Jos¨¦ Mujica, una lucha de cine
Antonio de la Torre encarnar¨¢ en ¡®Memorias del calabozo¡¯ al expresidente de Uruguay en sus a?os de guerrilla y c¨¢rcel
Antes de ser presidente de Uruguay, antes de convertirse en referente moral para el mundo, Jos¨¦ Mujica fue un dirigente del Movimiento de Liberaci¨®n Nacional-Tupamaros, es decir, un guerrillero tupamaro, que luch¨® contra el deterioro pol¨ªtico y social de su pa¨ªs, y posteriormente contra la dictadura. Pas¨® a ser uno de los hombres m¨¢s buscados y acab¨® de 1973 a 1985 en la c¨¢rcel, a menudo, en celdas de aislamiento.
Aquellas terribles condiciones se recrear¨¢n en Memorias del calabozo, pel¨ªcula que el uruguayo ?lvaro Brechner (Mal d¨ªa para pescar, Kaplan) comenzar¨¢ a rodar el 6 de marzo con Antonio de la Torre dando vida a Mujica. Todo un reto que el actor prepara estos d¨ªas en su casa en Sevilla, tras recabar informaci¨®n en dos viajes a Uruguay, en julio y diciembre, donde conoci¨® a Mujica y sus compa?eros de guerrilla y prisi¨®n Mauricio Rosencof (al que interpretar¨¢ el argentino Chino Dar¨ªn) y Eleuterio Fern¨¢ndez Huidobro (ser¨¢ el uruguayo Alfonso Tort), que muri¨® en agosto mientras era ministro de Defensa.
"Mujica estuvo en 47 celdas de aislamiento. Sobrevivi¨® a base de rutina y de desarrollar su pensamiento ideol¨®gico. Me qued¨® claro que se puede viajar a la locura y volver de ella"
¡°En mi ¨²ltimo viaje, habl¨¦ con muchos guerrilleros. Y me impresion¨® Henry Engler¡±, cuenta De la Torre. ¡°Hoy es un prestigioso cient¨ªfico, y en aquellos a?os viaj¨® a la locura y volvi¨®, como se ve en el documental El c¨ªrculo. Me ilustr¨® mucho acerca del sufrimiento de Mujica, Huidobro y Rosencof. ?lvaro quiere mostrar una historia universal, c¨®mo tres hombres sobrevivieron a la locura. En la vida real fueron nueve, y un militar les dijo: ¡®Ya que no les pudimos matar, les vamos a volver locos¡±. El actor cuenta que Mujica incluso oy¨® voces. ¡°En lo poco que le he podido tratar, hasta ahora, he descubierto que no quiere darle importancia a esos a?os, en los que estuvo en 47 celdas de aislamiento distintas. Engler me lo defini¨® muy bien: ¡®El cerebro, ante la falta de est¨ªmulos, los crea¡¯. Aun as¨ª mi primera pregunta a Mujica fue: ¡®?C¨®mo sobreviviste?¡¯. Lo hizo a base de rutina y de desarrollar su pensamiento ideol¨®gico¡±.
Durante ese periodo, Mujica madur¨® su proyecto pol¨ªtico. ¡°En julio conoc¨ª a los tres. Me emociona hablar de Huidobro porque nos dedic¨® un tiempo impagable, y muri¨® 10 d¨ªas despu¨¦s. Y nos cont¨® que le encorajin¨® una frase de los carceleros: ¡®?Y estos son quienes iban a cambiar el mundo?¡¯. Les hizo sobrevivir su convicci¨®n ideol¨®gica, junto con el episodio de la locura, un abismo al que como actor acabo de asomarme y a¨²n no s¨¦ c¨®mo salvarlo¡±.
Logros vitales
De su charla con Mujica, el int¨¦rprete ¡ªganador de un goya y candidato este a?o por Tarde para la ira¡ª rememora algunas frases: ¡°Parafrase¨® a Mandela cuando solt¨®: ¡®No solo hay que liberar a los oprimidos, sino tambi¨¦n a los opresores¡±. Son evidentes los paralelismos entre Mandela y Mujica. ¡°Es estoico, con humor. Nos dijo: ¡®Perdimos la guerra, s¨ª, no hubo m¨¢s remedio que banc¨¢rsela¡¯... Pero para construir un personaje necesitas m¨¢s hablar con la gente que le rodea que con ¨¦l, porque dan m¨¢s informaci¨®n¡±.
Memorias del calabozo cuenta con coproducci¨®n hispano-uruguaya-argentina y est¨¢ basada en el libro hom¨®nimo de Rosencof y Huidobro. ¡°Me importa mucho que haya una pata de Uruguay, en la direcci¨®n en la producci¨®n de Mariela Besuievsky. En la primera reuni¨®n con ellos, me picaron. Cuando estuve con Mujica, con el que comparto parecido f¨ªsico y la manera de caminar, me mir¨® y me dijo con cari?o: ¡®Bueno, alguien tiene que hacerlo¡¯. Me son¨® a viejo esp¨ªritu guerrillero de completar una misi¨®n¡±.
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