¡®Bamboleo¡¯: una fant¨¢stica impostura
No figura entre los discos m¨¢s vendidos de la Espa?a de 1988 pero los Gipsy Kings dieron una 'master class' en c¨®mo vender la rumba flamenca al mundo entero
Seamos sinceros: en Espa?a, lo de los Gipsy Kings siempre ha producido verg¨¹enza ajena. Y verg¨¹enza propia. Tiene bemoles: son franceses los que han exportado ese prodigioso quitapenas que llamamos rumba catalana. Unos gitanos de Montpellier y Arl¨¦s cuyo vocalista ni era capaz de hablar en castellano. Y cantaba de aquella manera, aprendi¨¦ndose las letras fon¨¦ticamente, con feliz ignorancia de la gram¨¢tica.
Duro y en los morros. El mundillo flamenco espa?ol fue incapaz de articular palabra: unos primos gabachos que se alzaban con el santo y la limosna. Desde aqu¨ª siempre se mir¨® a los flamencos del sur de Francia con condescendencia. Sol¨ªan ser instrumentistas como Manitas de Plata, expertos en florituras y maestros en embaucar a la jet set de la Costa Azul, nada que eclipsara a los creadores del arte jondo. Pero estos Gipsy Kings, algunos emparentados con el citado Manitas, resulta que cantaban. Y se apropiaban sin rubor de hallazgos ajenos.
Vean Bamboleo. Es un injerto de dos canciones sudamericanas: Caballo viejo, del venezolano Sim¨®n D¨ªaz, con fecha de 1980, y Bamboleo, samba del carioca Andr¨¦ de S¨¢ Filho que grab¨® Carmen Miranda en 1931. Sin embargo, en el disco de los Gipsy Kings aparec¨ªa firmada por los tres jefes del grupo: Nicol¨¢s Reyes, Tonino Baliardo y Chico Bouchikhi.
Otras grabaciones del grupo plagiaban a autores espa?oles. ?Hizo algo la SGAE? Quita, quita: nada de meterse en avisperos. Eso s¨ª: prescindieron del pelotazo de Gipsy Kings en su libro de referencia, el monumental S¨®lo ¨¦xitos: a?o a a?o 1959-2002; el ¨²nico Bamboleo all¨ª presente es la versi¨®n fotocopiada del malague?o Tijeritas, que grababa para la multinacional Epic.
Resulta que el primer ¨¢lbum internacional de los Gipsy Kings ¡ªel que inclu¨ªa Bamboleo y Djobi, djoba¡ª sali¨® en una modesta discogr¨¢fica barcelonesa, especializada en dance music. Seguramente no hubo inversi¨®n publicitaria y eso explica que todav¨ªa haya oyentes espa?oles convencidos de que Bamboleo es propiedad de Celia Cruz o Julio Iglesias, dos de los infinitos artistas que probaron con el tema.
Tengo que reconocer que, trag¨¢ndome todos los prejuicios, yo me qued¨¦ encantado con ese disco de los Gipsy Kings. Y otros que salieron en la misma onda: el debut de Ro¨¦, que inclu¨ªa unos tangos de Camar¨®n (Como el agua) tocados por una banda que inclu¨ªa a David Gilmour. S¨ª, han le¨ªdo bien: el guitarrista de Pink Floyd.
Con todo, no pill¨¦ el truco hasta que pude verlos en directo. En el Wembley Arena, ante 12.000 londinenses, y fue impresionante: un show perfectamente coreografiado, con todos los Gipsy Kings en fila y rasgueando simult¨¢neamente sus sonantas en los momentos clave. Detr¨¢s, apenas visible, un grupo de rock que reproduc¨ªa fielmente los arreglos del disco.
Nicol¨¢s Reyes, el cantante principal, hasta se marcaba parrafadas en perfecto castellano ¡ª¡°y estas buler¨ªas van para todos los gitanos del mundo"¡ª que los guiris aplaud¨ªan con fervor. Luego, entre bambalinas, Nico confes¨® que no pod¨ªa mantener una conversaci¨®n en espa?ol. Ambos nos sentimos muy inc¨®modos.
Por mi parte, me sali¨® el prurito nacionalista. La frustraci¨®n de que nadie en Espa?a hubiera sido capaz de concebir semejante jugada: rumba for export. ?Importa mucho? Creo que s¨ª. Treinta a?os despu¨¦s, en los cinco continentes, si surge la palabra "flamenco", inmediatamente te responden con "?The Gipsy Kings!". Y no vale la pena intentar explicarles el error.
Babelia
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