No cort¨¦is lo que pod¨¢is desatar
Las editoriales Gedisa y Deliberar apuestan por la conversaci¨®n como g¨¦nero literario
"Ninguna ¨¦poca ha estado tan dispuesta como la nuestra a tolerarlo todo y a la vez a encontrarlo todo tan intolerable". Como todas las frases redondas, esta de Giorgio Agamben admite mil variaciones. Por ejemplo, esta: ninguna ¨¦poca ha estado tan empe?ada como la nuestra en emplear el di¨¢logo como tema para sus mon¨®logos. Estamos a dos tuits de dejar inservibles las palabras, algo grave en un pa¨ªs que, como lleva a?os avisando el informe PISA, tiene serios problemas de comprensi¨®n lectora. Los estudiantes de segundo de Bachillerato ¨Cindependentistas incluidos- ya rezan para que no caiga en la selectividad el discurso de Carles Puigdemont.
Atentas al esp¨ªritu de los tiempos y dispuestas a no darse por vencidas, esta semana han aparecido dos colecciones con la conversaci¨®n como espina dorsal. Una celebra los 40 a?os de la editorial Gedisa y se titula, precisamente, Di¨¢logos, con subrayado tipogr¨¢fico para la palabra ¡°logos¡±. Inaugurada con una larga charla entre el fil¨®sofo italiano Giacomo Marramao y el periodista Francesc Arroyo, les seguir¨¢n Boris Cyrulnik y Carles Capdevila. Tambi¨¦n Charles Taylor y Richard Bernstein (moderados por Daniel Gamper). Arroyo interpela a Marramao por cuestiones como la hipermodernidad, la urgencia del presente, el universalismo o el arte de preguntar sin perder de vista el aviso de Wittgenstein: buena parte de las preguntas de la filosof¨ªa est¨¢n mal formuladas; son enredos del lenguaje que carecen de significado.
El otro estreno lo protagoniza no una colecci¨®n aislada sino un sello completo: Deliberar. Con subrayado para ¡°liberar¡±. A los Encuentros con Mario Vargas Llosa de Juan Cruz y las Memorias dialogadas de Francisco Sosa Wagner con Jos¨¦ L¨¢zaro se sumar¨¢ Teor¨ªa de la novela, un volumen de conferencias in¨¦ditas de Gonzalo Torrente Ballester. La nueva editorial explica su nombre con otra frase redonda: ¡°La deliberaci¨®n es un intercambio de ideas, a diferencia del debate, que es una confrontaci¨®n entre ideolog¨ªas¡±. Imposible no recordar el pecio de Ferlosio: ¡°Tener ideolog¨ªa es no tener ideas. ?stas no son como las cerezas, sino que vienen sueltas, hasta el punto de que una misma persona puede juntar varias que se hallan en conflicto unas con otras¡±. Imposible olvidar que ese apunte sale, ay, del libro Vendr¨¢n m¨¢s a?os malos y nos har¨¢n m¨¢s ciegos.
La pol¨ªtica, tan ideol¨®gica, es a veces esa rama triste de la fontaner¨ªa que no pide perd¨®n y que llama equidistantes a ciudadanos empujados a elegir entre su madre y la justicia. Mal negocio. Mejor har¨ªa rigi¨¦ndose por el aviso -redondo pero modesto- de Joseph Joubert: ¡°No cort¨¦is lo que pod¨¢is desatar¡±.
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