Pedro Infante, el ¡®Toro¡¯ mexicano que nunca muere
A 60 a?os del fallecimiento del cantante y actor, su legado sigue intacto como ¨ªdolo popular
¨CTengo que estar muy almeja, muy vivo ¨Cdice el copiloto antes de subir al avi¨®n¨C porque si no podr¨ªa darme tremendo guayabazo, y ?v¨¢lgame la Virgen!, ni Dios lo permita.
Era el 15 de abril de 1957 y el viejo bombardero de la II Guerra Mundial reconvertido en carguero de pescado terminar¨ªa estrell¨¢ndose contra un poste de la luz. Los peces se desparramaron por el patio de una casa y entre los hierros y el fuego tambi¨¦n murieron el piloto, el mec¨¢nico, una joven que estaba tendiendo la ropa en el patio y el copiloto de la avioneta: Pedro Infante Cruz, cantante famos¨ªsimo, estrella de cine y piloto amateur con 3.000 horas de vuelo antes del estramb¨®tico accidente en M¨¦rida.
A los 39 a?os, tres viudas oficiales, seis hijos, con dinero pero sin una cana en su pelo tiz¨®n ni una arruga en su piel criolla, hab¨ªa muerto ¨Cen palabras del cronista Carlos Monsiv¨¢is¨C el ¨ªdolo, el novio ideal, el Querido Amigo, el pariente, El Mexicano-que-nunca-va-a-dejar-de-serlo.
Al entierro de Pedro Infante llegan m¨¢s de 2.000 coches cargando flores, rumores de suicidios de j¨®venes desconsoladas, heridos por cargas policiales entre el m¨¢s de un mill¨®n de personas que desbordan el Pante¨®n Jard¨ªn de Ciudad de M¨¦xico. El pueblo llora y vuelve a cantar sus rancheras. Amorcito coraz¨®n / Yo quiero ser un solo ser / Y estar contigo. El pueblo vuelve a recordar sus pel¨ªculas. Otra vez Monsiv¨¢is: ¨¦l era y seguir¨¢ siendo a todo dar, francote, sencillote, siempre dispuesto a un saludo, querend¨®n, sonriente, enamorado.
Negrete com¨ªa pan, mientras que Pedro com¨ªa tortillas como todos nosotros
¡°No era el mejor cantante ni el mejor actor pero era tan carism¨¢tico, que lo mismo daba. Supera hasta a Cantinflas en cari?o popular¡±, dice Mart¨ªn Urieta, uno de los compositores vivos m¨¢s importantes de M¨¦xico, que reconoce a la vez su versatilidad para las rancheras, los boleros, guapachosa, tropical y hasta la canci¨®n infantil: ¡°?Qu¨¦ solista ha manejado todos esos registros?¡±
Antes que ¨¦l, otros dos mitos de la ¨¦poca dorada del cine mexicano, Blanca Estela Pav¨®n y Jorge Negrete, se hab¨ªan marchado antes de tiempo. En Pedro Infante no ha muerto, la cr¨®nica de 1984 de la periodista Cristina Pacheco, aparece este testimonio an¨®nimo:
¡°M¨¦xico ha tenido muchos ¨ªdolos. Ah¨ª tienes a Jorge Negrete, que la gente dec¨ªa que cantaba hasta ¨®peras. Le admiramos pero nunca hemos llegado a identificarnos completamente con ¨¦l. ?Por qu¨¦? Te lo voy a explicar de un modo muy simple. Negrete com¨ªa pan, mientras que Pedro com¨ªa tortillas como todos nosotros¡±
Pepe el Toro como h¨¦roe de barrio lumpen que consigue burlar a su destino de miseria
El cuarto de 14 hermanos de una humilde familia sinaloense, Pedro Infante Cruz nunca termin¨® la escuela. Trabaj¨® desde ni?o, primero en una panader¨ªa y luego como carpintero, el papel que representar¨ªa en 1948 en su pel¨ªcula fetiche, Nosotros los pobres, el gran melodrama costumbrista mexicano de la ¨¦poca.
El chico pobre pero honrado interpret¨¢ndose a s¨ª mismo. Pepe el Toro como h¨¦roe de barrio lumpen que consigue burlar a su destino de miseria, a la polic¨ªa que lo quiere encarcelar injustamente, a sus vecinos rateros, al abogado rico que le quiere robar la novia. En palabras de la escritora ?ngeles Mastretta, un macho mexicano, s¨ª, pero de los conquistadores, no de los golpeadores.
Este s¨¢bado, 60 aniversario de la muerte de Pedro Infante, se espera que los alrededores del Pante¨®n Jard¨ªn vuelvan a llenarse. ¡°Es incre¨ªble e impresionante que a lo largo de tantos a?os la gente, sus admiradores, hayan estado con mi padre al pie de su tumba ¨Ccomentaba esta semana una de sus hijas¨C Para ellos es como un d¨ªa de campo, de esta: llevan comida, lo recuerdan y celebran con su m¨²sica, le cantan e incluso hasta terminan borrachos, emulando en sus actuaciones a mi padre¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.