Un argentino pone a Twitter a leer a Dante

"?Est¨¢n hartos de Tinder, de Happn, de Badoo? ?Quieren conocer gente como ustedes para iniciar v¨ªnculos duraderos, profundos, bellos? Vengan a #Dante2018. Hablaremos de demonolog¨ªa, torturas infernales, medioevo, angeleolog¨ªa, numerolog¨ªa, epicureismo". El pasado 27 de diciembre, el docente y ensayista argentino Pablo Maurette tent¨® a la comunidad online con este tuit. El reto, a partir del 1 de enero, era leer juntos La Divina Comedia, de Dante Alighieri. Los 100 cantos en 100 d¨ªas. Pero no esperaba una compa?¨ªa tan numerosa. Hoy, en el cuarto d¨ªa, hay m¨¢s de 2.000 personas que descender¨¢n "al mundo sin luz" y ma?ana conocer¨¢n en el infierno a Francesca y Paolo, unidos en un abrazo perenne como el que los arrastr¨® al pecado y la muerte.

"Es un libro que todo el mundo conoce de nombre. Los que no lo leyeron sienten que hay que leerlo, los que lo leyeron saben que una ¨²nica lectura no basta y hay que leerlo de nuevo", dice a EL PA?S Maurette al aventurar una hip¨®tesis sobre el ¨¦xito de la iniciativa. Desde Estados Unidos, donde reside hace una d¨¦cada, este profesor de Literatura comparada en la Universidad de Chicago califica como "inagotable" la obra maestra del poeta italiano, escrita a principios del siglo XIV.

"La primera vez que la le¨ª me atrajo la historia, los castigos del infierno. Despu¨¦s la le¨ª en italiano y empec¨¦ a apreciar la elegancia, la musicalidad de la rima, la vivacidad de las descripciones. Describe cosas fantasiosas con un nivel de realismo asombroso", se entusiasma Maurette, inmerso en su s¨¦ptima lectura.

"As¨ª baj¨¦ del c¨ªrculo primero,/ al segundo, en que en trecho m¨¢s cerrado,/m¨¢s gran dolor, a¨²lla pla?idero./ All¨ª, Minos, horrible, gru?e airado;/ examina las culpas a la entrada:/ juzga y manda, seg¨²n ci?e el pecado", arranca el quinto canto de La Divina Comedia, en la versi¨®n traducida por Bartolom¨¦ Mitre.

La precisi¨®n de Dante para describir su peregrinaje a trav¨¦s del infierno, el purgatorio y el cielo fascin¨® tambi¨¦n al m¨¢s famoso lector argentino del poema, Jorge Luis Borges. "A Dante no le basta decir que, abrazados un hombre y una serpiente, el hombre se transforma en serpiente y la serpiente en hombre; compara esa mutua metamorfosis con el fuego que devora un papel, precedido por una franja rojiza, en la que muere el blanco y que todav¨ªa no es negra", escribi¨® Borges en el pr¨®logo de Nueve ensayos dantescos.

Conocedores de Dante como el cr¨ªtico literario argentino Pablo Williams, el profesor en Harvard Mariano Siskind y el escritor colombiano Humberto Ballesteros participan del desaf¨ªo y gu¨ªan a los debutantes a trav¨¦s de la selva oscura. Ilustradores como Leonardo Achilli suben a diario un dibujo que recrea el canto que toca leer. En pocos d¨ªas Twitter se ha llenado de miles de tuits con el hashtag #Dante2018 procedentes de Argentina, Chile, Colombia, M¨¦xico, Per¨², Venezuela, Estados Unidos y Espa?a, entre otros, e incluso ha encontrado eco en usuarios hispanohablantes de pa¨ªses remotos como China y Australia.

En Buenos Aires, la iniciativa ha saltado de las redes a las librer¨ªas y a las conversaciones de caf¨¦ de amantes de la literatura. No faltan tampoco los cr¨ªticos, que temen que leer a Dante se convierta en una moda hispter, o quienes advierten que la belleza de La Divina Comedia s¨®lo puede apreciarse en una lectura solitaria. "No participo de la gesta #Dante2018. He le¨ªdo algunxs que lo critican. Para m¨ª, es incriticable. Que un mont¨®n de gente lea la divina comedia, aunque sea por snobismo, moda o corderismo, me parece mucho mejor a que hagan cualquier otra cosa", tuite¨® el due?o de la editorial y la librer¨ªa Eterna Cadencia, Pablo Braun.

Ser constantes y mantener la lectura diaria, canto a canto, hasta el pr¨®ximo 10 de abril, es un gran reto. El camino se vuelve cada vez m¨¢s empinado. "Creo que el Para¨ªso va a poner a prueba a los lectores. Hay mucha alegor¨ªa, mucha teolog¨ªa, filosof¨ªa, cosmolog¨ªa, o sea que que uno tiene que apoyarse mucho m¨¢s en las notas y esto ralentiza la lectura", dice Maurette. Pero, asegura, "vale la pena".