Mis¨¢ntropo busca afecto
Un solitario se siente fuera del tiempo en una Am¨¦rica de ensimismados narcisistas 2.0 donde todo sentido de la comunidad se ha desvanecido
Dec¨ªa Charles M. Schulz que la historieta era ¡°un asunto mortalmente serio¡±. Tan mortalmente serio que se pas¨® 50 a?os de su vida diseccionando todos los matices de lo humano, a raz¨®n de cuatro vi?etas por d¨ªa ¨Calgunas m¨¢s los domingos-, en su serie Peanuts. Una obra realmente monumental, que hizo de la sutileza, una soterrada crueldad y una melancol¨ªa manejada con profundo conocimiento de causa los ingredientes fundamentales de una peculiar concepci¨®n del humor puesta m¨¢s al servicio de la verdad existencial que de las convenciones del gag. La lectura de la biograf¨ªa que David Michaelis dedic¨® al autor ¨CSchulz. Carlitos y Snoopy. Una biograf¨ªa (Es Pop)- permiti¨® al historietista Daniel Clowes, autor de Ghost World, sobrellevar el ¨²ltimo ingreso hospitalario de su padre moribundo y, de paso, le proporcion¨® la inspiraci¨®n para uno de sus trabajos m¨¢s singulares, por su equilibrio entre s¨ªntesis formal y alto espesor humanista: Wilson, publicado en 2010 y ahora adaptado al cine, con gui¨®n del propio Clowes, por Craig Johnson, responsable de la valiente y an¨®mala The Skeleton Twins (2014).
WILSON
Direcci¨®n: Craig Johnson.
Int¨¦rpretes: Woody Harrelson, Laura Dern, Isabella Amara, Cheryl Hines.
G¨¦nero: comedia.
Estados Unidos, 2017
Duraci¨®n: 94 minutos.
Clowes ya hab¨ªa rendido tributo a Schulz en algunos tramos de su virtuosa y fragmentaria Ice Haven (2005), pero en Wilson lo convirti¨® en su principio rector: contar la vida (o, por lo menos, media vida) de un ¨²nico personaje a trav¨¦s de 70 p¨¢ginas autoconclusivas en tono Peanuts. Su desaf¨ªo formal le permiti¨® ahondar en las contradicciones de este solitario mis¨¢ntropo, que, sinti¨¦ndose fuera del tiempo en la era de los laptops, intentaba buscar una conexi¨®n imposible entre extra?os y los da?os colaterales de su pat¨¦tica vida afectiva. En ocasiones, las elipsis temporales entre una p¨¢gina y otra ten¨ªan el poder de una verdadera bola de demolici¨®n.
La pel¨ªcula de Johnson matiza la radicalidad del original convirtiendo, de la mano de una Laura Dern que parece haber sorteado todos los pu?etazos de la vida, al personaje de Pippi en una figura mucho m¨¢s emp¨¢tica. Hay menos fragmentaci¨®n narrativa en un trabajo que apuesta por una cohesi¨®n dram¨¢tica m¨¢s convencional, engrandecida por el papel de Woody Harrelson, que hace toda una creaci¨®n de este tipo que, como sugieren algunas pistas referenciales a fondo de plano, podr¨ªa ser un proyecto de Umberto D. para una Am¨¦rica de ensimismados narcisistas 2.0 donde todo sentido de la comunidad se ha desvanecido bajo el peso de los centros comerciales. La obra de Clowes logra pactar sin traicionarse.
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