¦ nada de ¨¦l, ni quiero saberlo.
P. Y escribir el libro, ?le ha hecho m¨¢s enfrentarse a lo oscuro o encontrar las ventajas de lo duro que fue su pasado?
R. Darme cuenta de las cosas buenas e incorporarlas a mi vida de ahora.
P. ?Por ejemplo?
R. Los momentos divertidos. El escape que representaba el f¨²tbol¡ Supongo que quer¨ªa hacer cosas de chicos porque supon¨ªa que por la actitud que ve¨ªa en casa me ir¨ªa mejor en la vida. La ley del m¨¢s fuerte para hacer frente a injusticias como las que viv¨ªa mi madre¡
P. O solidar¨ªa como ahora con su trabajo en ?frica. ?Qui¨¦n la llev¨® all¨ª?
R. Me llev¨¦ sola. Con mis botas y mi bal¨®n. Doy clases de espa?ol y por la tarde entreno a equipos de ni?os, ni?as y mujeres con sida. Ha sido la mejor experiencia de mi vida, son impagables las sonrisas, los bailes, el cari?o con el que te recompensan.
P. De ?frica a Honolulu, donde es entrenadora de un equipo femenino, existe un trecho. ?C¨®mo lleva en Estados Unidos la posibilidad de que les caiga en suerte Donald Trump?
R. Si gana, hago las maletas y me voy¡ Es incalificable su odio a las mujeres, a los gais, a los latinos. Pero quiero a?adir algo: al menos dice lo que gran parte de los republicanos piensan y callan. No es un hip¨®crita.
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