El domador hace la jaula
Una funci¨®n cat¨¢rtica sobre el parricidio admirablemente interpretada y dirigida por Natalia Men¨¦ndez con mano invisible
Tebas Land
Autor: Sergio Blanco. Int¨¦rpretes: Israel Elejalde, Pablo Espinosa. Video: ?lvaro Luna, Bruno Praena. Luz: Juan G¨®mez Cornejo. Escenograf¨ªa y vestuario: Alfonso Barajas. Producci¨®n: Salvador Collado. Direcci¨®n: Natalia Men¨¦ndez. Madrid. El Pav¨®n Teatro Kamikaze, hasta el 7 de enero.
En la foto que la prensa escogi¨® para dar la noticia, el padre estrecha al cr¨ªo entre sus brazos, en la playa. En la ¨²ltima que se le tom¨®, su progenitor yace ensangrentado, con los ojos abiertos, at¨®nito ante la muerte que Mart¨ªn le dio, ya adolescente. ?Qu¨¦ sucedi¨® entre ambas instant¨¢neas? Sergio Blanco tira del hilo parricida en Tebas Land, t¨ªtulo p¨¦simo (por cr¨ªptico para la mayor¨ªa) para una funci¨®n excelente.
El autor uruguayo, residente en Par¨ªs, narra en primera persona, a trav¨¦s del actor que lo representa, por qu¨¦ se plante¨® componer esta obra, c¨®mo conoci¨® a Mart¨ªn, c¨®mo dio con el joven int¨¦rprete que hab¨ªa de encarnarle y, en suma, su proceso de escritura, durante el cual pone ejemplos pr¨¢cticos de c¨®mo hacer autoficci¨®n. ?Qu¨¦ hay de cierto en lo que cuenta, si es que hay algo que lo sea? Poco importa. Lo sustantivo es el viaje que el dramaturgo hace por el laberinto de causas y efectos que desencadenan el m¨¢s doloroso de los cr¨ªmenes, contado esta vez no con el aliento tr¨¢gico de Edipo rey ni con ¨¦pica dostoyevskiana, sino con llana curiosidad period¨ªstica.
Blanco dramatiza los encuentros entre dramaturgo y parricida en la c¨¢rcel, en una cancha de baloncesto, sus entrevistas con el actor que lo representar¨¢, sus desencuentros con el Ministerio del Interior¡, todo ello con la tensi¨®n dram¨¢tica de un thriller y con un grado de verdad digno del mejor documental esc¨¦nico: sabe a cierto por la pericia con la que est¨¢ escrito, pero tambi¨¦n por el afinad¨ªsimo trabajo de ambos int¨¦rpretes.
Israel Elejalde es narrador elocuente y demi¨²rgico conductor de un ritual de representaciones dentro de la representaci¨®n: por la cadencia pausada de su voz y por su tesitura recuerda a un joven Jos¨¦ Sacrist¨¢n. Pablo Espinosa interpreta a los dos adolescentes sin caracterizarse, mediante una transfiguraci¨®n anim¨ªca: sentimos que hay tres actores en escena. Su desdoblamiento resulta hipn¨®tico. El p¨²blico agradeci¨® la catarsis con aplausos largos, sostenidos, sinceros.
Babelia
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