Ochenta intelectuales taurinos en calzoncillos y con las tetas al aire
Una foto as¨ª ser¨ªa de primera p¨¢gina; por eso, se desnudan los antitaurinos de Pamplona
Ochenta intelectuales, ellos y ellas, de distintas nacionalidades -catedr¨¢ticos de universidad, historiadores, fil¨®sofos, antrop¨®logos, poetas, soci¨®logos, fil¨®logos, abogados, m¨¦dicos¡- contestan a tres preguntas que les ha formulado la Revista de Estudios Taurinos sobre su afici¨®n a los toros, y la mayor¨ªa de las respuestas plantean reflexiones muy sesudas sobre el presente y el futuro de la tauromaquia.
Pero, ay, eso no es noticia; que ochenta personalidades del mundo de la cultura manifiesten su afici¨®n a los toros no interesa a esta sociedad.
A no ser, claro est¨¢, que estos se?ores y se?oras, la mayor¨ªa ya maduritos, decidieran desprenderse de la ropa, y se quedaran ellos en calzoncillos y ellas con las tetas al aire, embadurnaran sus carnes de pintura blanca, y se manifestaran en la puerta de la plaza de la Maestranza al grito un¨¢nime de ¡®toros, s¨ª¡¯, ¡®la fiesta es cultura¡¯ entre la sorpresa de vecinos y turistas y la sonrisa p¨ªcara de los fot¨®grafos.
?Se imaginan la estampa? Rid¨ªcula, ?verdad? Pero tengan la seguridad de que la foto se publicar¨ªa en todos los peri¨®dicos, y no por la condici¨®n de aficionados de los protagonistas, sino por el morbo de ver qu¨¦ tipo de gayumbos utiliza el carroza del catedr¨¢tico de derecho romano.
La fiesta de los toros est¨¢ condenada a ser patrimonio de una minor¨ªa, pero igual que tantas otras manifestaciones culturales
Esta semana, un centenar de antitaurinos, en calzoncillos ellos y con las tetas al aire ellas, se han manifestado en el centro de Pamplona para protestar por las corridas de toros, y la foto se ha publicado en este peri¨®dico porque habr¨¢ considerado que es noticia. Pero, tambi¨¦n ser¨ªa l¨ªcito preguntarse d¨®nde est¨¢ la noticia de la imagen: si en la protesta, m¨¢s que minoritaria de sus protagonistas, o en su desnudez.
Pero, claro, en aras del buenismo reinante, la foto de los intelectuales ser¨ªa grotesca, y la de los de Pamplona reivindicativa; es m¨¢s, los chicos/as semidesnudos seguro que son mejores personas, m¨¢s progresistas y defensores del bienestar social que los morbosos, torturadores, analfabetos y retr¨®grados intelectuales que han contestado a la encuesta de la Revista de Estudios Taurinos, patrocinada por la Real Maestranza de Sevilla.
Los toros necesitan amparo judicial, pero solo para defenderse de quienes no respetan la ley y la libertad
Es verdad que la fiesta no vive sus mejores momentos, pero no est¨¢n a¨²n fundidas las campanas que celebren su erradicaci¨®n total. Existir¨¢ la tauromaquia mientras los antitaurinos -muy amantes de los animales, eso s¨ª- no consigan que desaparezca el toro de la faz de la tierra y un ser humano se erija en h¨¦roe dispuesto a la locura de dar su vida por una emoci¨®n.
Es verdad, tambi¨¦n, que la fiesta est¨¢ condenada a ser patrimonio de una minor¨ªa, pero igual que tantas otras manifestaciones culturales que en el mundo son, y como tal debe ser respetada y cuidada. Minor¨ªa, s¨ª, pero casi 650.000 personas han pasado por la Feria de San Isidro; un minor¨ªa mayoritaria y a tener muy en cuenta, sin duda.
Y no parece muy l¨ªcito utilizar argumentos falaces para atacar la fiesta de los toros.
Los empresarios pamploneses se quejan de que ha bajado la ocupaci¨®n hotelera en este San Ferm¨ªn, pero la plaza de toros cuelga cada tarde el cartel de ¡®no hay billetes¡¯. No ser¨¢, pues, la desafecci¨®n taurina el motivo, sino los muy altos precios de Pamplona en estas fechas, que no est¨¢n al alcance de todos los bolsillos. Por cierto, otra minor¨ªa taurina en la plaza pamplonica: 19.720 personas llenan los tendidos durante diez d¨ªas.
No es buen referente social quien incumple la ley, como es el caso de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ha reiterado su veto a los toros a pesar de la sentencia del Tribunal Constitucional. Muy al contrario, el estado de derecho se sustenta en el cumplimiento de lo que decide la soberan¨ªa popular.
Mezclar el Toro de la Vega con la tauromaquia no es de recibo. Esa fiesta se parece a la de los toros como un huevo a una casta?a. Y utilizar los datos de una encuesta antitaurina de una organizaci¨®n animalista, tampoco.
Es verdad, sin embargo, que los toros necesitan hoy amparo judicial, pero para defenderse de quienes atacan la libertad, incumplen las leyes y faltan el respeto a quienes est¨¢n orgullosos de pertenecer a una cultura en la que el toro es un elemento de creaci¨®n de belleza.
Y esos aficionados no son peores personas que los dem¨¢s, ni malvados, ni morbosos ni rancios de extrema derecha; por el contrario, es gente respetable, con m¨¢s o menos formaci¨®n, -ah¨ª est¨¢n los ochenta intelectuales-, y tan progresistas o conservadores como los que se desnudan y pintan de rojo sus carnes.
Por cierto, tambi¨¦n es verdad que la mayor¨ªa de los ni?os de hoy no juegan a los toros, como hac¨ªa Belmonte, (en algo se tiene que notar la corriente antitaurina desatada en los colegios y el eterno silencio irresponsable del sector) sino con la play. Pues cuidado con los videojuegos, que muchos de ellos encierran mucha m¨¢s violencia de la que jam¨¢s se podr¨¢ presenciar en una plaza de toros.
Algunos se alegrar¨¢n si alg¨²n d¨ªa lejano doblan las campanas por la fiesta de los toros. Mientras tanto, muchos, una inmensa minor¨ªa, seguir¨¢n disfrutando con ese toro que los animalistas pretenden exterminar, y con esos locos heroicos que buscan la gloria vestidos de luces.
Qu¨¦ pena que los/as historiadores, antrop¨®logos, poetas, fil¨®logos, fil¨®sofos, abogados y m¨¦dicos que confiesan su afici¨®n a los toros no se atrevan a desnudarse en p¨²blico. Ser¨ªa una foto de primera¡ Sin duda.
S¨ªguenos en Twitter
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.