La arm¨®nica de Chrissie Hynde

Fue saltar Chrissie Hynde con su guitarra al Escenario Verde de La Zurriola para atacar Alone y repetirse el personal la pregunta de marras: ?son Pretenders una orquesta de jazz? Y cuando el martes pr¨®ximo salte Bryan Ferry a la tarima del Kursaal, se reanudar¨¢ la interrogante dichosa: ?es Bryan Ferry un crooner de jazz? Evidentemente que no en ambos casos, pero la man¨ªa persecutoria de algunos contra la presencia en el Jazzaldia donostiarra de excepciones que confirman la regla ¡ªpop-rock y otras especies en medio de un mar de jazz¡ª ya empieza a cansar.

Miguel Mart¨ªn y su equipo lo tuvieron claro: dos o tres concesiones de lujo/gama estrella indiscutible de tir¨®n comercial para asegurarse el salv¨ªfico ¨¦xito popular y adem¨¢s un mont¨®n de conciertos de jazz por la ciudad incluyendo siempre un buen pu?ado de patas negras del g¨¦nero. Este a?o, sin ir m¨¢s lejos: Wayne Shorter ¡ªautor de un concierto tan dif¨ªcil como inolvidable ayer en el Kursaal¡ª, Herbie Hancock, Charles Lloyd, Abdullah Ibrahim, Gregory Porter o Kamasi Washington, la nueva sensaci¨®n californiana. ?Quer¨ªan jazz? Tomen jazz.

Pero cierto es que, aunque estos seis d¨ªas de festival arrancaron el jueves en la playa con el Poem of a Cell de Stefan Winter y su cruce de sonidos e im¨¢genes, el gran guateque explot¨® ayer ante m¨¢s de 10.000 personas con The Pretenders. Los viejos rockeros nunca mueren y en ese sentido les pasa un poco como a las ganas de sus seguidores escucharlos. As¨ª que en La Zurriola retumbaron, inalterables al paso del tiempo, Kid, Precious, Brass in Pocket, I¡¯ll Stand by You, Don't Get me Wrong y otros tantos himnos de la chica m¨¢s mala de Ackron, Ohio. Uno de esos seguidores, el aqu¨ª firmante, tuvo incluso el privilegio de pillar en el aire la arm¨®nica que Hynde lanz¨® tras uno de sus temas. La fundadora de Pretenders conoci¨® en los garitos de Portobello Road a Sid Vicious, Joe Strummer y dem¨¢s ¨¢ngeles punk, y eso a¨²n se le nota en la actitud. Tambi¨¦n se impregn¨® de muchas sabidur¨ªas, entre ellas las de Ray Davies, Elvis Costello y Nick Lowe, y eso se le nota en el sonido.

El concierto no fue una colecci¨®n de innovaciones y reinvenciones (¡°Hago rock cl¨¢sico, nunca me reinvento¡±), ni falta que le hac¨ªa. Nadie va a esperar a estas alturas que Hynde, con su camiseta homenaje a Elvis, se plante en Donostia y diga: ¡°Como nos han invitado a un festival de jazz, vamos a reconvertirnos y hacer un repertorio jazzero¡±, pero s¨ª dijo: ¡°Esta es la ciudad m¨¢s bonita del mundo¡±. Pretenders son Pretenders y ejercen ¨²nicamente de Pretenders. Una pura banda de rock.

Lo que son y lo que fueron

As¨ª que en La Zurriola, un sitio extra?o y divertido rodeado de bares, tiendas de discos, miles de turistas for¨¢neos y el rumor de las olas, sobrevolaron no solo la voz gutural y sensual de la eterna lideresa, m¨²sica, militante ecologista y personalidad atronadora, sino ¡ªc¨®mo no¡ª la memoria de quienes se fueron hace demasiado tiempo y que forjaron para siempre el sonido Pretenders: el guitarrista James Honeyman-Scott y el bajista Pete Farndon, ambos muertos en brazos de la hero¨ªna, respectivamente en 1982 y 1983, dando paso al ciclo de refundaciones y reorganizaciones del grupo a lo largo de su historia. De las primeras formaciones, all¨¢ por los primeros ochenta (aunque el grupo naci¨® en 1978), tan solo Hynde y el baterista Martin Chambers manten¨ªan viva la llama ayer en San Sebasti¨¢n. Les acompa?an en esta gira James Walbourne a la guitarra, Nick Wilkinson al bajo y Carwyn Ellis en los teclados. Despu¨¦s de la intensidad po¨¦tica del invento m¨²sico-cinematogr¨¢fico de Stefan Winter y de la sofisticaci¨®n de Wayne Shorter, el desembarco de Pretenders por la banda del Cant¨¢brico volvi¨® a simbolizar aquello de lo que estamos hablando: un enorme festival de jazz donde a veces caben cosas y gentes que no son jazz.