El lado oscuro del dise?o
La Bienal de Estambul reflexiona de manera cr¨ªtica sobre la relaci¨®n entre el arte, la tecnolog¨ªa y el ser humano
¡°Un buen dise?o significa un buen negocio¡±. Esta frase, pronunciada por el presidente de IBM Thomas Watson Jr. a inicios de la d¨¦cada de 1950, se convirti¨® en el mantra de la innovaci¨®n hasta llegar a su paroxismo en empresas como Apple, que ha convertido la inversi¨®n en dise?o en buena parte de su negocio. ¡°Pero ?y si el dise?o es parte del problema?¡±, se pregunta Mark Wigley, comisario, junto a la arquitecta espa?ola Beatriz Colomina, de la tercera Bienal de Dise?o de Estambul, hasta el 20 de noviembre: ¡°Hay un lado muy oscuro del dise?o, su capacidad anestesiante. Tocas un iPhone y te dices ¡®qu¨¦ bonito¡¯, olvidando las condiciones de casi esclavitud en que ha sido fabricado en China o en que se han extra¨ªdo en Congo los minerales para su creaci¨®n¡±.
Desde luego, la entrada a la Escuela Primaria Griega de G¨¢lata, uno de los escenarios de la Bienal, produce el efecto contrario a la luminosidad de una Apple Store o a lo que son habitualmente las exposiciones de dise?o, un escaparate de muestras sobre las novedades del sector. No; m¨¢s bien, semejar¨ªa el oscuro laboratorio de un doctor austriaco de entreguerras. Nos reciben un v¨ªdeo, en el que un profesor ense?a a sus alumnos a diseccionar un cad¨¢ver, y una r¨¦plica del cuerpo humano, con sus venas, m¨²sculos y huesos, elaborada por el Instituto Alem¨¢n de Higiene en 1927. ¡°En las actuales condiciones de nuestro tiempo, nos parec¨ªa obsceno limitarnos a reproducir una feria de dise?o¡±, explica Colominas.
La exhibici¨®n se ha planteado como un ejercicio de ¡°arqueolog¨ªa¡± que rebusca en los or¨ªgenes de esta disciplina porque desde que el ser humano se halla sobre la faz de la tierra se ha dedicado a dise?ar: a dise?arse a s¨ª mismo y a dise?ar su entorno y su relaci¨®n con este. Otra de las sedes, la antigua f¨¢brica de cerveza Bomonti, se abre con las huellas halladas durante la construcci¨®n del metro submarino de Estambul. ¡°Se trata de unas pisadas de 8.500 a?os, pero no son pies desnudos, sino zapatos, por lo que ya encontramos la huella del dise?o¡±, explica una de las gu¨ªas de la muestra. Y se cierra con una instalaci¨®n que reflexiona sobre las redes sociales. Lo inmediato.
El dise?o termina por apoderarse del propio ser humano. En una interesante reflexi¨®n planteada por la Bienal se parte de los aut¨®matas fabricados en el siglo XII por el cient¨ªfico kurdo Al Jazar¨ª y se llega a los ¨²ltimos avances cient¨ªficos. ¡°Vivimos en una ¨¦poca h¨ªbrida en la que se vive en lo f¨ªsico y en lo virtual, en la que el ser humano es cada vez m¨¢s tecnol¨®gico y deslocaliza funciones como la memoria, gracias al m¨®vil o al ordenador, o la orientaci¨®n, mediante Google Maps¡±, sostiene Colomina poniendo como ejemplo otra de las obras: Homo cellular. Y al mismo tiempo, los robots son cada vez m¨¢s humanos gracias a la inteligencia artificial ¡ªcomo demuestra la obra de Bager Akbay, un algoritmo que no solo crea poes¨ªa sino que la vende por su cuenta en Internet¡ª emborronando as¨ª los l¨ªmites entre la persona y la tecnolog¨ªa. De ah¨ª el lema de la Bienal: ¡°?Somos humanos?¡±.
La muestra es algo a medio camino entre la exhibici¨®n art¨ªstica, la cient¨ªfica y la sociol¨®gica. ¡°Es un espejo en el que el visitante se refleja en ella de cien formas diferentes. Si la humanidad ahora mismo se mirase en el espejo, le devolver¨ªa una imagen terrible¡±, afirma Wigley. Por ello, arguye, es necesario ¡°cuestionar el actual discurso sobre el dise?o¡± y crear uno ¡°alternativo¡±.
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