La maldici¨®n de la monta?a
Mariano Quir¨®s publica 'Una casa junto al Tragadero', novela oscura pero m¨¢s redonda imposible
Suele ocurrir que en las historias narradas desde la austeridad descriptiva, pobladas de seres igualmente austeros y reactivos a los semejantes que por azar los acompa?an, sean poco aptas para encontrar en sus lectores solidaridad. Pero esta es una cuesti¨®n que en nada desmerece a tales historias, todo lo contrario. Incluso son este tipo de relatos los que llaman poderosamente la atenci¨®n y sobre las cuales uno termina pregunt¨¢ndose qu¨¦ es lo que nos ata a ellas. Esto es lo que me ocurre conUna casa junto al Tragadero, del escritor argentino Mariano Quir¨®s, premio Tusquets de este a?o. Esto que consigno me pas¨® con la primera novela de Jes¨²s Carrasco, Intemperie, ¨¢rida, casi hasta el desasosiego, en su transcurrir. No afirmo que la novela de Quir¨®s se equipare a la del escritor extreme?o, pero s¨ª que pertenecen a la misma familia literaria.
En Una casa junto al Tragadero, un hombre, el Mudo, narra una peripecia que transcurre en un terreno casi ed¨¦nico si no fuera porque quienes lo pueblan nos resultan inquietantes s¨®lo con su inesperada presencia. Del Mudo, todo lo sabemos por su relato en primera persona. Todo pasa por su mirada. Nunca sabremos qu¨¦ es lo que nos informa y qu¨¦ es lo que deforma. Ello no nos debe importar. S¨®lo nos vale su relato, quir¨²rgico, implacable y con instantes de sorprendente humanidad, en medio de tanta sequedad emocional. La novela comienza con su protagonista matando monos. Va con su escopeta y su perra India, no muy lejos de su casa austera, menos pobre que descuidada y deshumanizada. Casi al borde, fluye el r¨ªo Tragadero, opaco y resbaladizo si alguien se apoya en su fondo barroso. Junto al Mudo convive Soria, otro que como ¨¦l se asent¨® en ese lado del monte para encontrar la paz que no encontr¨® en su lugar de origen. Tambi¨¦n debemos contar con Ins¨²a, el due?o del ¨²nico almac¨¦n del lugar. Por el Mudo tambi¨¦n sabemos que llegan al monte unos ecologistas para impugnar su actividad como cazador. Y tambi¨¦n por ¨¦l sabemos que todo se complica como si hubiera ca¨ªdo una maldici¨®n en ese monte.
Algo ha hecho mal el Mudo, algo que su relato no omite, como robar a los ecologistas. Ese error le cuesta golpes y encierro. El ed¨¦nico monte se convierte en un infierno, no s¨®lo para ¨¦l sino tambi¨¦n para los ecologistas, que no saben c¨®mo salir de una vez por todas de su omn¨ªvoro per¨ªmetro. Todo se parece a un c¨ªrculo infernal, dantesco. Un paisaje aciago donde los ¨²nicos que lo salvan de la Ca¨ªda son esos fantasmas o ¨¢ngeles que se encuentra el Mudo. Algo nos dice que la vida en ese monte es un acabar donde se comenz¨®, y viceversa. Una relato que termina siendo una par¨¢bola.
Mariano Quir¨®s ha escrito una novela oscura, con apenas espacios para la luz. Y sin embargo nos atrapa. Queremos saber qu¨¦ esconde el Mudo en su interior, que no acabamos de saber si lo tiene o no. El Mudo sabe dibujar, sabe interpretar los signos de su entorno, los f¨ªsicos y los humanos. Es consciente de su lucidez, que solo usa para sobrevivir y descifrar a los extra?os. Tendr¨ªa derecho a ejercer la violencia y sin embargo la reemplaza por una suerte de piedad. Mariano Quir¨®s ha puesto en funcionamiento una maquinaria ficcional incontestable. M¨¢s redonda imposible.
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Autor:?Mariano Quir¨®s.
Editorial:?Tusquets (2017).
Formato: tapa blanda (232 p¨¢ginas).
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