El Apocalipsis ap¨®crifo en un parque natural de Colombia
¡®Siete cabezas¡¯, la segunda pel¨ªcula del cineasta colombiano Jaime Osorio, mezcla la ciencia y la religi¨®n para contar el fin del mundo
Los p¨¢jaros del Parque Nacional de Chingaza, una de las reservas de agua de Colombia, se est¨¢n muriendo y nadie sabe la causa. Poco tiempo despu¨¦s, los peces corren la misma suerte. La muerte se instala en este p¨¢ramo a las afueras de Bogot¨¢. A partir de esta misteriosa excusa, el cineasta Jaime Osorio (Cali, 1975) construye su segunda pel¨ªcula Siete cabezas. Una lectura ap¨®crifa del Apocalipsis de la Biblia porque el responsable del fin se parece m¨¢s al ser humano que a un drag¨®n de siete cabezas.
Osorio comenz¨® a escribir un guion a partir del estudio del BIID, un desorden psicol¨®gico que impide a quien lo padece reconocer algunas de sus extremidades, hasta tal punto que se dan casos de automutilaciones. Marcos, el protagonista de Siete Cabezas, sufre este trastorno. ¡°Vive una lucha interna entre el bien y el mal¡±, explica el director. Sus miradas, sus silencios, sus preguntas inc¨®modas y sus comportamientos errantes van hilando la pel¨ªcula de referencias b¨ªblicas y cient¨ªficas. La alegor¨ªa del drag¨®n de siete cabezas destructor se mezcla con la racionalidad de los bi¨®logos que con sus estudios y an¨¢lisis buscan una explicaci¨®n terrenal a la muerte de los animales.
De fondo est¨¢ un parque natural hostil. Los p¨¢ramos son ecosistemas a m¨¢s de 2.000 metros de altitud con temperaturas extremas y constantes lluvias. Osorio se volvi¨® a encontrar con este paisaje despu¨¦s de grabar El p¨¢ramo (2011), su ¨®pera prima a m¨¢s de 4.000 metros en un entorno similar. En esta ocasi¨®n, el reto fue otro. Para rodar en un ¨¢rea protegida -¡°Es la primera vez que las autoridades permiten grabar una pel¨ªcula en el parque¡±, apunta-, el cineasta aprendi¨® a trabajar con equipo reducido, con mucho cuidado de no da?ar la naturaleza y con la rapidez que el fr¨ªo impone en el cuerpo.
Un a?o y medio despu¨¦s de terminar el proyecto, se sent¨® en la sala de posproducci¨®n y se dio cuenta de que hab¨ªa creado un filme lo suficientemente inc¨®modo que no pod¨ªa catalogarse en ning¨²n g¨¦nero. ¡°Cuando estaba rodando pens¨¦ que estaba haciendo una pel¨ªcula de miedo¡±, recuerda, ¡°al verla soy consciente de que lo que produce es tensi¨®n y suspense¡±.
Osorio, ganador del premio a Director Revelaci¨®n en el Festival de Cine Fant¨¢stico de Sitges por El p¨¢ramo, ya no tiene que contestar m¨¢s a la pregunta de si su cine ha creado el g¨¦nero del miedo en Colombia. ¡°Lo que me interesaba era conseguir una experiencia que no se puede responder con la pregunta ¡®?Te ha gustado?¡¯. Quer¨ªa que fuera una pel¨ªcula violenta e inc¨®moda con el espectador, que lo sacudiera por dentro¡±. Su objetivo es que la sensaci¨®n final sea molesta, no cumplir con una categor¨ªa cinematogr¨¢fica.
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