El karma tira al monte
El Brujo cuenta, danza y entrevera de chistes la iniciaci¨®n de Paramahansa Yogananda, guru que sembr¨® el yoga en Occidente
¡°Como se me olvid¨® hacer parte del principio de la obra, la represento ahora¡±, dice Rafael ?lvarez, El Brujo, pasado ya el ecuador de Autobiograf¨ªa de un yogui. Y va y mete a cap¨®n pero con garbo la escena omitida. Durante su relato gir¨®vago, el actor elisano nos lleva de Lucena a Benar¨¦s, de la infancia de Paramahansa Yogananda a la suya propia, de la India de los vedas a la sesi¨®n parlamentaria donde se vot¨® hace unos d¨ªas la ley de secesi¨®n catalana. ¡°Me he perdido¡±, ironiza, desatando la carcajada general.
Autobiograf¨ªa de un yogui
Adaptador, director e int¨¦rprete: Rafael ?lvarez?El Brujo, a partir de la obra de Paramahansa Yogananda.
M¨²sica en vivo: Javier Alejano. Vestuario: Gergonia Moustellier. Luz: Miguel ?ngel Camacho.
Madrid. Teatro Alc¨¢zar, hasta el 12 de noviembre.
En el tablero del teatro, los espect¨¢culos de El Brujo corren a salto de caballo. El relato progresivo de las andanzas m¨ªsticas de Yogananda, se ve interrumpido gozosamente cada dos por tres por observaciones bienhumoradas de su adaptador e int¨¦rprete, por recuerdos de su ni?ez, por alusiones al aqu¨ª y ahora de la representaci¨®n, que puede durar m¨¢s o menos seg¨²n ande de inspirado el artista. ¡°Este es el momento m¨¢s delicado, pero me dan ganas de machacarlo con un chiste¡±, asegura, antes de proseguir su relato muy en serio.
Sus incursiones por los cerros de ?beda (alguna de las cuales hace saltar l¨¢grimas de risa) no impiden que, poco a poco, vaya trenzando el relato de la genealog¨ªa del gur¨² que propag¨® la pr¨¢ctica y¨®guica por Occidente. Durante la funci¨®n, formidable ejercicio memor¨ªstico (?Cu¨¢ndo aceptar¨¢ la Real Academia Espa?ola la palabra mn¨¦mico, bien formada y muy extendida en el ¨¢mbito psicol¨®gico?), El Brujo habla con buena fe de yoguis que, de tan luminosos, no aparecen en las fotos, no proyectan sombra ni dejan huellas.
Para rebajar el caldo de cultivo m¨ªstico, cu¨¢ntico y po¨¦tico, el actor pone pie a tierra cordobesa, imita al cura de su pueblo y lo pone todo perdido de chanzas, a cual m¨¢s salerosa, en un alarde de extra?amiento que hubiera hecho caer el puro de la boca de Bertolt Brecht. ?Y su manera de interpretar!: danzando el texto, convirti¨¦ndolo en imagen cin¨¦tica, d¨¢ndole una musicalidad inusitada. Javier Arti?ano puntea su actuaci¨®n ta?endo en vivo instrumentos orientales.
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