Da Vinci, un ecologista en el siglo XV
¡®El libro del agua¡¯ re¨²ne los textos sobre temas acu¨¢ticos escritos por el pintor de ¡®La Gioconda¡¯, incluidas sus premoniciones de posibles desastres medioambientales
¡°Como el agua en un cesto¡±: el l¨ªquido inasible y escapista que se va ¡ªy eso incluye estigmas de sequ¨ªa¡ª, el todo fluye de Her¨¢clito porque ning¨²n r¨ªo es el mismo¡ y la furia creadora de Leonardo da Vinci (Vinci, Italia, 1452 - Amboise, Francia, 1519), aquel pintor de madonnas, maravillas y medias sonrisas, urbanista, arquitecto, astrof¨ªsico, escultor, fil¨®sofo, anatomista, ge¨®metra, utopista a¨¦reo¡ tambi¨¦n aquel escritor ca¨®tico que tomaba notas de derecha a izquierda, y tambi¨¦n un obsesivo navegante del agua en todas sus expresiones: hasta 7.000 folios dej¨® escritos o dibujados sobre el l¨ªquido elemento el padre de La Gioconda. Un mundo de letra y garabato incrustado en c¨®dices renacentistas, una obsesi¨®n sin corpus estable que ahora renace en forma de libro, El libro del agua (Abada Editores), gracias a la perseverancia de Juan Barja y Patxi Lanceros.
Tan solo existen dos precedentes de la obra que ahora llega a las librer¨ªas. El primero de ellos se remonta ni m¨¢s ni menos que a 1643 y es obra de Luigi Maria Arconati, quien en Del moto e misura dell¡¯acqua trat¨® de unificar los escritos de Leonardo sobre la cuesti¨®n. Puede decirse que aquel libro naci¨® como consecuencia del ¨¦xito editorial ¡ªsi es que de este concepto puede hablarse refiri¨¦ndose a los siglos XVI y XVII¡ª del c¨¦lebre Trattato della pittura que compendia todo el saber art¨ªstico del genio. La otra referencia es un poco m¨¢s reciente, de 2012 exactamente, y se titula Das Wasserbuch (El libro del agua). El libro fue publicado por la editora alemana Schirmer und Mosel.
?Fue de verdad universal el Diluvio Universal?
El libro del agua recoge pr¨¢cticamente todo lo que el maestro del Renacimiento escribi¨® en torno al tema o, al menos, todo aquello que hoy es susceptible de ser rastreado. El volumen se estructura en seis cap¨ªtulos. En el primero, Leonardo da Vinci da cuenta "del libro por venir" y propone un ¨ªndice de materias a tratar.
En el segundo recorre y analiza las metamorfosis y procesos que unen y separan elementos (agua, aire, tierra, fuego) y figuras (punto, l¨ªnea, volumen). El tercero es cuesti¨®n de din¨¢mica, una de las ciencias a las que m¨¢s atenci¨®n prest¨® el genio. El cuarto cap¨ªtulo versa sobre las distintas formas que puede presentar el agua, desde la gota ¨ªnfima hasta el infinito mar. El quinto presenta los proyectos ¡ªrealizables o irrealizables¡ª que en torno al agua ten¨ªa Da Vinci en la cabeza. Y el sexto, titulado Del diluvio y otras inundaciones, re¨²ne diferentes consideraciones f¨ªsicas, teol¨®gicas, literarias o pict¨®ricas del autor sobre la cuesti¨®n.
Da Vinci pone en duda la versi¨®n b¨ªblica y se interroga sobre si el Diluvio fue universal o no, incluso ¡°si aconteci¨® o no en toda la tierra, y no parece que as¨ª haya sido¡±.
No menos interesante es la parte gr¨¢fica. El volumen re¨²ne hasta 79 reproducciones de otras tantas obras del artista: molinos de agua, cauces de r¨ªos, costas, canales, tormentas, diluvios, riadas, remolinos, corrientes, aparatos de hidrotecnia, proyectos para rompeolas y otras obsesiones acu¨¢ticas¡ todo ello ejecutado en tintas y sanguinas, acuarelas, l¨¢piz negro y pluma, siempre sobre papel.
En multitud de manuscritos de Da Vinci pueden encontrarse referencias al agua en todas sus variantes, pero dos son las obras que los expertos consideran como g¨¦rmenes del libro que siempre quiso escribir y nunca escribi¨®: el C¨®dice Leicester, de 1508 y hoy propiedad de Bill Gates; y el C¨®dice F, de 1504 y que se conserva en el Instituto de Francia. ¡°Sabemos que siempre existi¨® en Leonardo la intenci¨®n clara de hacer ese libro, pero nunca consigui¨® hacerlo. Nosotros no hemos querido cerrarlo, sino dejarlo abierto, que se le vean las tripas, reuniendo los textos que ¨¦l escribi¨® sobre el tema del agua y que est¨¢n dispersos en diversos c¨®dices¡±, explica Fernando Guerrero, responsable de la editorial Abada.
Patxi Lanceros y Juan Barja han invertido cerca de dos a?os de trabajo en este ambicioso proyecto editorial. Gran parte de ese tiempo lo han pasado estudiando y traduciendo los c¨®dices de Da Vinci desperdigados por todo el mundo, desde el castillo de Windsor hasta la Biblioteca Nacional de Espa?a, pasando por la Biblioteca Vaticana, la colecci¨®n Gates, el Instituto de Francia y el Museo Brit¨¢nico, entre otros.
Una obra inexistente
¡°Este es un libro que no ha existido nunca, aunque el propio Leonardo Da Vinci hablaba de ¡®il mio libro del acqua¡¯, con lo cual lo que hemos hecho ha sido construirlo. Da Vinci se pas¨® toda su vida tomando notas, de derecha a izquierda y de forma muy desordenada, un papel por aqu¨ª, otro por all¨¢, y esos fragmentos est¨¢n repartidos por todo el mundo¡±, explica Juan Barja. En su opini¨®n, las tesis metam¨®rficas que Da Vinci expone aqu¨ª son comparables a las expuestas 200 a?os despu¨¦s.
¡°Y tiene una cierta idea ecol¨®gica del fin del mundo, su car¨¢cter premonitorio es asombroso¡±. Leonardo se hace eco aqu¨ª de una vieja tesis medieval: la del hombre como microcosmos y el mundo como macrocosmos. ¡°Pero ¨¦l le da la vuelta al concepto, y as¨ª sostiene que el flujo del agua son las venas del mundo y que el mundo, en contra de lo que dice Arist¨®teles, no ser¨¢ eterno sino que terminar¨¢, y que lo har¨¢ por el agotamiento del agua¡±, matiza Barja.
En ese sentido resulta especialmente premonitorio uno de los textos, recogido en el C¨®dice Arundel del Museo Brit¨¢nico (1504-1516), y que los responsables de esta edici¨®n han utilizado a modo de ep¨ªlogo bajo el t¨ªtulo Final: en seco. En ¨¦l escribe un Leonardo da Vinci disfrazado de activista ecologista avant la lettre: ¡°Y los r¨ªos perder¨¢n sus aguas, y la fructuosa tierra no podr¨¢ impulsar desde s¨ª ning¨²n renuevo, y no crecer¨¢ sobre los campos la inclinada belleza de la espiga; y as¨ª morir¨¢n los animales, no pudiendo nutrirse con el fresco herbazal de los prados; (¡) y los hombres, tras m¨²ltiples intentos, de igual manera perder¨¢n la vida, falleciendo por fin la especie humana. Y la tierra f¨¦rtil, rica en frutos, quedar¨¢ convertida en un desierto¡¡±.
Los flujos de la vida
Pero no solo de ecologismo retroactivo hay chispazos en las 260 p¨¢ginas de este libro. Si Da Vinci estudi¨®, dibuj¨® y escribi¨® sobre anatom¨ªa, mec¨¢nica, din¨¢mica, geometr¨ªa, arquitectura, urbanismo, bot¨¢nica, filosof¨ªa, naturaleza, f¨ªsica y mil y un campos m¨¢s, este libro constituye un compendio ¡ªa veces un punto de partida¡ª de otras tantas disciplinas. Juan Barja sostiene que los escritos de Da Vinci sobre el agua sirven como clave interpretativa de la teor¨ªa del tiempo, la teor¨ªa de la memoria, la de la conciencia, la del cambio y la de los movimientos de masas.
Imposible encontrar prueba alguna al respecto, pero cabe reflexionar acerca de los hipot¨¦ticos paralelismos, concomitancias, analog¨ªas y met¨¢foras establecidos por Da Vinci a la hora de utilizar la imagen de los flujos del agua como espejo de otros flujos de la vida real: ?pol¨ªticos? ?econ¨®micos? ?culturales?
¡°Desde luego, yo creo que ¨¦l ten¨ªa muy clara la potencia de la met¨¢fora¡±, admite Patxi Lanceros, profesor de Filosof¨ªa Pol¨ªtica y de Teor¨ªa de la Cultura en la Universidad de Deusto y coeditor del libro. ¡°La gran met¨¢fora del flujo, del gran r¨ªo, del movimiento, la marejada, las oleadas, todas esas im¨¢genes que te sirven para abarcar lo inabarcable¡ ahora por ejemplo hablamos de oleadas de la migraci¨®n, o de la marejada de la globalizaci¨®n¡ y Da Vinci, para hablar del movimiento empleaba, claro, la met¨¢fora del agua, que es el m¨¢s m¨®vil de todos los elementos¡±.
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