Lepanto recuerda al joven soldado Miguel de Cervantes
La ciudad griega conmemora el 445 aniversario de la batalla naval y otorga por primera vez el protagonismo al autor del 'Quijote'
La ciudad griega de N¨¢fpaktos ha celebrado este fin de semana el 445 aniversario de la batalla naval de Lepanto, dando todo el protagonismo a uno de los soldados que combatieron en ella: Miguel de Cervantes. El escritor, de cuya muerte se conmemoran este a?o cuatro siglos, fue herido en el brazo izquierdo y llev¨® siempre a gala, como un timbre de gloria tambi¨¦n literaria, haber participado en esta postrera cruzada contra los infieles otomanos en el Mediterr¨¢neo.
Domingo, 7 de octubre de 1571. La ¡°grand¨ªsima armada cristiana contra el Turco: 30.000 hombres y 325 naves¡± se dispone a entablar una batalla con dimensiones de cruzada que cambi¨® el curso de la historia en el sur de Europa y demostr¨® que los hasta entonces invencibles otomanos ¡ªque a la saz¨®n pretend¨ªan conquistar Italia, luego de haber tomado Chipre un a?o antes¡ª pod¨ªan ser derrotados. En Lepanto (N¨¢fpaktos, oeste de Grecia), estrat¨¦gico paso entre oriente y occidente, un joven de 24 a?os llamado Miguel de Cervantes Saavedra aguarda ansioso el combate a bordo de la galera Marquesa, en lo que se convertir¨ªa en una lucha cuerpo a cuerpo que le dej¨® graves secuelas: ¡°All¨ª me dieron tres arcabuzazos, dos en el pecho y uno en la mano izquierda, para gloria futura de la diestra¡±. El Cervantes soldado forj¨® al genial escritor a sangre y fuego, y el sobrenombre de ¡°manco de Lepanto¡± cabe leerse, tambi¨¦n, en clave literaria: no se le amput¨® el miembro, si bien se le qued¨® muy da?ado.
En un infierno ¡°que dur¨® cinco horas, en las que perdieron la vida m¨¢s de 7.000 cristianos y 25.000 turcos¡±, ¡°quedaron quebrantados para siempre el orgullo y la soberbia otomana¡±, cuenta Cervantes. La Cristiandad se apuntaba una victoria sin igual frente al sult¨¢n de la Sublime Puerta, como ¨¦l mismo recuerda en el pr¨®logo a la segunda parte del Quijote: ¡°Fue la m¨¢s alta ocasi¨®n que vieron los tiempos pasados y los presentes, y que esperan ver los venideros¡±. El joven Cervantes se hench¨ªa de gloria militar, aunque luego esta quedara oscurecida por el genial desempe?o literario del que en 1571 apenas era un joven ansioso, y pronto ah¨ªto, de experiencias: su vida de armas, el cautiverio en Argel o el f¨¦rtil coqueteo con las musas.
Al mando de Don Juan de Austria, tambi¨¦n de 24 a?os, las tropas cristianas de la Santa Liga (los reinos de Espa?a, Venecia, G¨¦nova, Malta, el ducado de Saboya, Toscana y los Estados Pontificios) protagonizaron la en¨¦sima batalla de una guerra de religi¨®n en el Mediterr¨¢neo. Cuatro siglos y medio despu¨¦s, ante las mismas aguas de un mar al que a diario llegan ecos de otras guerras (refugiados, oleadas de terror yihadista), la ciudad de N¨¢fpaktos (20.000 habitantes) conmemora como cada a?o la naumaquia, esta vez con una diferencia sustancial: el 400 aniversario de la muerte de Cervantes le ha convertido en protagonista de los actos. En las citas anteriores, ¡°Cervantes ten¨ªa un papel secundario, pero este a?o ha pasado al primer plano. Lepanto fue un timbre de gloria que llev¨® toda su vida y que permite tambi¨¦n recordar la relaci¨®n con Grecia de su obra¡±, explica el helenista Pedro Olalla, que record¨® esta dimensi¨®n griega en un acto promovido por la Embajada de Espa?a y el Instituto Cervantes.
¡°Como autor del Siglo de Oro, estaba como el resto imbuido de referencias grecorromanas, cl¨¢sicas, como muestran las menciones a Arcadia de La Galatea o a los mitos en el Viaje del Parnaso, o incluso episodios del Quijote, pero Cervantes es el ¨²nico que a?ade su testimonio personal, ya que no solo combati¨® en Lepanto, sino que naveg¨® casi tres a?os por aguas griegas con su hermano¡±. Olalla subraya tambi¨¦n, como parte indudable de la influencia griega en el autor del Quijote, el modelo de las novelas bizantinas como precursoras de los libros de caballer¨ªa que sorbieron el seso a don Alonso Quijano y le disparataron. ¡°Probablemente, Lepanto ser¨ªa lo mismo sin Cervantes, pero Cervantes nunca habr¨ªa sido lo mismo sin la experiencia de Lepanto¡±, resume el helenista.
El acto cumbre de la efem¨¦ride fue, como todos los a?os, la recreaci¨®n, el s¨¢bado, de la legendaria batalla naval en el hermoso puerto veneciano de la ciudad, donde se levanta una estatua del autor espa?ol. Privados de recursos por la crisis, los lepantinos suplen con entusiasmo e imaginaci¨®n el reto, con una encarnizada guerra de fuegos artificiales de un lado a otro de la bocana del puerto que recuerda el fragor de la batalla. Todo (los trajes de ¨¦poca, los estandartes, las luces o la narraci¨®n en off) es obra de aficionados. ¡°Aparte de elogiar la recreaci¨®n de la batalla, y todo el trabajo que hay detr¨¢s con tan mermados medios, Lepanto, como hecho hist¨®rico, b¨¦lico, y como hecho literario, nos subraya la importancia que para la defensa de la paz tienen los agentes culturales. Si la figura de Cervantes y el hecho hist¨®rico de Lepanto son importantes es como reivindicaci¨®n de la paz¡±, dice V¨ªctor Andresco, director del Instituto Cervantes de Atenas. ¡°El dinero que se invierte en cultura genera cultura, cultura de paz¡±.
Formula la misma idea Yanis Raptis, vicealcalde de N¨¢fpaktos: ¡°Al recordar lo sucedido en Lepanto, aspiramos a una Europa que potencie su cultura com¨²n, una Europa de paz, acogedora y solidaria. El triple objetivo de estas celebraciones, y de las ciudades hermanadas en torno a Lepanto [red europea de una docena de ciudades] es el de fomentar la cultura, la civilizaci¨®n com¨²n como mensaje de paz y solidaridad y el turismo hist¨®rico-cultural como motor de desarrollo¡±.
Las ciudades de Lepanto
Una docena de ciudades europeas, todas ellas relacionadas con la batalla, se han reunido para formar la red europea de Ciudades de Lepanto. Mesina, el puerto siciliano del que parti¨® la flota comandada por Don Juan de Austria; la tambi¨¦n siciliana Nicosia, la chipriota Famagusta (Chipre hab¨ªa ca¨ªdo en manos otomanas meses antes de Lepanto), la Seren¨ªsima Venecia o, en fin, la alemana Regensburg (Ratisbona), como ciudad natal del hijo bastardo del emperador Carlos V, a¨²nan esfuerzos para impulsar el conocimiento de la batalla y su contexto hist¨®rico, as¨ª como para potenciar el turismo cultural. En la n¨®mina de ciudades figura un peque?o pueblo tinerfe?o, Valle de Guerra (La Laguna), vinculado a Lepanto por una imagen de la Virgen del Rosario a la que muchos combatientes cristianos se encomendaron antes de entrar en batalla. El pueblo canario celebra la festividad de esta virgen cada 7 de octubre (el d¨ªa de la contienda) con un teatro popular similar a la recreaci¨®n que hacen los habitantes de Lepanto. Atal¨ªa Barbuzano, de 21 a?os, represent¨® este fin de semana a la localidad tinerfe?a en Lepanto, un nombre que, por cierto, es solo una corrupci¨®n del griego cl¨¢sico N¨¢fpaktos. ¡°El a?o que viene queremos hacer este encuentro en Tenerife¡±, asegura la joven representante canaria. A esta red europea est¨¢ tambi¨¦n vinculada la asociaci¨®n Rutas de Carlos V.
Babelia
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