Si el mundo se tambalea, ¡®Saturday Night Live¡¯ prospera

"Saturday Night Live no sale al aire porque estemos preparados, sino porque son las 23.30". Una de las frases m¨¢s famosas del creador del legendario programa de sketches, Lorne Michaels, sirve para describir con bastante tino los 42 a?os del show en directo de NBC. No siempre es brillante, los chistes y su cr¨ªtica a veces no est¨¢n pulidos y no todas las piezas funcionan. Pero en ocasiones es tan relevante que puede llegar a crear un retrato muy relevante de la pol¨ªtica estadounidense, dentro y fuera de su pa¨ªs de emisi¨®n. Eso es lo que ha ocurrido este a?o.

La victoria de Donald Trump, y la elecci¨®n de Alec Baldwin como imitador del presidente, ha llevado a SNL a su pico de audiencia desde 1994, y tambi¨¦n a arrasar en las nominaciones a los premios Emmy, con 22 candidaturas. El actor de 30 Rock puede empezar a hacer hueco en el ba?o para su tercera estatuilla como mejor actor de reparto.

Pero no es la primera vez que SNL dise?a un presidente en el imaginario. El a?o de su estreno, en 1975, ya ocurri¨® con Gerald Ford. La versi¨®n de Chevy Chase dibuj¨® un presidente torpe y poco preparado. No se parec¨ªa en nada, y, sin embargo, solo con su mano el reparto "no preparado para el prime-time" se convirti¨® en un fen¨®meno. A partir de ese momento, tener a un presidente en el elenco ser¨ªa una de las grandes tradiciones. A Will Ferrell incluso le dijeron que con su imitaci¨®n de George W. Bush hab¨ªa hecho amable a ojos del p¨²blico a ese presidente bobalic¨®n y atontado acomplejado por su padre (Dana Carvey como H.W. Bush) que dise?¨®. Pero nadie tuvo un efecto tan claro en la campa?a electoral como la imitaci¨®n de Sarah Palin que hizo Tina Fey en 2008, incluso si eso significaba aguantar durante ocho a?os a un comandante en jefe tan poco f¨¢cil de imitar como Barack Obama, quien ni con Fred Armisen ni con Jay Pharoah dio nunca grandes ¨¦xitos virales.

La Fey de Palin sent¨®, adem¨¢s, un precedente que provocar¨ªa un cambio de tercio. A partir de ese momento, por lograr titulares y en detrimento del reparto habitual, Lorne Michaels empezar¨ªa a buscar a amigos famosos del programa para interpretar a los nuevos protagonistas pol¨ªticos. Primero fue el humorista Larry David como Bernie Sanders (a quien, como a Fey, le hab¨ªan reclamado en Internet por su parecido) y meses m¨¢s tarde lleg¨® Alec Baldwin: "Lo primero que pens¨¦ fue en el pobre Darrell Hammond [imitador de Trump durante d¨¦cadas], pero nadie pensaba que Trump ganar¨ªa. Alec lo interpretar¨ªa en cuatro o cinco programas y luego seguir¨ªa con su vida", recordaba el productor Steve Higgins a The Hollywood Reporter. Tan poco anticiparon el resultado que meses antes hab¨ªan invitado al candidato como presentador en un movimiento muy criticado por dulcificarlo m¨¢s que por criticarlo. No tom¨¢rselo en serio fue su peor estrategia.

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Alec Baldwin, al fin y al cabo, ten¨ªa una larga trayectoria en el programa. Era, con 17 s¨¢bados a sus espaldas, quien m¨¢s veces hab¨ªa conducido el programa como invitado durante su historia, as¨ª como uno de los amigos m¨¢s cercanos de Michaels: "La idea la dio Tina Fey [su compa?era en 30 Rock] durante el verano", contaba Michaels a The Hollywood Reporter. "Pero yo iba a rodar una pel¨ªcula. Lorne no dejaba de llamar: 'Creo que deber¨ªas interpretar a Trump ?Qu¨¦ m¨¢s tienes que hacer durante 18 semanas?' Entonces la pel¨ªcula perdi¨® la financiaci¨®n, pero lo volv¨ª a intentar y le dije a Lorne: 'No puedo, voy a hacer una pel¨ªcula' y contest¨®: 'Cuando acabe de rodar, te traeremos en un avi¨®n privado los s¨¢bados para venir al programa al que perteneces'. Entonces la pel¨ªcula muri¨® definitivamente y llam¨¦: 'Soy Trump". El 1 de octubre de 2016 su imitaci¨®n ya era impecable en gesto, voz y pelos. Su primer sketch lo enfrentaba por primera vez a la Hillary Clinton de Kate McKinnon? ¡ªtambi¨¦n nominada este domingo en los Emmy¡ª, ya asentada como la candidata sedienta de poder, desconectada del mundo real y que ten¨ªa claro que ser¨ªa presidenta: "Esto va tan bien. Es precisamente como so?aba". Trump era simplemente Trump.

El ambiente pol¨ªtico se hab¨ªa enrarecido, pero tambi¨¦n era de lo ¨²nico que pod¨ªa hablar todo el mundo. Un viernes cualquiera, aparec¨ªa una grabaci¨®n del magnate donde dec¨ªa que "agarraba a las mujeres del co?o". El programa ten¨ªa que ser reescrito para adaptarlo en tiempo r¨¦cord. "Tras el tercer debate, se hab¨ªa vuelto t¨®xico. No hab¨ªa nada m¨¢s que decir", recuerda McKinnon. As¨ª que ambos candidatos salieron del Rockefeller Center en directo para ponerse a abrazar a los neoyorquinos y simplemente animar al p¨²blico a votar: "Quer¨ªamos recordar que todav¨ªa hab¨ªa bondad. Se nos olvid¨®".

Para cuando Trump gan¨®, SNL rindi¨® un simple homenaje a la candidata derrotada. McKinnon abri¨® el programa tocando el piano con Hallelujah!. "Todo estar¨¢ bien" dec¨ªa al final, antes de que saliera el humorista Dave Chapelle (que ya ha ganado su Emmy este a?o) a conducir uno de los mejores programas del a?o, donde ¨¦l, junto a Chris Rock, se re¨ªan de los "blancos" que ve¨ªan imposible una victoria del republicano.

La presidencia de Trump, sin embargo, no baj¨® el ritmo. Alrededor del presidente y sus decisiones bomba casi diarias naci¨® toda una serie de personajes f¨¢cilmente parodiables. Desde el presidente ruso Vladimir Putin de Beck Benett (siempre controlando y sin camiseta) a la asesora Kellyanne Conway de la propia McKinnon, posiblemente el personaje m¨¢s desquiciado de toda la colecci¨®n. No faltaban tampoco Melania Trump (Cecily Strong), los hijos Eric y Donald Jr., el calav¨¦rico Steve Bannon (estratega jefe de la Casa Blanca) y, por supuesto, el portavoz Sean Spicer, despedido este verano y al que imit¨® Melissa McCarthy. De nuevo SNL busc¨® fuera de su elenco para crear titulares.

Segundo video Saturday Night Live

"No hago imitaciones. No tengo el o¨ªdo, pero al leer el guion pens¨¦ 'Es un personaje muy jugoso aunque no s¨¦ c¨®mo lo haremos f¨ªsicamente", dec¨ªa la actriz de La boda de mi mejor amiga. Pero su interpretaci¨®n fue como una fuerza de la naturaleza subida en un atril. Nunca m¨¢s ver¨ªan a Spicer de la misma manera, y eso no gust¨® demasiado a la Casa Blanca. Esa fue la excusa perfecta para convertir al fiscal Jeff Sessions tambi¨¦n en mujer, con el rostro de McKinnon. McCarthy, eso s¨ª, ya ha logrado el ¨¦xito y gan¨® el Emmy a invitada la semana pasada, aunque para Spicer, este fue el principio del fin.

SNL hab¨ªa vuelto a dar donde dol¨ªa. En una ¨¦poca donde la comedia parece estar m¨¢s segmentada por nichos, en el que los j¨®venes olvidan los programas cl¨¢sicos, sus sketches vuelven a liderar el discurso en el momento en el que la pol¨ªtica es lo que m¨¢s interesa. Se convirti¨® en el partido de la oposici¨®n. Y as¨ª lo hizo ver tambi¨¦n el presidente en Twitter: "He intentado ver Saturday Night Live. ?Insoportable! Totalmente parcial y nada gracioso y la imitaci¨®n de Baldwin no puede ser peor. Triste". Eso solo sum¨®. La audiencia creci¨® e incluso logr¨® un programa en prime-time en verano.

"La temporada de Sarah Palin tuvimos menos presi¨®n. Cuando Tina sal¨ªa a la calle, todo el mundo estaba contento de verla. Con Alec, a veces parece que fuera la ¨²nica esperanza de muchos. Es un lugar extra?o en el que colocar a un humorista", explica Higgins: "Espero que el mundo vuelva a la normalidad pronto". Aunque eso fuera en detrimento del humor.