??igo Coppel, (Bilbao, 39 a?os), abre mucho los ojos cuando escucha a su interlocutor. Pone la misma cara de un reci¨¦n llegado a clase. Como si todo estuviera por conocer. Curiosidad pura, tranquilidad, tacto. ?Coppel viste con americana y camisa. Luce una larga melena y barba canosa. Pide una cerveza antes de charlar un rato en la sala Galileo Galilei (Calle de Galileo, 100) el d¨ªa antes subirse a las tablas del mismo local, donde hace a?os le parec¨ªa ¡°impensable¡± tocar. Pero Coppel no es una reci¨¦n llegado a la capital, ni habita en el imaginario de los cantautores de tercera.?Las palabras salen de su boca con cadencia, casi en susurros.
Coppel llega a la sala con su guitarra Gretsch White Falcon y su amplificador Fender Deluxe bajo el brazo. Acaba de publicar su cuarto disco,?Los nobles salvajes (Calvario). ¡°Es la primera vez que el resultado es clavado a las ideas que ten¨ªa en la cabeza. Es el disco que quer¨ªa¡±, se?ala el m¨²sico. El disco est¨¢ inspirado en una frase Jackes Brel: ¡°Je crois que Die ce sont les hommes et un jour ils sauront ¡°(Yo creo que Dios son los hombres y alg¨²n d¨ªa lo sabr¨¢n). ¡°Dentro del desastre global, hay casos e historias de personas que valen la pena¡±, cuenta. Precisamente la canci¨®n francesa ha sido uno de los referentes en este disco, junto al tango.?
El ¨¢lbum fue producido por Jos¨¦ Nortes (Quique Gonz¨¢lez, Ariel Rot¡) en los estudios Black Betty de Madrid. ¡°Con Nortes tengo sinton¨ªa y amistad; en seguida sabe que canciones valen y cuales encajan en el disco. Ni se me pasa por la cabeza cambiar de productor¡±. Jairo Mart¨ªn al piano y Manu Clavijo a la viola y el viol¨ªn completan el tr¨ªo que formaron con Coppel en la grabaci¨®n, que se ocup¨® de guitarras, arm¨®nicas y voces.?Las composiciones nacieron a piano y viol¨ªn y as¨ª han quedado reflejadas en la producci¨®n. "Si las canciones son buenas envejecen mucho mejor con poca producci¨®n",?afirma Coppel. Los tres m¨²sicos grabaron los diez temas en directo en una semana: solo se regrabaron algunas voces y se a?adieron instrumentos de viento.
Pero la carrera de Coppel no ha sido un camino de rosas. Ha sido la de un maratoniano y no la de un velocista. El m¨²sico bilba¨ªno comenz¨® a rasguear la guitarra con 15 a?os y con 20 empez¨® a escribir canciones. Poco despu¨¦s se uni¨® en su ciudad natal a Los Zodiacs, su banda favorita de entonces. ¡°Me ficharon en una noche de borrachera sin escucharme tocar¡±, se r¨ªe. A Madrid lleg¨® hace 12 a?os con la sana intenci¨®n de dedicarse a la m¨²sica. Pero pronto se dio cuenta de que ten¨ªa que ir paso a paso. Su primer concierto lo dio en el Rinc¨®n del Arte Nuevo. All¨ª estuvo esperando a que llegara un espectador, aforo m¨ªnimo para que no se cancele el concierto. ¡°Lleg¨® un tipo borracho y una pareja; entonces me puse a tocar y a montar espect¨¢culo. Desde entonces ha habido ¨¦pocas he tocado una vez a la semana durante a?os¡±, asegura.
En la capital se dio cuenta de que viviendo con poco dinero la m¨²sica pod¨ªa ser su prioridad. ¡°No hice una apuesta de dos a?os, me vine para hacer una carrera a largo plazo. Cada a?o he cumplido metas y he llegado a sitios donde no hab¨ªa llegado el a?o anterior¡±, explica. ¡°La inmediatez del ¨¦xito es err¨®nea y creo que viene de los a?os de Operaci¨®n Triunfo. Hay que conquistar a un p¨²blico fiel, que le emocione tu m¨²sica y que escuche el disco en casa, no el que est¨¢ de paso¡±.?
En aquellos a?os, la intrincada industria musical le provoc¨® el hast¨ªo y el retiro moment¨¢neo por el pago de su segundo disco:?el m¨²sico se puso a trabajar en una tienda de discos. All¨ª observ¨® que muchos artistas ten¨ªan un directo en el teatro parisino Olympia. ¡°Desde mi decepci¨®n y mal estar con las discogr¨¢ficas me promet¨ª que si grababa el tercer disco se llamar¨ªa En el Olympia. Entonces empec¨¦ a componer las mejores canciones de mi vida y reactiv¨¦ mi carrera dando mis primeros bolos en Libertad 8¡±. Y cumpli¨® su promesa. Su tercera obra, En el Olympia, fue un punto de inflexi¨®n en su concepto de canci¨®n. ¡°Me di cuenta de que menos es m¨¢s¡±. Y el resultado se ve reflejado en su cuarta obra,?Los Nobles Salvajes, donde prima el minimalismo y las letras narrativas sobre historias de redenci¨®n.
Los referentes del m¨²sico son Bob Dylan, Leonard Cohen, Hank Williams,?Hendrik R?ver (Los Deltonos), Carlos Gardel, Violeta Parra o Javier Krahe. "Ahora me gustan mucho Gatoperro y Alicia Ramos", aclara. Al artista bilba¨ªno le?gustar¨ªa que las discogr¨¢ficas buscaran "talento de verdad". "?ltimamente, las canciones realmente buenas las he escuchado en los bares", afirma.?El cantautor explica, cerveza en mano, y a pocas horas de tocar en la sala Galileo Galilei, que no vive de la m¨²sica y que ¡°sobrevive¡± dando conciertos y clases de guitarra e ingl¨¦s. ¡°Nunca he tenido prisa, pero voy cumpliendo metas a?o a a?o¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.