Vargas Llosa: ¡°Espero que la transici¨®n en Cuba sea r¨¢pida e indolora¡±
El premio Nobel presenta en la Feria de Guadalajara su ¨²ltima novela: Cinco esquinas
Mario Vargas Llosa ha superado la barrera de la luz. A sus 80 a?os, vive m¨¢s all¨¢ de la consagraci¨®n. Es el mayor escritor vivo en lengua espa?ola. Mucho m¨¢s que por los premios, Nobel incluido, en Vargas Llosa se reconoce al escritor total. Pero tambi¨¦n al hombre de mundo, al refinado analista pol¨ªtico, al apasionado de la cultura. Hay tantos Vargas Llosa como ¨¢ngulos tiene su obra. Hoy en la Feria de Libro de Guadalajara lo volvi¨® a mostrar. En la presentaci¨®n de su novela Cinco esquinas (Alfaguara) respondi¨® a todo. Fidel Castro, Trump, la pornograf¨ªa, el periodismo, la novela, su vida¡ Este es un resumen de algunas respuestas. Una breve ojeada al inagotable caleidoscopio que es Vargas Llosa.
Fidel Castro. Para el escritor peruano, la muerte del l¨ªder cubano marca el fin de la farsa. ¡°Deslumbr¨® a mi generaci¨®n, era como un h¨¦roe salido de un c¨®mic. Cuba iba a tener elecciones libres, iba a ser un ejemplo de democracia, un lugar siempre libre. Todo fue mentira. Para mantenerse en el poder, Fidel decidi¨® convertir Cuba en una dictadura comunista. Hubo reformas positivas en salud y educaci¨®n, pero las econ¨®micas acabaron en desastre. Y ahora Cuba es m¨¢s pobre que con Batista¡±, explic¨® Vargas Llosa. Ahora con el fallecimiento del ¡°dictador m¨¢s longevo de Am¨¦rica¡± se abre una oportunidad para el cambio. ¡°Tengo esperanzas de que este proceso sea r¨¢pido e indoloro¡±, concluy¨®.
Donald Trump. El republicano no goza de las simpat¨ªas de Vargas Llosa. Para el Nobel se trata de un demagogo, populista y nacionalista. Y un peligro para M¨¦xico. ¡°Si cumple sus amenazas, M¨¦xico resultar¨¢ brutalmente afectada¡±. Ante esta perspectiva, dese¨® que el propio sistema estadounidense le ponga freno. ¡°Gan¨® las elecciones teniendo en contra a toda la gran prensa americana, esperemos que ahora funcionen los mecanismos de control al presidente. El Congreso y la Corte Suprema pueden jugar un papel fundamental¡±, dijo.
Cinco Esquinas. ¡°Es el fresco de la etapa final de una dictadura¡±. La novela recrea los ¨²ltimos a?os del fujimorismo a trav¨¦s de uno de sus personajes m¨¢s diab¨®licos y poderosos: Vladimiro Montesinos, el hombre fuerte del r¨¦gimen. ¡°Us¨® la prensa basura para crear un sistema que hundiese a los cr¨ªticos en la mugre del esc¨¢ndalo, fundamentalmente sexual. Fue un sistema envilecedor¡±, se?al¨® el autor, quien admiti¨® que el libro, pese a su exhaustiva preparaci¨®n, no tard¨® en seguir sus propios derroteros. ¡°Escribo con un plan detallado, pero como siempre ocurre, esta obra tom¨® cauces que yo no hab¨ªa pensado. En el libro quer¨ªa contar como una dictadura dispone de los medios suficientes para degradar la vida pol¨ªtica y la period¨ªstica. Reflej¨¦ un mundo en toque de queda, donde se viv¨ªan distorsiones tremendas. Por ejemplo, en el sexo, que se convirti¨® para muchos en un refugio, en una b¨²squeda de la intensidad pasajera. La propia novela se fue apartando de la idea inicial¡±.
Periodismo basura. La plaga se extiende. El sensacionalismo gana terreno. El uso de la prensa amarillista como guillotina pol¨ªtica en el Per¨² de Fujimori fue posible porque hay un fen¨®meno previo, ¡°una curiosidad morbosa por el esc¨¢ndalo, por entrar en la vida privada de los personajes p¨²blicos¡±. ¡°No hay pa¨ªs donde la frontera entre prensa seria y la chismogr¨¢fica sea n¨ªtida. Hasta los mejores peri¨®dicos han tenido que abrirle espacios. Uno acaba teniendo la sensaci¨®n, falsa, de que nadie es honesto. Es una una enfermedad. Y se debe a un problema cultural: la cultura se ha vuelto un entretenimiento, se han perdido los frenos. Todo vale¡±.
Pornograf¨ªa y erotismo. La ¨²ltima novela de Vargas Llosa tiene un alto contenido er¨®tico. Sus personajes transitan por escenarios de derrota, pero tambi¨¦n de placer. La escenas sexuales aguardan al lector en cada esquina. Pero siempre con intenci¨®n literaria. ¡°La pornograf¨ªa es el erotismo mal escrito¡±, zanja Vargas Llosa.
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