Toda la pintura de Dal¨ª a golpe de clic

En verano de 1982 Gala, la esposa de Dal¨ª ¡ªsu agente, su c¨®mplice y coautora m¨¢s que musa, como el propio pintor reconoci¨® al firmar tantas obras ¡°Gala Salvador Dal¨ª¡±¡ª, muri¨® con casi 90 a?os a causa de las complicaciones derivadas de una operaci¨®n de f¨¦mur. Su muerte dej¨® al pintor, envejecido y ya enfermo, sumido en una creciente melancol¨ªa que jam¨¢s super¨®. Instalado en P¨²bol (Girona) tras el entierro de Gala en la cripta del castillo Dal¨ª apenas realiz¨® algunas pinturas los meses siguientes, hasta dejarlo por completo en 1983.

Es precisamente ah¨ª donde se detiene la extraordinaria investigaci¨®n del Cat¨¢logo Razonado de Salvador Dal¨ª, que se ha concluido en la Fundaci¨®n Gala-Salvador Dal¨ª de Figueras. Han sido 17 a?os de trabajo, que ha ido viendo la luz en la web por entregas desde 2004. El recorrido por la obra del pintor parte desde 1910 y llega hasta el a?o siguiente a la muerte de Gala. En total, se han identificado 1.000 pinturas ¡ªquedan fuera acuarelas y dibujos¡ª. El resultado est¨¢ alojado en la web de la fundaci¨®n en consulta abierta, como hasta ahora. Cualquiera puede bucear en la trayectoria del artista, dividida en cinco periodos, y consultar las caracter¨ªsticas y procedencias de cada pieza.

Gala y Dal¨ª se hab¨ªan conocido en 1929 en un viaje a Catalu?a que hizo ella, entonces mujer del poeta Paul ?luard, con este y un grupo de amigos. El suyo fue un encuentro radical, como la obra y la historia de ambos. Gala ?luard dejaba su vida de ¨¦xitos en el Par¨ªs de Andr¨¦ Breton y se instalaba en un lugar perdido de la costa mediterr¨¢nea junto a un joven que entonces no era nadie, aunque intrigara por su audacia a los visitantes surrealistas. La leyenda cuenta incluso que la mandaron a investigar sobre la tan comentada coprofagia del artista y Dal¨ª no le ahorr¨® detalles. La propuesta tajante del catal¨¢n, tan distinta de la puesta en escena comme il faut de los chicos de Breton, debi¨® de marcar a la bella madame ?luard: lo dejar¨ªa todo por ¨¦l.

La fabulosa obra Juego l¨²gubre, asociada siempre a aquel encuentro, es una de las 1.000 entradas del cat¨¢logo razonado de pinturas que acaba de concluir la Fundaci¨®n Gala-Salvador Dal¨ª, que, adem¨¢s de centro de referencia internacional para la investigaci¨®n daliniana, es una de las colecciones m¨¢s completas de pinturas del artista, junto a la del Museo Reina Sof¨ªa y el Museo Dal¨ª de Saint Petersburg en Florida.

De hecho, la fundaci¨®n, que agrupa su legado en tres fabulosas sedes ¡ªla residencia de Gala, el citado castillo de P¨²bol; la casa que ambos compartieron en Portlligat; y el propio Teatro Museo de Figueras¡ª es mucho m¨¢s que ese centro tur¨ªstico que atrae multitudes fascinadas por ese ser audaz y carism¨¢tico, como le sucedi¨® a los amigos de Breton. En la m¨¢s visitada de las tres sedes, el Teatro Museo de Figueres, se halla el Centro de Estudios Dalianos. All¨ª, un equipo impecable de expertos, mujeres en su amplia mayor¨ªa ¡ªbajo la direcci¨®n de Montse Aguer¡ª, se dedica a conservar, catalogar, estudiar y dar contenido al material custodiado en sus propias sedes ¡ªdibujos, fotograf¨ªas, publicaciones, objetos, trajes, obras de los amigos¡ª, as¨ª como a investigar todo lo relacionado con Gala y Dal¨ª que va apareciendo en cualquier lugar del mundo.

En este esp¨ªritu se inscribe el cat¨¢logo razonado ahora completado. Llamado a convertirse en una herramienta de valor incalculable para los estudiosos y los aficionados, no solo se trata de un trabajo necesario para un mejor ¡ªy m¨¢s veros¨ªmil¡ª conocimiento de la obra de Dal¨ª, sino de un modo de ordenar la producci¨®n de un artista que, como sucede siempre con los m¨¢s populares, sufre a veces atribuciones inmerecidas. Este archivo abierto para posibles nuevos hallazgos, potenciar¨¢ en el futuro experimentos como reconstrucciones virtuales de muestras m¨ªticas de Dal¨ª.

La decisi¨®n final de qu¨¦ incluir, despu¨¦s de numerosas discusiones, ha animado a catalogar todas las pinturas, incluso aquellas de P¨²bol o Figueres que forman parte de la casa como obra de arte total. Pese a todo, entre las 1.000 pinturas, falta una, maravillosa e invisible: el artista mismo, siempre audaz, al acecho.