La manta como s¨ªmbolo y fetiche
El director belga Alain Platel presenta en los Teatros del Canal ¡®Out of Context¡¯, una pieza dedicada a Pina Bausch
Cuando Alain Platel estaba ya ensayando Out of Context, lleg¨® la triste y sorpresiva noticia de la muerte de la core¨®grafa Pina Bausch, probablemente la figura m¨¢s influyente en el ¨¢mbito de la danza contempor¨¢nea de los ¨²ltimos 30 o 40 a?os. Platel, aprovechando que el Escalda y el Lys pasan por Gante, le dedic¨® la pieza, con lo que queda claro que no es una obra inspirada en Bausch, sino un homenaje sentimental del belga a la gran artista de Solingen; como tambi¨¦n es muy evidente la impronta que la alemana dej¨® en ¨¦l (que reconoce lleg¨® a imitarla). La danza-teatro (o teatro-danza; se sigue polemizando sobre el aparentemente indistinto orden de los t¨¦rminos) se arma y construye sobre el imaginario Bausch, aunque no en exclusiva. La irradiaci¨®n de una serie de t¨¦cnicas teatrales de montaje y ambientaci¨®n, la constante b¨²squeda interdisciplinar y la aceptaci¨®n de elementos (y artistas) venidos de otras muy variadas disciplinas que no son en estricto la danza y el ballet, sientan las bases de comportamiento de al menos dos generaciones de creadores, mayormente rupturistas, que son en paridad los sucesores del bloque fundacional de la corriente.
Esto explica c¨®mo Alain Platel, que fund¨® su grupo en 1984, se convierte en un ¡°seguidor irregular¡± y hasta pintoresco de esa teatro-danza; ¨¦l mismo, en un despliegue de honestidad que lo merita, no se reconoce como core¨®grafo, sino como director esc¨¦nico, como dise?ador de la estructura y, en cualquier caso, compilador de los materiales sugeridos por los propios artistas en la sala de ensayos. Este m¨¦todo de fabricaci¨®n del producto no es nuevo y ha llegado a un estadio que podemos calificar de ¡°manier¨ªstico¡±. Es pertinente aclarar que en el caso de Bausch, la pr¨¢ctica proven¨ªa de una larga experiencia, evolutiva soluci¨®n a su propio aparato creativo y su estilo. Si en ella hubo manierismo, fue tard¨ªo y asumido gallardamente.
Out of Context es menos agresiva que otras obras anteriores de Platel, y su ordenaci¨®n resulta casi amable. Ocho personas (seis hombres y dos mujeres) surgen desde el patio de butacas, suben a escena, se despojan de sus ropas y quedan expuestos en el vestuario preferido del director, su indumentaria fetiche: gayumbos, bragas, sostenes. Luego, las escenas se suceden como suele ocurrir en esta manera espectacular (no se puede aqu¨ª hablar de estilo; el estilo es otra cosa), una yuxtaposici¨®n que se propulsa frase a frase, en el absurdo reinante y para lo que no hay otra justificaci¨®n que la voluntad de su creador, su vara de medir, su t¨®tem, su arbitrio.
Creo recordar que fue Virgilio Sieni el primero de los grandes creadores actuales que us¨® ese recurso, dram¨¢tico per se, que son las mantas (¨²ltimamente las ha sustituido el florentino por el papel isot¨¦rmico dorado de los primeros auxilios o de supervivencia). Un hombre o mujer descalzo con una manta echada por los hombros refiere siempre al emigrante que huye, a las pateras, al cruce furtivo de fronteras, a los campamentos de refugiados, al horror contempor¨¢neo ante el que no podemos ponernos de perfil ni desentendernos. Pero ya Pina antes hizo uso de esa manta, incluso una vez para simb¨®licamente amortajar un cad¨¢ver; desprotecci¨®n, abandono, crisis: dicho todo con poco. Eran otros tiempos. Quiz¨¢s los muertos no han cambiado de sino pero s¨ª de cantidad. La manta pasa de s¨ªmbolo a nuevo fetiche. Hoy, en Platel, las mantas son todas iguales, de un tono rosa encantador, como respondiendo a nuevos est¨¢ndares y a una sumisi¨®n est¨¦tica.
Hay que preguntarse si se representa (y por qu¨¦) la parte m¨¢s elusiva del horror. Ir¨®nico en su humor descarnado, cr¨ªptico e insistente en ese brutal narcisismo a que somete a sus artistas, Platel se retroalimenta de una atm¨®sfera trillada y un ritmo desigual. No hay un crescendo, sino una molicie con cimbreo de caderas y un tam-tam electr¨®nico que daba al todo esc¨¦nico un tono de tr¨¢mite casi comercial. Sus seguidores aullaban de gusto, se los sent¨ªa identificados. Este conjunto y su l¨ªder gozan ya hoy d¨ªa de una envidiable protecci¨®n de pol¨ªticos y gestores culturales, abundan en recursos, coproducciones de relumbr¨®n y una nutrida tropa global. ?l mismo rese?a que sus comienzos fueron duros (que se lo cuenten a los creadores espa?oles), pero algo dice a las claras (y se respira) que eso ya no importa, que el ¨¦xito es el ¨¦xito. La obra, con las entradas ya agotadas, se representa hoy de nuevo en la sala verde.
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