La Camorra canta y baila
Un musical protagonizado por mafiosos compite en la secci¨®n oficial del festival de Venecia y renueva el debate sobre los l¨ªmites del humor
Ser boss cansa. Tiene sus ventajas, de acuerdo. R¨ªos de dinero, palacios o un ej¨¦rcito de fieles armados hasta los dientes. B¨¢sicamente, poder. Los ingresos de droga y prostituci¨®n dan incluso para quitarse alg¨²n capricho: una pantera, un picasso, un Ferrari... Pero, ?merece la pena? Porque, claro, el trabajo de capo mafioso tambi¨¦n es duro. Todo el mundo te quiere muerto. No hay manera de darse un paseo sereno fuera de casa. Y la agenda siempre anda hasta arriba de compromisos: cobrar el pizzo ¡ªel impuesto criminal¡ª, castigar a un traidor, reemplazar a un correo eliminado por la banda rival, repartir sobres entre la polic¨ªa. Decenas de decisiones complejas, y nadie con quien compartirlas. La guardia, siempre alta. As¨ª no hay quien descanse. De ah¨ª que don Vincenzo, o re do pesce (El rey del pescado), no pueda m¨¢s. Se muere por unas vacaciones. Entonces, ?por qu¨¦ no hacerlo literalmente?
As¨ª arranca Ammore e malavita, la primera pel¨ªcula musical sobre la camorra: el boss asesina a un pobre diablo que se le parece, lo mete en un ata¨²d y escenifica su propio funeral. Encerrado en la caja de madera, el desgraciado canta: ¡°?Por qu¨¦ demonios lloran por Vincenzo? ?Pero si yo me llamo Franco!¡±. He aqu¨ª uno de los muchos momentos en los que la pel¨ªcula promete re¨ªrse de la mafia y sus estereotipos. Durante dos horas, los camorristas bailan y disparan, cantan y amenazan. Y con esta carta de presentaci¨®n arriesgada los hermanos Marco y Antonio Manetti, directores italianos curtidos en el cine de g¨¦nero al margen de la industria y los focos, se han ganado el acceso al festival de Venecia: su musical participa en la mism¨ªsima competici¨®n oficial, que se inaugura el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. ¡°?Claro que nos da miedo! Espero que la pel¨ªcula tenga los hombros m¨¢s anchos que nosotros¡±, se r¨ªe Marco Manetti.
¡°En realidad, no es un musical de la camorra. Hablamos de ella como podr¨ªamos hacerlo de ETA. El filme se centra en cu¨¢ndo sirves un objetivo que no es el tuyo, ya sea en una banda mafiosa, terrorista o hasta en una empresa. Nos interesaba la libertad: si la causa te supera, tal vez sea leg¨ªtimo romperla¡±, contin¨²a el cineasta por tel¨¦fono. Aun as¨ª, Ammore e malavita ¡ªque de momento no tiene estreno previsto en Espa?a¡ª afronta uno de los mayores dramas de la historia de Italia en un formato in¨¦dito y atrevido. Porque mafia significa muertes, terror, omert¨¤ y chantajes al Estado. Por tanto, en la gran pantalla siempre se le ha retratado con dramas y documentales, de Vito Corleone a Gomorra. Hace tan solo tres a?os el debutante Pif lanz¨® la comedia La mafia solo mata en verano. Una oferta nueva que ni el p¨²blico ni la cr¨ªtica pudieron rechazar. Y ahora el musical de los Manetti ahonda en la misma l¨ªnea par¨®dica.
Sus directores son conscientes de que juegan con fuego. Por m¨¢s que no encontraran obst¨¢culos para producir y financiar el filme, se preparan para pol¨¦micas y debates que, inevitablemente, llegar¨¢n. Ocho apellidos vascos ya llev¨® a Espa?a a preguntarse si se pod¨ªa hacer humor sobre ETA. Ahora, Ammore e malavita cuestionar¨¢ entre los italianos si es leg¨ªtimo re¨ªrse de la camorra y ponerla a bailar. Marco Manetti reconoce que no tiene respuesta para todo. ¡°Ante alguien que me eche en cara que ironizamos sobre muertes que ocurren de verdad, no sabr¨¦ que contestar. Pero s¨ª quiero aclarar que bromear no es una falta de respeto, ni tampoco decir algo ir¨®nicamente significa avalarlo o restarle importancia¡±, asegura. Y le da la vuelta a la discusi¨®n: ¡°Es raro que con los relatos criminales no se ofende nadie, m¨¢s all¨¢ de decir ¡®no somos as¨ª¡¯, y con una comedia s¨ª. ?Estamos seguros de que bromear sobre un mafioso es m¨¢s peligroso que narrarlo de modo glamuroso?¡±.
Por eso, al fin y al cabo, los Manetti no se empantanaron en debates sobre los l¨ªmites de la parodia en un caso tan espinoso. No hab¨ªa criterios particulares para los chistes. Si a ellos les hac¨ªa gracia, val¨ªa. Les result¨® m¨¢s dif¨ªcil, por ejemplo, decidir c¨®mo repartir canciones y partes recitadas en el filme. Finalmente, optaron por un m¨¦todo infalible: ¡°Pusimos Grease, nuestro musical favorito, y cronometramos cu¨¢nto duraban ambos. Y tratamos de reproducirlo¡±.
¡°Se puede hacer humor de todo¡±, remata su sentencia el cineasta italiano. Y as¨ª pretende reflejarlo en su filme: de muchachos que acaban en un callej¨®n sin m¨¢s salida que la camorra; de tiroteos y ajustes de cuentas; de j¨®venes bajo arresto domiciliario; de la vocaci¨®n de ser contrabandista; o de c¨®mo ¨²ltimamente la imagen de N¨¢poles est¨¢ ligada a las vele de Scampia, atroces colosos edilicios que esconden en sus entra?as criaderos de camorristas. ¡°Est¨¢bamos fuera de una sala, esperando la proyecci¨®n de nuestro anterior filme. Y uno de los actores, hablando de este asunto, ironiz¨®: ¡®Como Par¨ªs presume de la Torre Eiffel o Roma del Coliseo, en N¨¢poles tenemos le vele de Scampia¡±, recuerda Marco Manetti. De ah¨ª surgi¨® la idea de un grupo de turistas que visitara en el filme este barrio de la periferia norte de N¨¢poles, como una atracci¨®n m¨¢s. Y una forma de restarle hierro a una de las pol¨¦micas m¨¢s feroces que rodea la ciudad.
A un lado, Roberto Saviano, el autor del c¨¦lebre libro Gomorra, y quienes sostienen que la camorra existe y hay que contarla. Al otro, el alcalde de N¨¢poles, Luigi de Magistris, y los que temen que tanto relato mafioso ofusque todas las luces de la zona. Marco Manetti, con su filme, quiere colocarse justo en medio: ¡°Con este asunto, el cine se est¨¢ comiendo a la ciudad. N¨¢poles no es solo basura. Tiene un bullicio art¨ªstico superior a cualquier otra ciudad italiana, es la que produce m¨¢s cultura. Me da pena que esto acabe enterrado bajo otros relatos. Creo que hay que contar ambas historias¡±.
Junto con su hermano, lo ha hecho. Y han convencido a Venecia para proponer el segundo musical en competici¨®n en dos a?os. Tras La La Land, Ammore e malavita. ¡°Son pel¨ªculas muy distintas. Aunque hubiese sido mejor que no estuviera, claro¡±, bromea Manetti. La comparaci¨®n puede amenazar de muerte al filme italiano. Para llegar a ser boss, sin embargo, hay que ir acostumbr¨¢ndose.
Ni Espa?a ni Am¨¦rica Latina
El 74? festival de cine de Venecia arranca el pr¨®ximo mi¨¦rcoles 30 de agosto con la proyecci¨®n de Una vida a lo grande, de Alexander Payne. El filme participa tambi¨¦n en la pelea por el Le¨®n de Oro, junto con los ¨²ltimos trabajos de directores como Guillermo del Toro, Darren Aronofsky, George Clooney, Abdellatif Kechiche o Kore-Eda Hirokazu. En la competici¨®n oficial no hay ninguna pel¨ªcula espa?ola ni latinoamericana. Eso s¨ª, Loving Escobar, de Fernando Le¨®n, con Javier Bardem y Pen¨¦lope Cruz, que se proyectar¨¢ fuera de concurso, es una de las citas imprescindibles del certamen.
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