Una novela rom¨¢ntica contra la desesperaci¨®n del paro
La periodista Marta Vilella debuta con 'La duquesa de Northcastle', una historia de ¨¦poca victoriana
Sabe que los saltos adelante m¨¢s cruciales vienen urgidos por la necesidad. Marta Vilella (Badajoz, 1975) se apunt¨® al periodismo con intenci¨®n de salir con un micro frente a la c¨¢mara. La primera prueba le espant¨® y termin¨® como redactora en Pop Stars (el lema del programa era ¡°Todo por un sue?o¡±, lo que ella repet¨ªa en cambio era ¡°Todo por un sueldo¡±) y El diario de Patricia luego, durante a?os. En enero de 2004 avanz¨® otro paso. No sab¨ªa c¨®mo funcionaba un gabinete pero entr¨® en el de comunicaci¨®n de la Comunidad de Madrid. Durante el fat¨ªdico 11-M su consejer¨ªa llev¨® la coordinaci¨®n con el 112 y el anat¨®mico forense y fue el canal que suministr¨® los datos a la presidencia. El goteo desde los primeros cad¨¢veres hasta los 191 muertos finales. ¡°Fue muy duro. Estaba aprendiendo a marchas forzadas y era la primera vez que se viv¨ªa algo parecido. Hubo que improvisar mucho¡±. Tras las ¨²ltimas elecciones municipales se qued¨® en el paro y para ocupar su mente y evitar caer en un ¡°bucle depresivo¡± escribi¨® La duquesa de Northcastle, novela que ahora lanza la editorial Sial Pigmali¨®n.
Dice Vilella que ha le¨ªdo tanto a Jane Austen que el se?or Darcy es su paradigma de hombre ideal; que le bulleron siempre historias en la cabeza, pero que ni fue constante ni tuvo tiempo antes. Por eso decidi¨® que ser¨ªa ahora o nunca y, con tes¨®n, sac¨® adelante esta trama victoriana en la que el amor es a la vez causa de enredos y sentimiento redentor, y cuya acci¨®n progresa en base a constantes di¨¢logos. ¡°No me importa demostrar que s¨¦ c¨®mo es una l¨¢mpara del siglo XIX, me imagino al lector con un paquete de palomitas, igual que si estuviera viendo una serie de televisi¨®n¡±. Vilella opina que en gran medida las series se han convertido en el follet¨ªn de hoy en d¨ªa y se han llevado por delante esa literatura en la que lo primordial era el entretenimiento. ¡°Prefiero que mi novela se lea en dos tardes a que la arrinconen¡±.
En la grada, durante un partido de baloncesto de su hija, coincidi¨® con el padre de otra de las jugadoras, Basilio Rodr¨ªguez, editor de Sial Pigmali¨®n. En medio de la charla confes¨® que escrib¨ªa y, cuando venci¨® la reticencia ¡ªpudor, dudas¡ª, le envi¨® el manuscrito con su tarjeta dentro. Pocos meses despu¨¦s tuvo el ejemplar en la mano y una frase de Rodr¨ªguez que la acompa?a hoy: ¡°Comienza a sentirte escritora¡±. Su duque de Northcastle se asemeja a Rhett Butler y ciertos pasajes son casi un trasplante de Lo que el viento se llev¨®; hay una se?ora Pott, como la de La Bella y la Bestia, y conversaciones encuadradas en primer plano, influencia de su tesis doctoral sobre ese recurso en el cine de Eisenstein y Griffith.
¡°Para las editoriales menos visibles el mundo es Internet¡±, profiere, y cuenta a continuaci¨®n c¨®mo si no tienes hueco en las mesas de novedades tienes que aprender a manejarte con las redes sociales. Vilella le cre¨® un perfil de Facebook y de Twitter a la novela y fue llegando a cada vez m¨¢s lectores, que a veces le recriminan el destino de un personaje o le agradecen el amor¨ªo de otro. Con los que interact¨²a. Casi siempre son mujeres; aunque la encorajine, todav¨ªa la etiqueta de ¡°novela rom¨¢ntica¡± echa para atr¨¢s a demasiados chicos. Frente a encasillamiento y frente a todo, Vilella est¨¢ convencida de que en los tiempos de Trump, Tinder, el desafuero, el miedo, el mundo entero sigue funcionando por amor; de la necesidad vital de defender las historias que hacen que al salir del cine o al cerrar un libro te brote una sonrisa en la cara. E invoca un mantra v¨¢lido: La la land.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.