Alack Sinner: una joya recuperada del g¨¦nero negro
Salamandra publica el compendio de aventuras de este cl¨¢sico creado por Mu?oz y Sampai
No soy un gran lector de c¨®mics, novelas gr¨¢ficas y dem¨¢s. No tengo nada en contra del g¨¦nero, simplemente no recalo en ¨¦l lo suficiente. Pero he aqu¨ª que llevo meses viendo en mi estanter¨ªa de pendientes el inmenso ejemplar, en todos los sentidos, en el que Salamandra Graphic ha reunido las historias de Alack Sinner, creadas por Jos¨¦ Mu?oz (Buenos Aires, 1942) y Carlos Sampaio (Carmen de Patagones, 1943).
?Y bien? Pues desde la primera historia me pregunt¨¦ d¨®nde hab¨ªa estado este personaje toda mi vida, c¨®mo me hab¨ªa perdido este homenaje a Chandler imbuido de jazz, mala vida y mala suerte, un tipo honrado y perdido en un mundo que no le acompa?a, un hombre herido, atractivo, pendenciero y luchador.
?Qui¨¦n es Alack Sinner? Un expolic¨ªa que dej¨® su trabajo porque no aguantaba el fascismo de sus compa?eros. Whisky en Joe¡¯s, cigarro en la boca, jazz en Trane¡¯s son sus rituales. Un detective privado que viste traje negro, camisa blanca, todo old school. Es el perfecto antih¨¦roe al estilo Marlowe pero por encima de todo es la excusa de sus creadores para retratar la sociedad de las d¨¦cadas que les ha tocado vivir. Desde los devastadores efectos de la droga en la poblaci¨®n negra de Estados Unidos a los oscuros proleg¨®menos del 11-S, pasando por el abandono de los veteranos de Vietnam, las miserias de la guerra de Irak y m¨¢s.?
En ocasiones, Sinner se enfrenta a los casos que le proponen oscuras familias de la clase alta, tan desestructuradas ellas, tan cenagosas cuando el foco se apaga. Ah¨ª se parece m¨¢s a Lew Archer, la creaci¨®n de Ross Macdonald en los albores del hard boiled. Los finales de las historias son sencillos, directos, en ellos se dispara sin misericordia, sin pre¨¢mbulos, todo muy punk. En Viet Blues hay un momento en el que unos negros revolucionarios que no entienden nada le preguntan al blanco Sinner por qu¨¦ se la juega por ayudar a su amigo, genio del jazz y yonqui. Su respuesta es perfecta: ¡°?Por qu¨¦ lo hac¨ªa? ?Qui¨¦n pod¨ªa explicarlo? Simplemente porque ¨¦l lo necesitaba. Y menos simplemente porque creo en la amistad¡±. Para enmarcar.
La vida no es una historieta, baby, es una aventura llena de iron¨ªa sobre la creaci¨®n literaria, sobre el g¨¦nero y sobre los creadores, Mu?oz y Sampaio, que se pasean alegremente por los rincones del relato. Hay otro mont¨®n de historias rese?ables, peque?as parcelas de una vida en la que vemos como el protagonista se desgasta, en las que sentimos c¨®mo envejecemos con ¨¦l.
En la ¨²ltima etapa se vuelven m¨¢s esquem¨¢tico, pero igual de preocupados por los temas sociales y Sinner no pierde ni una pizca de agudeza. En todo momento, el dibujo de Sinner nos muestra la crueldad de la vida, el paso de los a?os, el castigo que reciben quienes no se est¨¢n ni quietos ni callados. El rostro, casi como un paisaje, nos cuenta toda una existencia.
El caso USA, ¨²ltimo relato, es el compendio perfecto de todo. Mafia en las calles y en los despachos pr¨®ximos al poder, un Sinner crepuscular que despu¨¦s de ser taxista vuelve al trabajo de detective m¨¢s relajado, sin su adicci¨®n al tabaco y con otra cara y una historia con ritmo y conclusiones desalentadoras. Como siempre, los que est¨¢n cerca del antih¨¦roe sufren; el protagonista, busca la redenci¨®n y, si no, al menos la paz. Y, como la vida, termina como si al d¨ªa siguiente fuera a seguir todo. Qu¨¦ buena es, qu¨¦ pena me da que se me hayan acabado sus 700 p¨¢ginas.
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