Literaturas ind¨ªgenas contra el exotismo
Dos escritores, zapoteco y mohawk, discuten en el Hay Festival sobre el estado de las letras nativas americanas
Un escritor zapoteco y otro mohawk. Pergentino Jos¨¦ Ruiz y Gerald Taiaiake Alfred, que en su pasaporte dice que son mexicano y canadiense, saludan y se presentan en zapoteco y mohawk desde el escenario del Hay Festival. A partir de ah¨ª, la charla, presentada como una conversaci¨®n biling¨¹e sobre el estado actual de la literatura ind¨ªgena, se desarrolla en espa?ol y en ingl¨¦s. Una paradoja colonial.
¡°Las lenguas nacionales nos han servido como un veh¨ªculo de comunicaci¨®n. Incluso, entre nosotros mismos, entre los distintos pueblos ind¨ªgenas¡±, dice el oaxaque?o Ruiz. ¡°Pero la lengua es solo una de las expresiones culturales. Hay que ir a la tradici¨®n, donde est¨¢ la esencia, la vitalidad y la frescura de nuestra visi¨®n del mundo, de la naturaleza humana. Nuestra cultura va mucho m¨¢s all¨¢ del elemento decorativo a lo que nos han reducido¡±.
Taiaiake, profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Victoria, reconoce que no habla fluido el mohawk, un pueblo originario del norte de Canad¨¢ con una presencia actual de unos 30.000 miembros. ¡°Despu¨¦s de la II Guerra Mundial, debido a las fuertes migraciones del campo a la ciudad, a la televisi¨®n, a la cultura de consumo, mi pueblo perdi¨® su relaci¨®n aut¨¦ntica con su lengua. Ahora, apenas un 10% habla mohawk, y lo hace de un modo as¨¦ptico, como si hubiera aprendido a utilizar una herramienta t¨¦cnica¡±. Adem¨¢s del divulgativo, uno de sus trabajos es volver a juntar lo que ha sido separado. ¡°A trav¨¦s de una fundaci¨®n en Montreal, de donde es mi comunidad, intentamos devolver la lengua a la tierra, recrear los ritos, la relaci¨®n con las plantas, los animales. La relaci¨®n con la madre tierra no es ret¨®rica, es ella la que te da de comer y te ense?a a cuidar tu salud, te dice qui¨¦n eres como ser humano¡± .
En M¨¦xico se hablan 68 lenguas ind¨ªgenas, amenazadas de muerte por la inacci¨®n de las instituciones
En Zapoteco, la traducci¨®n al espa?ol de su manera de saludar es ¡°?C¨®mo se siente tu coraz¨®n?¡±. Ruiz, autor del libro de relatos Hormigas Rojas o el poemario Lenguaje de P¨¢jaros, aprovecha en sus obras todas esas im¨¢genes que pueblan las historias orales que escuch¨® de ni?o en la Sierra Sur de Oaxaca. ¡°Me entrevisto mucho con personas que s¨®lo hablan zapoteco, y como no tienen que hacer el ejercicio de traducci¨®n, hablan todo el rato con met¨¢foras. Esto me da muchos elementos literarios. Las lenguas ind¨ªgenas son esencialmente el pensamiento comunicado con met¨¢foras. Por eso hay m¨¢s poetas ind¨ªgenas que prosistas¡±.
Contra el clich¨¦ colonial que dicta que lo ind¨ªgena es poco m¨¢s que vestidos coloridos, artesan¨ªa para decorar el sal¨®n de la casa y canciones alegres, Ruiz ha notado c¨®mo es posible la recepci¨®n del valor profundo de su cultura. ¡°Cuando se vuelve literatura, cuando el canon literario se cruza con la vitalidad de nuestra legua, la gente lo aprecia y se sorprende¡±.
Solo en Oaxaca conviven 17 culturas mesoamericanas. En todo M¨¦xico se hablan 68 lenguas ind¨ªgenas, amenazadas de muerte por la inacci¨®n de las instituciones. Un riqu¨ªsimo acervo de culturas, como el calendario ritual por el que a¨²n se gu¨ªan algunos pueblos serranos donde no alcanz¨® la Conquista para inocular su alfabeto castellano y cristiano. ¡°Los ni?os a¨²n juegan en la calle y utilizan a las deidades como elementos de sus juegos¡±, a?ade.
Salvo los talleres de literatura, lengua y teatro zapoteco infantil impulsados por el pintor Francisco Toledo en Oaxaca, Ruiz carga contra las pol¨ªticas p¨²blicas de su pa¨ªs. ¡°El M¨¦xico moderno, desde Vasconcelos, se han basado en la exclusi¨®n de lo ind¨ªgena, como si fuera una especie de elemento exterior que no quiso integrarse en la nueva naci¨®n mestiza. Desde ah¨ª, lo ind¨ªgena ha estado asociado a la pobreza, a la marginalidad¡±. Tambi¨¦n tiene recados para sus propias comunidades. ¡°Siempre estamos esperando que el Gobierno haga algo. Pero el Instituto Nacional Indigenista no logra aterrizar los proyectos, que son hechos por antrop¨®logos. Piensan casi siempre que la cuesti¨®n ind¨ªgena se reduce a dinero, a una cuesti¨®n asistencial. Adem¨¢s, muchos de los representantes de las comunidades no tiene ni sensibilidad ni inter¨¦s para defender nuestros derechos¡±.
Taiaiake comparte un an¨¢lisis parecido sobre c¨®mo se reproducen las relaciones de dominaci¨®n 5.000 kil¨®metros al norte de Oaxaca. ¡°Hay una sensaci¨®n en la comunidad de que si te comprometes s¨®lidamente con tu identidad indigna, eso te va a impedir convertirte en un buen m¨¦dico o abogado dentro de la sociedad canadiense. Te obligan a elegir: o ind¨ªgena o cultura occidental. No puedes ser las dos cosas a la vez, cuando en realidad es al rev¨¦s. El proceso de convivencia se basa en que la cultura ind¨ªgena deber¨ªa poder elegir y tomar s¨®lo las cosas que les sean ¨²tiles de la cultura occidental¡±.
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