¡°No estoy de acuerdo con todo lo que he escrito en mi vida¡±
El gran escritor cumple este 4 de diciembre 90 a?os. Premio Cervantes en 2004, es uno de los mejores prosistas del castellano del ¨²ltimo siglo. Su vasta cultura, su car¨¢cter iconoclasta y la brillantez de su prosa lo han convertido en referente indiscutible
Rafael S¨¢nchez Ferlosio cumple hoy 90 a?os. Premio Cervantes en 2004 y Nacional de Literatura en 2009, forma parte de la generaci¨®n de los cincuenta y una de sus novelas, El Jarama, ha sido mucho tiempo lectura obligada en Bachillerato. Reneg¨® de ella cuando se volc¨® durante a?os a estudiar gram¨¢tica, esos ¡°altos estudios eclesi¨¢sticos¡±, como ¨¦l mismo ha dicho, de los que emergi¨® como uno de los m¨¢s l¨²cidos comentaristas de cuanto ocurre en la sociedad actual. Nadie como ¨¦l, uno de los mejores prosistas en castellano del ¨²ltimo siglo, ha destruido los t¨®picos de todo tipo para proponer un acercamiento a los hechos al margen de prejuicios. Su vasta cultura, sus variad¨ªsimos intereses, su car¨¢cter iconoclasta y provocador y la brillantez de su prosa lo han convertido en referente indiscutible para acercarse a la complejidad de las cosas. El viernes, en su casa en Madrid, coment¨® algunos aspectos de su obra, se refiri¨® a la crisis catalana con resignado cansancio y, como quien no quiere, permiti¨® que distintos aspectos personales tomasen la conversaci¨®n.
Pregunta. ?Por d¨®nde empezamos?
Respuesta. Yo no s¨¦ hablar. A m¨ª no se me ocurre nada.
P. ?Qu¨¦ le parece abordar el patriotismo, ahora que est¨¢ tan presente?
R. Sobre la patria, el que mejor ha escrito es El Roto. ¡°No soy patriota. El patriotismo me da claustrofobia¡±, puso en una vi?eta.
P. Usted escribi¨® algo en esa l¨ªnea: ¡°La identidad es lo ¨²ltimo que hay que tener¡±.
R. Eso es poco, eso no es nada, es una tonter¨ªa. Ese pecio no me gusta. El que de verdad es ingenioso es El Roto. Creo que era as¨ª, en dos frases, habr¨ªa que mirarlo. Y los dibujos son muy buenos. Hay otro, un tal Ros, que a veces es ininteligible, y a veces se le entiende. Usa un bol¨ªgrafo tan fino que no se ve; yo que estoy muy mal de la vista.
P. Pero sigue leyendo los peri¨®dicos.
R. Hombre, con lupa. Tengo dos lupas. Leo la prensa, pero pocos art¨ªculos. Leo los titulares y luego escojo. El art¨ªculo entero pocas veces lo leo. Leo unas cuantas frases. Leo el titular, todos los titulares. Y solo algunos art¨ªculos enteros, cuando me interesan.
P. ?Y qu¨¦ autor le interesa?
R. A m¨ª me interesa Vargas Llosa porque es un poco de risa. Es muy malo.
P. Vaya, tampoco ha sido muy amigo de Ortega.
R. Ortega tiene cosas buenas. Ortega lo que pasa es que tiene unos t¨®picos sobre los que vuelve una y otra vez. Pero tiene cosas incre¨ªbles. Carmen Mart¨ªn Gaite hablaba de ¡°ortegajos¡±. Y uno de los ¡°ortegajos¡± que responden m¨¢s a la definici¨®n es ese que dice que el que no conozca la historia de los toros no comprende la historia de Espa?a. Ortega tiene muchas tonter¨ªas, pero es un hombre con talento.
P. Compr¨® una vez en Roma una l¨¢mina en la que aparec¨ªa santo Tom¨¢s y luego la tir¨® en Madrid porque le recordaba a Ortega.
R. Para m¨ª, santo Tom¨¢s es un hombre absolutamente respetable. Es un gran talento. No lo puedes leer mucho; tiene una prosa horrible. Pero tiene sustancia.
P. ?Qu¨¦ me dice de quienes se cargan de raz¨®n? Parece ser lo que hoy se impone.
R. Cargarse de raz¨®n es una expresi¨®n muy espa?ola. Se puede cargar de raz¨®n cualquiera. La expresi¨®n es lo afortunado. ?Cargarse de raz¨®n! Hay personas que ponen muy buena voluntad en cargarse de raz¨®n. Pero la expresi¨®n es lo genial. Es un castellano maravilloso.
P. Ha escrito en uno de sus ensayos que ¡°nadie es tan peligroso como el justo, cargado de raz¨®n¡±.
R. ¡°Como el justo cargado de raz¨®n¡±. No hay coma ?Hay coma? Si hay una coma, ser¨ªa mejor sin ella.
P. Se ocup¨® una ¨¦poca del terrorismo. Dec¨ªa que hab¨ªa ah¨ª un impulso autoafirmativo.
R. No estoy de acuerdo con todo lo que he escrito en mi vida. Pero dec¨ªa que lo m¨¢s importante era la producci¨®n de la noticia. El acto era lo importante.
P. Le gustaba mucho alguna serie de televisi¨®n.
R. Un viejo de noventa a?os, que est¨¢ siempre en casa, que no sale por la poluci¨®n, por los fr¨ªos, por lo que sea. Y que est¨¢ siempre, pues qu¨¦ quiere usted que haga. Pues tambi¨¦n ver la televisi¨®n.
P. ?Y qu¨¦ le parece?
R. No me gusta nada la televisi¨®n. Me parece horrorosa. Me parece, la espa?ola, m¨¢s horrorosa que ninguna. Me parece un fracaso y un apoderamiento de la publicidad tremendo. La televisi¨®n se encontr¨® con la publicidad e hicieron un pan como unas hostias. Porque es horrible, horrible, horrible. Horrible el ser instrumento de la publicidad y tener tanta publicidad. Tanta, tanta. Y el ser tan horrible, tan mala. Yo no s¨¦ las otras. He visto un poco la italiana. Cuando iba a casa de mis abuelos a Italia pues la cog¨ªa. Hab¨ªa alg¨²n programa decente. Decentito.
P. Me dicen que se dedica por completo a su nieta.
R. No quiero ver otra cosa. Es muy lista, muy estudiosa. Es china. Y es muy guapa, pero sobre todo es inteligente, estudiosa, interesante. Es encantadora.
P. ?Y sigue con la tertulia? ?De qu¨¦ han tratado en la ¨²ltima cita?
R. Da un poco de verg¨¹enza.
P. ?Y eso?
R. Se habla mucho del tema que se ha impuesto, de Catalu?a. No entiendo nada. Son unos obsesos, un d¨ªa dicen una cosa y al otro d¨ªa, otra. Dicen lo mismo y todo lo contrario. ?Qu¨¦ pesados! ?Qu¨¦ pesados! Nosotros hablamos porque es el tema del d¨ªa, pero poco.
P. ?De todas sus obras cu¨¢l es su favorita?
R. Ser¨¢ que solo me quedo con el Alfanhu¨ª. Yo viv¨ªa entonces en casa y se lo iba leyendo a mi padre y a mi madre conforme lo escrib¨ªa. No me acuerdo qu¨¦ edad ten¨ªa. Eran incondicionales de lo que escrib¨ªa. Mi madre pag¨® la edici¨®n. Cost¨® 13.000 pesetas, 1.500 ejemplares. Fue un negocio particular. Alfanhu¨ª tuvo una cr¨ªtica decisiva. Estaba en el copito, en el auge, y Camilo Jos¨¦ Cela me hizo una cr¨ªtica muy buena. Le gust¨®. Y eso le dio un empuj¨®n imponente.
P. ?Se ha reconciliado ya con El Jarama?
R. No, reconciliarme no. Hombre, la prosa est¨¢ bien. Est¨¢ bien de prosa y de figura y de met¨¢fora. Pero no. Es un error poner un accidente, un hecho individual, que se ahoga una muchacha, eso pertenece a la cr¨®nica de sucesos. Los franceses dijeron que hab¨ªa alargado demasiado una an¨¦cdota para dar una visi¨®n panor¨¢mica de una situaci¨®n. Y eso me parece muy mal de El Jarama.
P. Siempre se ha valorado mucho en esa novela su capacidad de recoger el habla de la gente.
R. No s¨¦ si la gente habla as¨ª o me lo invent¨¦ yo.
P. ?Hac¨ªa listas de lo que escuchaba?
R. De una conversaci¨®n cog¨ª dos o tres cosas. Era en la calle Torrijos, ahora Conde de Pe?alver. Ah¨ª en la terraza de una cafeter¨ªa, una se?ora explicaba la preocupaci¨®n que ten¨ªa por un profesor que le iba a dar clases a su nieto. Hizo un comentario sobre los carnavales, que en la ¨¦poca de Franco eran para los ni?os, no para los adultos. Dijo: ¡°Los carnavales, cosa m¨¢s bonita para divertir a la humanidad¡±. Tambi¨¦n explic¨®, a prop¨®sito de las clases: ¡°Yo de las matem¨¢ticas me f¨ªo, porque la matem¨¢tica es una y no la pueden cambiar¡±.
P. ?Y El testimonio de Yarfoz?
R. Es un co?azo, porque est¨¢ lleno de nombres propios inventados, y est¨¢n muy mal inventados. Y entonces te expulsa, porque uno tiene que acordarse de tantos nombres inventados que no est¨¢n organizados como una lengua. Digo yo que el error ha sido usar tantos nombres propios. Todos tienen nombres propios, inventados y sin coherencia.
P. Tuvo una relaci¨®n muy estrecha con su padre [Rafael S¨¢nchez Mazas, uno de los fundadores de Falange y despu¨¦s ministro con Franco]. ?Contaba en casa lo que le ocurri¨®?
R. S¨ª, pero sin presumir de su historia. Salvo de cuando se salv¨® al final de la campa?a de Catalu?a. Iban fusilando a los prisioneros que ten¨ªan. A mi padre le toc¨® una vez que eligieron a 50 y a los que les dispararon con una metralleta. Mi padre termin¨® colocado en la ¨²ltima fila, justo en la esquina que daba al bosque. Los fusiladores no sab¨ªan qui¨¦nes eran. Le toc¨® ah¨ª. Y se escap¨® por el bosque y tuvo la suerte de caer en un hoyo. Luego escap¨®. Lo cogieron cuatro desertores del Ej¨¦rcito rojo que quer¨ªan pasarse a los nacionales. Mi padre les pregunt¨®: ¡°?Qu¨¦ vais a hacer? Por aqu¨ª est¨¢n las tropas que van contra los republicanos; por all¨ª los rojos, que os persiguen por traidores¡±. As¨ª que se ofreci¨® a colaborar con ellos. Les dijo ¡°venid conmigo¡±, y les explic¨® qui¨¦n era. ¡°Tenemos que ir al encuentro de los nacionales¡±, coment¨®; ¡°viene una brigada de Navarra¡±. A un ej¨¦rcito no hay que salirle en la oscuridad nunca por el lado. Hay que ponerse de frente y dejarse iluminar de lleno por los focos. Los camiones militares llevan unos faros potentes. Fueron a encontrase con el ej¨¦rcito y les salieron de frente, con las manos levantadas (o no). Se dejaron iluminar y luego los cogieron. ¡°Estos chicos son desertores del Ej¨¦rcito rojo y me han ayudado¡±. Mi padre ten¨ªa autoridad para que los soltaran. Y los soltaron.
P. Ha escrito que la felicidad tiene que ver con esos patinadores que van de un lado a otro. ?Le gustaba patinar?
R. Patinar es lo ¨²nico que he hecho. Pero no he competido nunca. Hab¨ªa un chico muy simp¨¢tico que me vio patinar y me propuso entrar en un equipo de hockey. Pero le dije que no.
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