El drama de los dos exilios
Verna Calverton escribe con gran inteligencia y honestidad una novela formidable y nada maniquea sobre un tema recurrente: la Alemania pos-Hitler
Dicen los editores de esta gran novela que bien podr¨ªa ser un relato perteneciente a Somerset Maugham o a Graham Greene. Cierto, tiene ese poder¨ªo narrativo, esa capacidad de construir una buena historia, ese magnetismo y empat¨ªa de ambos maestros, pero es una novela de Verna B. Carleton; quiero decir que es una novela con una personalidad definida, de una solvencia moral y una sensibilidad como pocas veces una autora es capaz de reunir en torno a una historia admirablemente concebida y admirablemente expuesta.
Bas¨¢ndose en un viaje a Alemania que la autora hizo con su ¨ªntima amiga la gran fot¨®grafa Gis¨¨le Freund, Verna B. Carleton tuvo ocasi¨®n de conocer el ambiente alem¨¢n tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial y el comienzo del llamado ¡°milagro alem¨¢n¡±. Estamos, pues, en los a?os cincuenta. La narradora, una periodista norteamericana, se encuentra a bordo de un viejo barco italiano que navega por el Caribe recogiendo pasajeros para Southampton y G¨¦nova. All¨ª conoce a un matrimonio ingl¨¦s que regresa a su pa¨ªs, Nora y Eric Devon. Desembarcados en Inglaterra, decide acompa?arlos en un viaje a Berl¨ªn.
La novela tiene una personalidad definida y una solvencia moral y una sensibilidad como pocas veces una autora es capaz de reunir en torno a una historia
Eric es un hombre lleno de rencor que se ha creado una explicaci¨®n de lo que le sucedi¨®, pues la familia (que lo sac¨® del pa¨ªs) qued¨® atr¨¢s. Su padre muri¨® en la c¨¢rcel. No sabe d¨®nde vive su hermana K?the. Visitan la vieja casa familiar, convertida en un solar. Buscando en la gu¨ªa telef¨®nica encuentra su apellido en una direcci¨®n que le deja estupefacto: es la de la casa que compr¨® su padre, a la que se mudaron y que suponen confiscada por los nazis. Deciden acudir a ver qui¨¦n la habita con su apellido y la sorpresa es may¨²scula: se trata de su t¨ªa Rosie. Rosie es para Eric la traidora, la que abandon¨® a la familia a su suerte apoyada en su marido nazi. En las siguientes 20 p¨¢ginas llega una escena portentosa, soberbia, un incre¨ªble cambio dram¨¢tico que har¨¢ de la t¨ªa Rosie el personaje m¨¢s memorable de la novela.
Eric, parapetado tras su fachada de ingl¨¦s impecable, empieza a descubrir la diferencia entre la realidad urdida por ¨¦l en la distancia de la Alemania del F¨¹hrer y de la derrotada y arrasada, que es lo que han vivido directamente su hermana K?the y la t¨ªa Rosie. La novela se convierte entonces en un viaje en el tiempo, un viaje espiritual y mental a la vez que f¨ªsico, en el que Eric se adentra en ¡°el otro lado¡±, el que ¨¦l no vivi¨® y que imagin¨®, del que se hizo una composici¨®n de lugar en la que el rencor tuvo protagonismo fundamental; una visi¨®n, la suya, basada en el egocentrismo de su dolor, que le impide abrirse a la otra realidad, la que representa a los que se quedaron y hubieron de soportar el r¨¦gimen. Estamos, pues, ante un drama cl¨¢sico, el de los dos exilios: el exilio del que escapa del horror y la muerte y el exilio interior, el de las almas decentes que se ven obligadas a sobrevivir por todos los medios a su alcance.
Y, como es natural, Eric, que ha vuelto a hablar alem¨¢n empujado por las circunstancias, s¨®lo que poco a poco y no sin desagrado, descubre tambi¨¦n que su huida caus¨® no pocos problemas a quienes lo ayudaron o se encontraban a su lado y, de pronto, quedaron al descubierto. Eric, en realidad, est¨¢ saliendo de un mundo donde todo encajaba y le justificaba a otro donde la sensaci¨®n de culpabilidad e incluso de injusticia en algunos de sus actos empieza a abrirse paso. Lo que era un edificio de solidez personal, sin una sola grieta ni una sola duda, empieza a mostrar su verdadera cara, las marcas del tiempo, los vicios ocultos.
La verdad oculta de los alemanes antinazis o simplemente no-nazis emerge en la novela con el dolor y el empuje inevitable con que sucede todo en la obra: saliendo de las sombras, emergiendo de pozos ocultos y estancias cerradas, como emisarios dolientes de una doble injusticia: la de ser perseguidos primero e ignorados despu¨¦s; su valerosa supervivencia es desgarradoramente humana, heroica a veces, bajo ese hero¨ªsmo de la cotidianeidad que se debate entre el miedo y la carencia. Esto es lo que el viaje en el tiempo de Eric le muestra y por ello su realidad cambia tambi¨¦n, lejos de la versi¨®n ¨²nica o el manique¨ªsmo. Es un viaje a la conciencia a trav¨¦s del tiempo, acompa?ado de los seres queridos y de los seres justamente odiados, que rompe la capa de olvido y rencor bajo la que se ocultaba Eric.
El descubrimiento de las cartas de Walter, el padre de Eric, es el tercer y ¨²ltimo aldabonazo de realidad. Quedan los miles de nazis reciclados, disimulados o incluso nost¨¢lgicos, como el primo Albrecht, que ¡°lo que lamentan es haber perdido la guerra, no haberla empezado¡±; quedan los j¨®venes pos-Hitler que hasta se r¨ªen de ¨¦l y no se entienden con sus padres; queda¡ Queda una novela formidable, de una honestidad, una limpieza y una calidad moral e intelectual de primer orden; queda una escritura solvente e inteligente como pocas; queda, en fin, la asombrosa sensibilidad de esta mujer y su temple para narrar una realidad recurrente en la historia de la humanidad sin un desmayo y sin una concesi¨®n.
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Autor:?Verna B. Carleton.Traducci¨®n de Laura Salas Rodr¨ªguez.
Editorial:?Perif¨¦rica & Errata Naturae (2017).
Formato: tapa blanda (408 p¨¢ginas).
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