Voluntarios de la guerra contra el Estado Isl¨¢mico
El documental 'Our War' muestra en Venecia la historia de tres occidentales que se enrolaron en las milicias kurdas para combatir a los yihadistas
La c¨¢mara mostraba a varios ni?os. Tendr¨ªan entre ocho y 15 a?os. Y ten¨ªan los ojos vendados. Rafael Kardari observaba horrorizado, quiz¨¢s imaginando su inevitable ep¨ªlogo. Pocos segundos despu¨¦s, unas r¨¢fagas de balas y el Estado Isl¨¢mico (EI) se manchaba de sangre con otra monstruosidad. A miles de kil¨®metros, en Estocolmo, Kardari dijo basta. ¡°Esas im¨¢genes cambiaron mi vida. Decid¨ª combatir¡±, relata ahora ante otra c¨¢mara, la del documental Our War.
Dos semanas despu¨¦s, estaba en el norte de Siria, en las tierras donde esa atrocidad es habitual: Kobane, el baluarte kurdo frente al EI, o ¡°el infierno¡±, seg¨²n ¨¦l. Si demasiados occidentales viajan voluntariamente a engrosar las filas yihadistas, muchos se suman tambi¨¦n al bando opuesto. As¨ª que Kardari dej¨® atr¨¢s su c¨®moda vida y su trabajo de guardaespaldas y se enrol¨® en el YPG (Unidades de Protecci¨®n Popular), la milicia kurda que lucha cara a cara con los islamistas. A su hijo le cont¨® que iba a ¡°ayudar a otros ni?os como ¨¦l¡±. Fue adiestrado y a los 40 minutos de su primera operaci¨®n ya sab¨ªa qu¨¦ significa matar a un hombre. ?l mismo lo cuenta en la pel¨ªcula, que se proyecta estos d¨ªas fuera de concurso en el festival de Venecia.
Adem¨¢s de esta, Our War relata otras dos historias, a la vez id¨¦nticas y distintas. Porque el estadounidense Joshua Bell y el italiano Karim Franceschi tomaron la misma decisi¨®n y ruta. Pero cada uno viajaba empujado por sus propios fantasmas e ideas. Para explicarlo, el filme mezcla entrevistas con los protagonistas y el material que ellos mismos grabaron en el frente, en ciertos casos a tan solo una pared de distancia del EI: se ven batallas, se habla de ¡°compa?eros perdidos¡±, pero tambi¨¦n hay espacio para bromas sobre los soldados yihadistas o las escasas habilidades de un improvisado peluquero de guerra.
¡°Busc¨¢bamos extranjeros que no hubiesen ido a sacarse una foto, sino a combatir de verdad. Quer¨ªamos tipos distintos, con razones diferentes¡±, explica Benedetta Argentieri, una de los tres directores. ¡°Y escogimos a tres personas que, una vez de vuelta a casa, mantuvieran las ganas de regresar¡±, agrega Claudio Jampaglia, otro responsable del proyecto.
El punto de partida fueron las visitas que Argentieri, corresponsal de guerra, acumul¨® en los frentes sirios e iraqu¨ª. All¨ª conoci¨® a voluntarios extranjeros y coment¨® la idea a Jampaglia y Bruno Chiaravalloti, el tercer director. Juntos, trataron de contestar a la pregunta que cualquiera se har¨ªa: ?por qu¨¦ combaten? O, dicho de otra forma: ?por qu¨¦ alguien dejar¨ªa la comodidad de Occidente para poner en juego su vida?
Los motivos pueden ser variados. Bell hab¨ªa estado con los marines en Irak y Afganist¨¢n, hab¨ªa sido herido y hab¨ªa regresado a EE UU con cierto desencanto. Por un lado, quer¨ªa volver a esa lucha para aportar su experiencia; por otro ¡°no consegu¨ªa reintegrarse en la vida civil¡±, explica Argentieri. ¡°Escapaba de m¨ª mismo¡±, agrega Bell en Our War. Hasta que un d¨ªa se march¨®. Poco despu¨¦s actualiz¨® su estado de Facebook: ¡°Estoy en Siria. Peleo con los kurdos¡±.
Franceschi, en cambio, emprendi¨® su viaje para llevar ayuda humanitaria. Activista de izquierdas, cree en la causa de Rojava, la regi¨®n que los kurdos gestionan en plena guerra con un sistema igualitario, donde no hay diferencias de g¨¦nero, raza o religi¨®n. As¨ª que se qued¨® y cogi¨® las armas. Y ahora lleva con soltura un fusil de francotirador y asegura: ¡°Rojava es lo opuesto al EI. Aqu¨ª se combate por una revoluci¨®n, como en la Guerra Civil espa?ola. No s¨¦ si vale la pena morir por ello, pero desde luego s¨ª arriesgar tu vida¡±.
Menos ideol¨®gico es Kardari. ¡°Tiene una implicaci¨®n familiar, por sus or¨ªgenes kurdos. Hay parientes suyos all¨ª y decide que es su guerra, casi m¨¢s por solidaridad¡±, cuenta Jampaglia. ¡°Tengo odio contra esos monstruos, que desaparece cuando estoy all¨ª¡±, afirma ¨¦l. Los tres, eso s¨ª, sostienen que su decisi¨®n les cost¨® alg¨²n debate o incomprensi¨®n con su familia y amigos, pero que nadie los ha aislado o apartado de sus vidas. Sea como fuere, el filme no profundiza en sus entornos ¨ªntimos. ¡°Quer¨ªamos centrarnos en sus motivaciones y restringir la narraci¨®n. Y sobre todo era una cuesti¨®n de seguridad¡±, tercia Chiaravalloti. Hay demasiadas c¨¦lulas yihadistas durmientes como para exponer a las familias.
El filme tampoco busca dar juicios. Los cineastas quieren que el espectador vea y decida. ?No est¨¢n alentando as¨ª a otros a enrolarse? ¡°Quien quiere partir, parte. Adem¨¢s, no es tan f¨¢cil, tampoco desde el punto de vista legal. Y ahora hay un debate en el YPG sobre si aceptar o no a m¨¢s guerrilleros extranjeros¡±, responde Argentieri. Lo que les interesa, dice Jampaglia, es m¨¢s bien sacudir las mentes: ¡°Querr¨ªamos suscitar curiosidad por Rojava y la lucha kurda y hacer reflexionar sobre qu¨¦ es la guerra contra el EI. No es un videojuego. En Europa a veces explota una cafeter¨ªa, all¨ª ocurre cada d¨ªa¡±.
Al final del filme, una canci¨®n de Eugenio Finardi acompa?a los t¨ªtulos de cr¨¦dito. Reza: ¡°Trato de explicar a mis hijos qu¨¦ es justo, y que a veces lo es combatir por ciertas cosas¡±. Algunos lo hacen con un fusil. Otros, con una pel¨ªcula.
Rojava, el cuarto personaje
Our War cuenta la historia de tres occidentales que viajan a Siria para combatir al EI. Pero, seg¨²n los directores, hay un cuarto personaje: Rojava, o Kurdist¨¢n Occidental, donde los kurdos inauguraron en 2013 su propio Gobierno aut¨®nomo. El YPG es su milicia, que lucha a la vez contra los yihadistas y el r¨¦gimen sirio de El Asad, y que presume de haber derrotado repetidamente a los yihadistas.
Rojava ha llamado la atenci¨®n internacional por su democracia participativa, y por su aspiraci¨®n a la igualdad absoluta entre ciudadanos. Algunos lo han llamado "utop¨ªa". Argentieri, que la ha visitado, habla de un dif¨ªcil "trabajo en construcci¨®n", rodeado por la guerra y la hostilidad de Siria y Turqu¨ªa: "En cada pueblo que recuperan celebran de inmediato elecciones. Las guerrilleras tienen un rol destacado. No s¨¦ si sobrevivir¨¢, pero desde luego puede ser una v¨ªa. Nunca he visto nada parecido en Oriente Pr¨®ximo".
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