La hija de Marlene Dietrich. considera que su madre era una mujer cruel y asexuada
Maria Riva publica un libro de 800 p¨¢ginas en el que baja de su pedestal a la legendaria actriz
"A los tres a?os yo sab¨ªa que no ten¨ªa una madre, sino una reina". Esa declaraci¨®n tan simple e inocente esconde una gran tragedia que la hija de Mariene Dietrich ha tratado de relatar en un libro de m¨¢s de 800 p¨¢ginas. Los pies de dos fotograf¨ªas dan una ligera idea de lo enrevesado de la trama: Maria Riva aparece con Mercedes, "la novia de mam¨¢,"; Maria Riva aparece con Tami, "la amante de pap¨¢". La enorme sombra de la legendaria actriz berlinesa, fallecida en 1992, vuelve comparsas a todos los dem¨¢s, incluida Maria Riva, quien considera que su madre era una mujer cruel y asexuada, ¨²nicamente consciente de su papel de diosa en el mundo. Un personaje, de una complejidad tal que hasta a ella misma se le escapa de las manos.
"Ella no entend¨ªa nada de sexo", dice Maria Riva de su madre. Entre los amantes de Marlene Dietrich, que cita Donald Spoto en una biograf¨ªa cuya publicaci¨®n (Ediciones B) coincide con la de Maria Riva (Plaza & Jan¨¦s), figuran Josef von Sternberg, John Wayne, Gary Cooper, Maurice Chevalier, Yul Brynner, Kirk Douglas, el escritor Erich Mar¨ªa Remarque, Stefan Lorant, Douglas Fairbanks Jr, Jean Gabin, Rudi Sieber, la escritora Mercedes de Acosta y John Gilbert (estos dos ¨²ltimos, ex amantes de Greta Garbo).Por eso, sorprende la declaraci¨®n de Maria Riva, que en seguid¨¢ a?ade: "Sobre sexo visual, sobre erotismo sexual, s¨ª sab¨ªa mucho: piernas, medias, ropas, cuerpo. Pero del sexo en s¨ª pensaba que era algo muy vulgar y que el acto era muy feo, lo mismo que dos personas haciendo el amor. No creo que nunca conociese o experimentase el amor sexual real. Pienso que jugaba a ello, que lo pretend¨ªa, que hac¨ªa la farsa (ella era una gran farsante). Si no, no se entiende que los hombres le durasen tanto. Y creo que su poder como mujer sobre los hombres es un hecho que se remonta a Helena de Troya: los hombres sue?an con la posibilidad de hacer sentir a la diosa algo que ella no haya experimentado nunca antes. Eso les apasiona, les intriga..., y mi madre jugaba a ello muy bien, era una magn¨ªfica actriz fuera d e la pantalla, incluso mejor que dentro de ella".En el libro aparecen l¨ªneas terribles -"mi madre me dio de mamar con tanta perseverancia que durante el resto de mi vida tuve que o¨ªr que yo era la ¨²nica responsable de que tuviera los pechos ca¨ªdos"-, y p¨¢rrafos despiadados que forzosamente llaman m¨¢s la atenci¨®n que el esfuerzo documental, el gran alarde de memoria, a veces prolija que Riva ha desencadenado."Meter la cosa""Ellos siempre buscan meterte la cosa; es todo lo que quieren, si no lo permites en seguida dicen que no les quieres, se enfadan contigo y se marchan". A este consejo de Marlene Dietrich a su hija sigue lo siguiente: "Ella prefer¨ªa la felaci¨®n porque le permit¨ªa dirigir la escena. Adem¨¢s, entonces se consideraba que las europeas ten¨ªan mucha habilidad para eso. La Dietrich adoraba tambi¨¦n a los impotentes".Mari¨¢ Riva, de 68 a?os, que ayer estuvo en Madrid con motivo del lanzamiento mundial de su libro, declara: "Cuando quieres escribir la verdad sobre algo, tienes que escribir la verdad sobre todo". Y a?ade: "No creo que mi madre supiera el significado de la palabra entregarse. Ella tomaba pensando que estaba dando, y esa fue su tragedia. Nunca lo supo, y no pod¨ªas explic¨¢rselo porque era incapaz de entenderlo. Era in¨²til decirle: 'No puedes hacerle eso, te ama; no puedes utilizar ese amor como un bomba contra ¨¦l". Ella pensaba que cuando le entregaban su amor era un gran privilegio para ellos, pues les era permitido amar a la diosa a la que el . mundo consent¨ªa". Dietrich vivi¨® los tumultuosos a?os veinte berlineses, y ya entonces "empezaba a darse a conocer por su ingenio c¨¢ustico, su libre sensualidad y su apreciaci¨®n por ambos sexos", dice el libro de Maria Riva. La escritora cuestiona tambi¨¦n el hecho de que su madre fuese una pionera en la liberaci¨®n de la mujer: "Ese aspecto es parad¨®jico, porque la mayor¨ªa de la gente piensa en ella como la mujer emancipada que se anticip¨® mucho a su tiempo, los a?os treinta, vistiendo pantalones, ganando su propio dinero, dici¨¦ndole a su esposo lo que deb¨ªa hacer, tomando un amante cuando lo deseaba.... Pero, por otro lado, iba a la cama con los hombres s¨®lo porque si no lo hac¨ªa pod¨ªan abandonarla, lo que es la m¨¢s femenina de las razones".
Maria Riva insiste en que si hubiese querido escribir un libro como venganza lo hubiera hecho estando su madre viva. "Ser¨ªa rid¨ªculo tratar de vengarse de un muerto", razona. Asegura que ha querido narrar una doble tragedia, la de Marlene Dietrich, adicta al alcohol, a los somn¨ªferos y a la idea de la muerte durante 20 a?os, y la de Maria Riva, tambi¨¦n ex alcoh¨®lica y tambi¨¦n frustrada suicida.
"Nunca pens¨¦ en ella como una madre", dice. "Dietrich era eso para lo que todos nosotros trabaj¨¢bamos, la imagen Dietrich, la leyenda Dietrich. Nunca pens¨¦ en mi madre como en una madre, nunca. Y cuando la gente me pregunta si la echo de menos ahora que est¨¢ muerta, yo contesto: 'tienes que tener algo primero antes de poder echar de menos'".
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