Ciencia invertida contra la homosexualidad
V¨ªctor Mora disecciona en su ensayo ¡®Al margen de la naturaleza¡¯ c¨®mo durante el franquismo se retorci¨® el conocimiento para justificar la persecuci¨®n del diferente
Oficialmente, V¨ªctor Mora (Valencia, 1981) enmarca su libro Al margen de la naturaleza (Debate, 2016, 222 p¨¢ginas) en su tesis doctoral en Humanidades en la Universidad Carlos III de Madrid. Pero en la conversaci¨®n se trasluce que es parte ¨Cy, seguramente, no la m¨¢s importante¨C de?su activismo con lo que ¨¦l llama, con gran acierto y econom¨ªa ling¨¹¨ªstica, "la diversofobia", una manera de englobar el odio a gais, lesbianas, transexuales, bisexuales, intersexuales y cualquier otra identidad u orientaci¨®n evitando las clasificaciones, "un elemento de control por parte del poder en general y del franquismo en particular".?
Porque el periodo de la Dictadura es el eje del libro, premio Sagasta de Ensayo de este a?o, pero yendo un poco m¨¢s all¨¢ que otros estudios y relatos sobre la represi¨®n. En la obra, Mora busca la base (pseudo)cient¨ªfica en que se basaron las autoridades y los legisladores para considerar que la diferencia en general, y la homosexualidad en particular, eran un peligro que hab¨ªa que reprimir o reeducar.?
Visto en pleno Siglo XXI, la sucesi¨®n de autores y sus tesis podr¨ªa parecer una extravagancia, pero en su momento tuvieron mucho predicamento y ¨¦xito. Mora destaca a Mauricio Carlavilla del Barrio, cuyo libro Sodomitas -"como se ve, no se andaba por las ramas con los t¨ªtulos", dice con iron¨ªa el ensayista- lleg¨® a las 12 ediciones desde los a?os veinte hasta los setenta. "Fue fundamental para extender una imagen negativa y estereotipada", dice Mora. En un p¨¢rrafo que, por desgracia, hoy sigue de actualidad en muchos lugares, Carlavilla , inspector de la Direcci¨®n general de Seguridad durante la dictadura de Primo de Rivera, explica cu¨¢l es la reacci¨®n de los padres que descubren que su hijo es homosexual. "?Mejor muerto!, gritar¨¦is [...]. Mejor para ¨¦l, para vosotros y para con Dios".
Carlavilla, que se cambi¨® el nombre por el de Mauricio Karl, quiz¨¢ para ganar la respetabilidad asociada a los cient¨ªficos alemanes, es tan extremo que cae "en la parodia". Aunque no era cient¨ªfico, sirve para que Mora apunte uno de sus enfoques: "La carcajada es la mejor venganza". Una risa que puede convertirse en un rictus, pero que sirve para recordar.
Tambi¨¦n previo al Franquismo es Albert Chapotin, quien en su libro Los defraudadores del amor zanja el asunto de los pervertidos y desviados afirmando que es inconcebible "incluir en la especie humana a estos engendros". De ¨¦l toma Mora el t¨ªtulo del libro: deben estar al margen de la naturaleza.
Frases al respecto
Los te¨®ricos de la homosexualidad del Siglo XX se explayaron en descripciones y comentarios. Aqu¨ª hay algunas de sus afirmaciones.
Albert Chapotin. "Armaos de valor. Sobreponeos a vuestro leg¨ªtimo desprecio"
Gregorio Mara?¨®n. "Tengo que decir desde ahora que los estados intersexuales no son estados de perversi¨®n, de anormalidad monstruosa o pecaminosa del instinto, tal como muchos pretenden interpretar".
Gregorio Mara?¨®n. "Cada cual en este mundo, no ama lo que debe, sino lo que puede".
Antonio Sabater Tom¨¢s. "Otros invertidos son sujetos celosos, s¨¢dicos, brutales, con man¨ªa persecutoria, que van armados, que amenazan de muerte y a veces matan, producto de su posici¨®n homosexual que no pueden dominar".
Mauricio Carlavilla. "La manada de fieras sodomitas, por millares, se lanza a trav¨¦s de la espesura de las calles ciudadanas en busca de su presa juvenil".
Antonio Vallejo N¨¢jera. "Toda desviaci¨®n del destino biol¨®gico transmuta tambi¨¦n los caracteres psicol¨®gicos, y hace del var¨®n un afeminado y de la hembra un marimacho".
Mauricio Carlavilla. "?D¨®nde so?ar¨¢ el sodomita y el eunicoide satisfacer mejor su hipertr¨®fico impulso de dominio sino llegando a ser Dictador divinizado del Estado Comunista?".
Hans Giese. "El homosexual se haya determinado al absurdo social".
Antonio Sabater Tom¨¢s. "[Los castigados por la ley de peligrosidad social" demuestran no merecer libertad, por haber abusado de ella".
Luis Vivas Marzal. "Hay homosexuales cong¨¦nitos sobre los que se puede sentir compasi¨®n, pero su peligro fundamental radica en su af¨¢n de proselitismo. Adem¨¢s, es innegable su responsabilidad moral a pear de su tara cong¨¦nita". "La aplicaci¨®n de medidas de seguridad est¨¢, pues, plenamente legitimada desde el punto de vista de defensa social".? Ante los homosexuales, "rigor en ocasiones, caridad siempre, simpat¨ªa, nunca".
"Chocan estos planteamientos tan poco rigurosos en un siglo que es el de la ciencia", comenta Mora. "Siempre pensamos que la ciencia trabaja con la verdad", y, en este caso, esta fue retorcida para adaptarla a temores, prejuicios y conveniencias. Y esto no afect¨® solo a ciertos personajes m¨¢s o menos estrafalarios. Hasta el propio Gregorio Mara?¨®n tuvo que adaptar su mensaje. En 1929 public¨® Los estadios intersexuales en la especie humana, en el que defend¨ªa que la homosexualidad era una especie de estado indefinido en el desarrollo y que hab¨ªa que "estudiar los or¨ªgenes profundos" de la inversi¨®n para "tratar de rectificarlos". Pero, a?ad¨ªa, "en modo alguno hay que castigar al homosexual, siempre que no sea escandaloso". Despu¨¦s de la Guerra Civil, Mara?¨®n "tuvo que cambiar su tesis". En una reedici¨®n de 1951 de sus Ensayos sobre la vida sexual, mantiene la idea de que el "homosexualismo" es "producto de la insuficiente diferenciaci¨®n sexual", pero a?ade es una manifestaci¨®n "aberrante del amor". "Es normal que hubiera un cambio. En esos tiempos no se pod¨ªa hacer ciencia de otra manera. La mayor¨ªa de los que quer¨ªan hacerla en serio se hab¨ªan ido", matiza Mora.
No es el ¨²nico apellido ilustre que se meti¨® en estos charcos. Tiene un papel destacado Antonio Vallejo N¨¢jera, "el psiquiatra del r¨¦gimen", como lo define Mora. "Fue el encargado de encontrar el gen rojo", entre otras teor¨ªas, como sus intentos de asociar un aspecto f¨ªsico al perfil de un delincuente. Tambi¨¦n se cita a Juan Jos¨¦ L¨®pez Ibor, "que intent¨® desacreditar el famoso informe Kinsey" que evalu¨®, por primera vez, la proporci¨®n de hombres que hab¨ªan tenido relaciones homosexuales (un famoso 10% que los estudios posteriores no han confirmado). "No disimulaba nada bien que ten¨ªa un asco tremendo a los gais", comenta Mora.
Pero al margen de personajes de relumbr¨®n, hay algunos m¨¢s ocultos, m¨¢s burocr¨¢ticos, pero que fueron determinantes. Antonio Sabater Tom¨¢s trabajaba en organismos institucionales, y estuvo detr¨¢s de la Ley de Peligrosidad Social de 1970. Luis Vivas Marzal, presidente de la Audiencia Provincial de Valencia en 1963, "estaba preocupado porque no estaba seguro de que la homosexualidad fuera ilegal", expone Mora. "Para que lo fuera, se apel¨® a la Salud P¨²blica, convirti¨¦ndola en una patolog¨ªa contagiosa"¡¤ "Era, para un r¨¦gimen que quer¨ªa abrirse, una manera de mantener la represi¨®n pero lav¨¢ndose la cara", se?ala.?
El autor hace dos reflexiones m¨¢s sobre sus conclusiones. Una, que estas tesis "se expon¨ªan en congresos internacionales". En loa a?os cincuenta y sesenta, "Espa?a era ¨²nica porque ten¨ªa una dictadura muy larga, pero en cuanto a g¨¦nero e identidad, la discriminaci¨®n era universal. Ah¨ª est¨¢ el caso de Jaime Gil de Biedma,. expulsado del Partido Comunista", relata.
Y otra que va m¨¢s al coraz¨®n de libro. "Todos, en alg¨²n momento dejaban los argumentos cient¨ªficos de lado. No pod¨ªan usar la ciencia para demostrar lo que no es".? ?
"Ojal¨¢ la diversofobia fuera solo un problema legal"
V¨ªctor Mora utiliza una palabra, diversofobia, como una manera de englobar a todo el que tiene odio a g¨¦neros, identidades u otras caracter¨ªsticas diferentes. Viene a ser un equivalente a la LGTBI-fobia (fobia a lesbianas, gais, transexuales, bisexuales, intersexuales) "y todo lo que pueda venir". Est¨¢ especialmente preocupado por el n¨²mero creciente de agresiones a ese colectivo, y, por eso, hace un a?o participa en Secci¨®n Invertida, un movimiento que se dedica a concienciar mediante actuaciones callejeras (limpiar con fregonas rosas el lugar de un ataque, por ejemplo).
Para ¨¦l, el paso de hablar de un libro sobre la represi¨®n en el Franquismo a esta situaci¨®n no es un salto. Es parte del mismo proceso, de su identidad. "Me interesa especialmente la construcci¨®n de la identidad en contextos de resistencia, y en eso este tiempo se parece al anterior. En momentos de crisis, siempre se busca al enemigo interno. Primero son los inmigrantes, pero en segundo lugar siempre nos toca a nosotros", dice.
Y la vulnerabilidad, aunque parezca una contradicci¨®n, ha crecido ¨²ltimamente. "Se ha perdido el miedo, pero tambi¨¦n la conciencia. Ya no hay un sujeto marica como pudo haber en los setenta y ochenta, que se identificaba con una lucha. Hay un sujeto gay completamente despolitizado".
La conquista legal de derechos, obviamente, ha sido buena, pero no es la soluci¨®n definitiva. "Ojal¨¢ la diversofobia fuera un problema legal, pero es cultural, social. Hay algo que no hemos hecho bien. Quiz¨¢ pensamos que con los derechos estaba todo conseguido".
"Obviamente, si fu¨¦ramos a los activistas de los setenta y les dij¨¦ramos c¨®mo est¨¢bamos ahora, no se lo creer¨ªan. Ni en sus mejores sue?os lo habr¨ªan esperado. Pero hay que elaborar una cr¨ªtica del activismo. No se trata de si hemos avanzado m¨¢s o menos, sino de si lo hemos hecho en la direcci¨®n adecuada".
El continuo a?adido de siglas al movimiento -a la l de lesbiana y la g de gay se han a?adido la t de transexual, la b de bisexual, la i de intersexual, la q de queer (que no pretende encajar en ninguna de la anteriores) y hasta la h de heterosexual comprometido- le parece a Mora un s¨ªmbolo de un proceso de categorizaci¨®n con el que no est¨¢ de acuerdo. "Nos definimos por oposici¨®n. La lectura normativa de la naturaleza es falsa. El fascismo es la identidad, lo ¨²nico, pero en la naturaleza solo hay diversidad".
Para el escritor y activista, las primeras v¨ªctimas de estas clasificaciones son las personas transexuales, que tan mal encajan en algunas. "Su despatologizaci¨®n todav¨ªa est¨¢ a debate. Y mientras hay estudios que les dan una esperanza de vida de 35 a?os. Imagina la cantidad de suicidios que tiene que haber",. Quiz¨¢ en lugar de ir creando categor¨ªas lo que debamos sea eliminarlas todas".
Babelia
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